Análisis de Super Toy Cars 2 para Xbox One
Estoy seguro, que más de uno de vosotros recordará esa tardes de juego en casa con los coches en miniatura. Ya sabéis, esa época de imaginación desbordante, donde cualquier parte de la casa era una pista de carreras ideal donde derrapar (onomatopeya incluida) y correr como el viento. Más aun, cuando jugábamos con amigos y chocábamos adrede entre nosotros. Y todo eso sin tecnología de ningún tipo, tan solo coches de juguete y nuestras propias manos para moverlos.

En esta ocasión, por segunda vez esta semana, tengo un juego de carreras del que hablar, Super Toy Cars 2. Y cabe destacar que he disfrutado como un niño corriendo entre menaje del hogar y escenarios llenos de color y detalles, pues el nuevo título de Eclipse Games ha sabido sacar al niño que llevo dentro. Todo esto con un poco de atrezzo y coches de plástico en una serie de pruebas disonantes que podríamos llamar carreras.
Super Toy Cars 2 nos propone correr en reproducciones de juguete de coches famosos, aunque con nombres inventados. Estos coches, a su vez, se clasifican en diferentes categorías de cara a campeonatos temáticos. Desde Muscle Car, hasta los típicos superdeportivos, sin olvidar la categoría de coches locos; categoría en la que podemos encontrar desde la minivan hippie hasta el bettle clásico. Sin duda, el elenco de coches de caja de juguetes está muy bien representado.

Para poner a prueba “los motores” de nuestros bólidos el juego ofrece una serie de circuitos cada vez más descabellados donde correr, derrapar y esquivar powerups. Porque, en esencia, nos encontramos frente a un juego de corte “carreras de karts”, donde el derrape es el método óptimo para tomar curvas. Como es de esperar, el sistema de derrape permite acumular turbo para salir rápido al terminar. Además, a diferencia de otros títulos, chocar contra muros u obstáculos no elimina la carga de nitro, por lo que es amigable hasta para los más pequeños de la casa. Aunque el control y las físicas no están tan pulidas como deberían.
Las pista en si son representaciones divertidas de lugares reales. Y con esto no me refiero a circuitos, sino al salón de casa, el jardín o hasta la mesa de un casino. Correr por el jardín, subirse a la mesa desde un tablón y esquivar las mazorcas de la barbacoa son solo una pequeña locura de las que ofrece el juego. Quién no hay jugado con los cochecitos por la mesa durante un cumpleaños?

Entre los powerups hay una buena cantidad de majaderías que lanzar contra nuestros rivales. Recordemos que es un juego que simula carreras de juguetes, por lo que los powerups van en la línea en su mayoría, así pues desde lanzar una bola de billar, hasta agarrar lo que haya más cerca (como una salchicha) es el pan de cada carrera. Al final, los colores y la diversión sin sentido son el pilar que sustenta Super Toy Cars 2.
La dsitribución de copas es como una serie de adornos en una estantería, literal, en la que escoger cual afrontar de cara a desbloquear los siguientes. Cabe decir que hay un buen puñado de copas que superar. No obstante, primero debemos ganar estrellas para acceder a ellas, además de disponer de un coche de la categoría requerida. Todo esto al final se resumen en competir, superar la serie de carreras propuestas y alzarse entre los tres primeros para obtener estrellas. Lo divertido radica en la combinación de pruebas durante la copa, pues no todo es alcanzar el primer puesto, sino cumplir con las reglas de cada competición.

Los modos de juegos posibles ostentas las típicas carreras clásicas sin powerups, las carreras donde todo vale, las eliminatorias por tiempo, los derby de destrucción etc… Da la sensación de que desde Eclipse Games han querido coger un poco de aquí y de allá para juntar modalidades populares de otros juegos del género. El pilotaja estilo juego de karts, o la destrucción de vehículos a lo Burnout para sumar puntos son solo un ejemplo de lo que nos puede ofrecer este título.
Con todo este pupurrí de opciones, solo falta una buena mano de opciones de personalización. Pues Super Toy Cars 2 dispone una buena colección de coches, y cada uno de estos se puede mejorar. No estamos ante una configuración de motor y frenos detallada como Forza Horizon, pero si de un sistema sencillo y amigable donde invertir el dinero ganado en mejorar cada pieza de cara a que las estadísticas generales mejoren. Ya sabéis, es complicado llegar a la cima con el primer coche que nos dan… a no ser que lo mejoremos un poco.

El trabajo sonoro es la guinda que adorna este pastel juvenil. Pues, mediante una serie de canciones de punk rock, electrónica e indie el juego pone ritmo y alegría a cada prueba. Siempre he considerado la música una pieza clave en los juegos de carreras arcade, y Super Toy Cars 2 cumple este objetivo con nota. Además, si alguna canción, o género, no nos convence se puede personalizar la lista de reproducción desde la configuración del juego.

En definitiva, Super Toy Cars 2 es un entretenido arcade que mezcla conceptos de varios juegos de carreras. Asimismo ofrece un apartado visual colorido y vivaracho que representa con cariño el concepto de “juguete” para recrear su peculiar mundo de carreras en miniatura. Aunque los controles no son lo fluidos y cómodos que cabría esperar en un juego de esta índole, la facilidad de pilotaje puede llegar a compensarlo.