Vampire: The Masquerade nos trae el canto del cisne más sangriento jamás visto

¿Puede un juego conversacional ser difícil y complejo? ¿Existen propuestas donde las respuestas trasciendan más allá del típico binomio de “bien y mal”? Por suerte, hoy podemos afirmar rotundamente con un SI, gracias a la nueva propuesta que nos brinda NACON y Big Bad Wolf. Se trata de Vampire – The Masquerade: Swansong, una nueva entrega de la tan aclamada saga de vampiros que, sin dejar su lado rolero, nos ofrece una vertiente mucho mas tranquila. Por supuesto, sin descuidar la complejidad ni todo el lore que encierra esta organización secreta compuesta por bebedores de sangre.

Un baño de sangre que no gusta a los vampiros

Boston encierra secretos que una persona normal ni siquiera puede concebir. Su cuidad es manejada por los hilos trasparentes de varias organizaciones que trabajan desde las sombras. Una de ellas, La Camarilla: una asociación formada por vampiros que se guían por un código llamado La Mascarada. Este código de conducta les permite vivir en el anonimato, sin llamar mucho la atención y de esa manera proseguir con los negocios que poco a poco han ido labrando.

Por desgracia, esa Mascarada sufre una gran amenaza. El código rojo se activa porque han recibido un ataque del enemigo, y tanto nuestra sociedad como aquellas otras que están haciendo negocios con nosotros corren un peligro extremo. Por suerte, contaremos con Emem, Galeb y Leysha, tres miembros de la organización vampírica que investigarán todo lo que ha pasado e intentarán dar con el culpable de la carnicería que ha mermado nuestras fuerzas y recursos.

Cada intención cuenta

Vampire: The Masquerade – Swansong recoge como ningún otro juego el esquema conversacional que hemos visto en más de una ocasión. En este caso, no vale con escoger la opción que más nos guste, sino que tendremos que ver las posibilidades, porcentajes de éxito y las capacidades intrínsecas que tiene cada uno de nuestros personajes. Todo este conjunto de variables hacen que haya varias formas de llegar al desenlace de cada capítulo, y aunque la historia siempre prosigue por unos derroteros prefijados, la experiencia obtenida y la opinión que el resto de la Camarilla tiene de nosotros variará dependiendo de nuestras acciones.

Moldea la psique de tus aliados

Al comienzo del juego podremos seleccionar el tipo de carácter que tendrá cada personaje controlable. Podremos hacer a nuestros protagonistas investigadores, polifacéticos o veteranos. Cada uno de estos grupos con sus características, atributos y virtudes propias. Es cierto que de entrada ya sabremos perfectamente el rol de cada uno, aunque bueno… siempre se agradece poder escoger la personalidad por nuestra propia cuenta. Lo habitual será hacer de Galeb el tipo duro y frío, que Emem sea la más diplomática y que Leysha use sus dotes de sigilo y transformación para pasar inadvertida. Aunque ya digo, cada uno es libre de seleccionar sus preferencias y afinidades.

Mejora tu poder mental en Vampire: The Masquerade

La psicología y el poder de nuestras palabras lo será todo en Vampire: The Masquerade – Swansong. Todo funciona a través de nuestras dotes de diálogo y los atributos que hemos asignado. La retórica, intimidación, sabiduría, nuestra habilidad con la tecnología… todo ello afecta a nuestra manera de actuar por el escenario, abriendo (o cerrando) nuevas opciones en la investigación que tenemos entre manos. El ejemplo más evidente lo tenemos con el atributo que se refiere al físico. En este caso, tener más físico no implica que golpeemos más fuerte, sino que significa que impondremos más y el resto de personajes notarán más nuestra presencia.

En cada acto empezaremos con una serie de puntos de habilidad que podemos gastar en nuestros diálogos con otros personajes. Hay momentos donde “forzando” un poco la situación podemos conseguir información clave en nuestras pesquisas, y es ahí donde invertiremos los puntos otorgados. Eso sí, gastarlos no nos asegura el éxito, ya que tendremos que tener en cuenta la capacidad de defensa (o réplica, como queráis definirlo) de la otra persona. Si al final resulta que nuestros puntos de habilidad se igualan con los del otro personaje, un dado aparecerá en escena y la suerte decidirá por nosotros.

Rol de sobremesa

Al final, yendo a la pura esencia del juego, estamos ante una propuesta de rol clásico de tablero, pero adaptado a un juego conversacional. Tenemos que valorar todo, sopesar aquellos puntos y cómo gastarlos. La experiencia que obtenemos habrá que repartirla de una manera razonable y acorde con el comportamiento de nuestros personajes… No faltan los dados, las probabilidades y los elementos externos que juegan un papel fundamental en las batallas dialécticas.

Todo ello acompañado con un lore exquisito, denso al principio pero que luego atrapa de una manera brutal. Nunca antes había tenido en cuenta tantas particularidades de los vampiros hasta que Vampire: The Masquerade – Swansong llegó a mis manos. Que si el código de conducta de estos seres de la noche, las diferentes clases que hay (Toreadores, Malkavian, Nosferatu…hasta 9 distintas), el significado del abrazo, los chiquillos que obedecen a sus siresEs una pasada toda la información que rodea al juego, y que consigue hacer que estemos ante una experiencia única.

La oscuridad frente a la Segunda Inquisición

Tampoco pueden faltar los poderes sobrenaturales que poseen los vampiros. Leysha tendrá la capacidad de volverse invisible y de copiar el uniforme de otras personas para entrar en sitios que de otra manera serían inaccesibles. Edem es capaz de teletransportarse y Galeb puede tener una bonificación adicional en caso de quedar empatados en una confrontación dialéctica. Hay muchas más que iremos descubriendo poco a poco, por supuesto.

Para usar estos poderes, tendremos que usar los puntos de sangre. Hay que tener cuidado, ya que si hacemos un uso excesivo de estos puntos podemos entrar en el modo ansia, donde nuestro vampiro no responderá ante sus actos. ¿Y cómo podemos rellenar este tipo de puntos? Muy fácil, mordiendo a los humanos y de esa manera saciando a la bestia que tenemos dentro.

Guarda los dientes y saca la lupa

Como veis, hay muchos factores a tener en cuenta en Vampire: The Masquerade – Swansong. Puede abrumar al principio, pero una vez que entremos en sus mecánicas, todo nos parecerá entendible y fluido. Pero el juego trasciende más allá de la oratoria, aunque sea su rama principal. La investigación del escenario será esencial para luego obtener mejores resultados. Muchas de las conversaciones y puntos de habilidad que gastemos se pueden ahorrar si primero hacemos una búsqueda exhaustiva por el entorno. Hay acertijos, cofres y códigos esperando ser descubiertos, y pistas colocadas de una manera indirecta que nos harán pensar para dar con la solución.

Parte de estas ganas de investigar viene dado por el cuidado en el detalle que tiene cada escenario. Hay muchas cosas que descubrir, pero sin llegar a abrumar. Mansiones, garajes, azoteas…. hay un sinfín de localizaciones, a cada cual más dispar. Por desgracia, no podemos decir lo mismo del modelado de personajes, sean protagonistas o no. Hay una falta de detalle en la expresividad y en sus texturas faciales. No es que sea lo más importante en el juego, pero un mejor diseño hubiese ayudado a inmiscuirse más en la trama. Ojo con las personas sensibles, ya que hay escenas bastante fuertes, con decapitaciones, cuerpos mutilados y otra clase de torturas que pueden llegar a ser desagradables.

Conclusión de Vampire: The Masquerade – Swansong

NACON y Big Bad Wolf nos sorprenden con una entrega vampírica que se aleja de la acción y frenetismo que solemos tener con estos seres de la noche. En vez de tener un juego de rol clásico, como estamos acostumbrados en la saga principal, tenemos un título donde los diálogos lo son todo. Las tomas de decisiones que hagamos, las confrontaciones, riñas y engaños se harán en base a los atributos psicológicos que iremos mejorando con cada escenario, y eso es un concepto diferente que hacen a este título muy atractivo.

Eso sí, olvidaros de decisiones fáciles. Habrá que sopesar muy bien nuestras respuestas y acciones. El fracaso será parte de la aventura, y aunque podremos encauzar la historia como nosotros queramos, no todo saldrá siempre bien. Es parte de la gracia de Vampire: The Masquerade – Swansong, y eso hace que al final pasen cosas inesperadas. Sin duda, una apuesta muy interesante para aquellos que disfruten de estos juegos donde la dialéctica es la base principal, y que además se enriquece con todo el lore y trasfondo que aportan sus personajes, su entorno y el linaje que representan.

Vampire: The Masquerade - Swansong

59.99€
8.5

Nota Final

8.5/10

Pros

  • Toma de decisiones como nunca antes habíamos disfrutado
  • De verdad se nota que los atributos psicológicos de nuestros protagonistas afectan a las decisiones
  • Sigue siendo un juego de rol, con todo el lore fantástico "vampiresco"

Cons

  • El diseño de nuestros personajes poseen poca expresividad
  • Es una propuesta lente, hay que tomarla con calma
  • Al principio puede ser algo caótico entre tanto tutorial, códice y personajes secundarios

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