Análisis de Trifox para Xbox Series X.
Seguramente, muchos de nosotros nos iniciamos en el mundo de los videojuegos con el boom de títulos de plataformas 3D que salieron entre finales de los 90 y principios de los 2000. Juegos como Crash Bandicoot o Ratchet & Clank marcaron un antes y un después en el género con aventuras inolvidables. Ahora, la desarrolladora independiente Glowfish Interactive y la editora Big Sugar han querido devolvernos la esencia de esas obras tan queridas con Trifox, un juego con buenas ideas y algunos detalles por pulir. Pero para explicar mejor esto comenzaremos con nuestro análisis.
¿¿¿¡¡¡QUIÉN SE HA LLEVADO EL MANDO!!!???
Trifox es una caricaturesca aventura de acción inspirada en la edad de oro de los juegos de plataformas 3D. Nos colocaremos en el papel de un tranquilo zorro al que, un día, unos misteriosos lobos saqueadores roban por sorpresa entrando en su casa. Cabreados, desvalijados y sin poder ver nuestro programa favorito de la tele, nuestro deber será recuperar nuestros artilugios viajando a través de cuatro peligrosos mundos y dar caza a estos desalmados ladrones.

Como podéis ver, su historia es muy simple y a medida que avanza el juego no hay ningún cambio al respecto que la haga más interesante. Tampoco existe una razón real que justifique el robo ni que estemos enemistados con el antagonista del juego, un lobo pirata que está buscando un tesoro y que siempre logra escapar al final del nivel.
Más vale maña que fuerza y viceversa
Pero la particularidad de Trifox reside en su parte mecánica. Al comienzo de la aventura podremos escoger entre tres clases: guerrero (combate cuerpo a cuerpo), mago (ataques a distancia y control de masas) e ingeniero (uso de inventos y cachivaches para el combate. Además, cada una de ellas contará con un atributo propio de movimiento: sprint, teletransporte y helicóptero, respectivamente.
Según vayamos consiguiendo monedas (que podremos encontrar destruyendo cajas, vasijas o enemigos) podremos desbloquear nuevos atributos o ataques para nuestro personaje.

El juego de inicio nos hace elegir entre una clase. Pero a los pocos minutos dejará de tener relevancia, pues con monedas podemos conseguir hacer otra totalmente distinta comprando sus atributos característicos. Por ejemplo, podremos elegir ser un guerrero y comprar el primer el atributo propio de movimiento del mago. Esta opción nos dará la oportunidad de probar el estilo de juego de los tres tipos, creando clases híbridas. Si nos apetece podremos ser un mago con ametralladoras o incluso un guerrero que solo tenga ataques mágicos. Experimentar con diferentes combinaciones para encontrar el estilo que mejor se adapte a tu forma de jugar es uno de los puntos jugables que más me han gustado del título.
Controles y cámara por pulir
Un problema que tiene el juego de Glowfish son sus controles. Nuestro personaje tendrá dos velocidades de desplazamiento: andando si movemos el stick izquierdo y corriendo si lo mantenemos unos segundos más en la misma dirección. El problema es que el movimiento se siente más como si nos deslizáramos en vez de caminar o correr. La frenada a veces no siempre es precisa y nos chocaremos con los enemigos sin darnos cuenta.
Por otra parte, el salto también tiene cosas que mejorar. Aunque se ha incluido el recurso de señalizar con un círculo dónde caerá nuestro personaje (propio de muchos juegos de plataformas 3D actuales), las colisiones con lugares de aterrizaje no están demasiado pulidas. A veces nos resbalaremos de bordes de los que físicamente no podríamos caernos.

La cámara tampoco ayuda en esto. En muchas ocasiones, especialmente en los combates, nos moveremos a ángulos de la pantalla a los que la cámara no llega. A veces hace que las cosas sean muy difíciles de ver, sobre todo en las esquinas y en la parte inferior de los escenarios. Si nos movemos hacia abajo o detrás de algún objeto, casi no es visible lo que estamos haciendo en ese punto.
Nostalgia noventera
La selección de niveles en Trifox está casi calcada de la excelente trilogía de Crash Bandicoot. Una vez completado el tutorial del inicio, apareceremos en una especie de hub central donde tendremos acceso a varios portales que se corresponden con los diferentes mundos. Además, en esta habitación podremos comprar nuevas habilidades para nuestro zorro, probarlas en una zona de entrenamiento o ver nuestras estadísticas de juego. Siempre que acabemos una fase o un nivel volveremos siempre a este punto de referencia.
Cada mundo tendrá varias fases que habrá que completar para llegar al siguiente. Todos ellos también esconderán secretos, caminos ocultos y coleccionables para aquellos a los que les gusta completarlo todo al 100%.


Su diseño también es original, aunque pecan bastante de tener la misma temática por mundo y se acaba haciendo algo monótono. No obstante, se diferencian entre sí gracias a sus propios retos y puzles que ayudan a mitigar la repetitividad visual.
Aunque el combate sea algo básico, en esencia es agradable. A excepción de los problemas de control antes mencionados, es divertido. Controlamos a nuestro personaje con un manejo del estilo twin stick shooter. Esto quiere decir que nos movemos con el stick izquierdo y rotamos sobre nosotros mismos con el derecho. Una vez avanzado el juego, contamos tanto con ataques cuerpo a cuerpo como con ataques a distancia y armas de fuego, algo muy parecido a lo ya visto en sagas como la de Ratchet & Clank.


Por último, cabe destacar el diseño de los puzles. Sin ser extremadamente complejos, resultan entretenidos e ingeniosos. Algo que nos obligará a explorar los rincones de cada nivel en busca de interruptores u objetos que activen mecanismos para abrir puertas o mover plataformas.
Un zorro muy animado
Respecto al apartado técnico, estamos ante un título con un estilo gráfico cartoon que en movimiento luce de manera notable. La banda sonora no destaca demasiado, aunque cuenta con algunas buenas melodías temáticas que ayudan más a adentrarnos en cada mundo. Trifox no cuenta con ningún tipo de doblaje, lo cual es una pena, pues creo que dotar de voces a los personajes les habría aportado mucho más carisma y personalidad. En el juego tendremos textos en castellano, aunque no los necesitamos para nada, pues toda la información es meramente visual.

En definitiva
Trifox es un homenaje a la edad de oro de los videojuegos de plataformas en tres dimensiones. Aunque está lejos de ser perfecto debido a su historia simple, sus fallos en la movilidad y la repetitividad de escenarios, no deja de ser un título bastante divertido. Su original sistema de habilidades y clases personalizables hace que disfrutemos de cada combate y nos anime a experimentar con nuevas combinaciones. Además, visualmente nos llamará mucho la atención gracias a su colorido estilo cartoon.
Trifox
19,99 €Pros
- Sistema de habilidades y clases personalizables
- Buen diseño de niveles que anima a explorarlos
- Artísticamente es muy bonito y colorido
Cons
- Historia muy simple
- La movilidad y la cámara necesitan pulirse
- Repetitividad de escenarios
- Un doblaje le habría venido bien para darle más carisma a los personajes