Después de 13 años, la saga Star Ocean: The Divine Force llega a consolas Xbox nuevamente.

Star Ocean: The Divine Force es la última entrega de la larga franquicia de juegos de rol de Square Enix y Tri-Ace, que combina ciencia ficción y fantasía. Después de 13 años sin tener un juego de la franquicia en consolas Xbox, esta última entrega es en gran parte un prometedor retorno a sus orígenes, recuperando el elemento de poder elegir entre dos protagonistas y presentando un mayor enfoque en la exploración del mundo abierto. A pesar de algunas áreas que podrían mejorar, Star Ocean: The Divine Force es un juego que merece la pena para los fans del J-PRG.

El argumento de Star Ocean: The Divine Force comienza con un mensajero espacial, Raymond, que se estrella en el planeta subdesarrollado de Aster IV después de que su nave sea derribada. Sin poder encontrar a su tripulación, se une a la rebelde princesa Laeticia y a su arisco criado Albaird para ayudarles a reclutar a un misterioso hechicero con el fin de encontrar a los miembros de su tripulación desaparecidos. Las complicaciones aumentan cuando el grupo se encuentra con otros astronautas en Aster IV, que buscan la misteriosa carga que transportaba Raymond, un robot volador llamado D.U.M.A.

Al principio del juego, se te da a elegir entre Raymond o Laeticia como protagonista principal. El personaje que elijas debe permanecer en tu grupo en todo momento y aunque los acontecimientos se desarrollan en su mayor parte de la misma manera durante las primeras horas, las cosas cambian mucho más adelante cuando Laeticia y Raymond se separan, dando lugar a escenas, mazmorras y combates contra jefes totalmente diferentes. Me pareció un recurso narrativo bastante convincente, ya que cada personaje tiene importantes aventuras fuera de la pantalla que pueden vivirse en una segunda partida como el otro protagonista, algo que también pasaba en el excelente Scarlett Nexus. Elegí a Laeticia, cuya historia se adentra más en la política de Aster IV y en sus esfuerzos por salvar su reino de un brote de enfermedad mortal y de la invasión de un imperio vecino. Tengo curiosidad por saber qué tipo de aventuras me perdí desde la perspectiva de Raymond cuando sus caminos se separaron y estoy interesado en volver a jugar algún día.

Como ocurre con muchas tramas de juegos J-RPG, la narrativa de Star Ocean: The Divine Force es un poco lenta. Se necesitan unas 10 horas para que se forme la mayoría del grupo y para que la trama crezca realmente. Los personajes, aunque no son muy profundos, son en general entretenidos y tienen una relación divertida entre ellos.

Una de las principales novedades de Star Ocean: The Divine Force es la ampliación del mundo abierto, con ciudades y pueblos separados por enormes zonas abiertas al estilo Dragon Quest. Sin embargo, no consigue la sensación de inmensidad que caracteriza a otros juegos del género. En parte, esto se debe a que las zonas abiertas son en gran parte planas, despobladas y carentes de puntos de referencia o secretos, por lo que resultan bastante anodinas. Por otro lado, la capacidad de volar por los aires con D.U.M.A es casi inmediata, por lo que las zonas abiertas se ven casi exclusivamente desde arriba, ya que es la forma más rápida de desplazarse. Como resultado, el viaje entre los asentamientos a menudo se siente como un aburrido trabajo, afortunadamente reducido por el añadido de un sistema de viaje rápido.

Otro elemento importante de juego son los encuentros aleatorios, o más bien la falta de ellos. Por primera vez en la serie, todos los combates de Star Ocean: The Divine Force ocurren en el mundo exterior o en las mazmorras, en lugar de en una zona especial para el combate. Con nuevas opciones de movilidad que ofrece D.U.M.A, el jugador puede lanzar ataques por sorpresa e incluso eludir por completo a los enemigos volando junto a ellos. Escapar de los encuentros también es muy sencillo, ya que basta con salir de la zona de agresión enemiga claramente marcada. Como en los títulos anteriores, el combate en Star Ocean: The Divine Force se desarrolla en tiempo real, con un personaje controlado directamente por ti y hasta tres miembros del grupo controlados por la IA. Puedes cambiar de personaje y asignar diferentes habilidades y combos.

El sistema de diseño de combos personalizados y de creación de tu luchador ideal es sorprendentemente intuitivo, aunque encadenar los movimientos adecuados requiere cierta experimentación. Los movimientos más útiles pueden vincularse a mantener presionado un botón en lugar de pulsarlo un determinado número de veces. La mecánica introducida en Star Ocean: The Last Hope, que permite a los jugadores aturdir a los enemigos volando alrededor de ellos con D.U.M.A y atacándolos desde su punto ciego sigue aquí. Por desgracia, el combate sufre los mismos problemas que tienen muchos juegos de acción con miembros del grupo controlados por la IA: dirigir a los miembros de tu grupo es caótico.

La interfaz de usuario y la navegación por los menús también podrían mejorarse. Los subtítulos y el texto de los menús son ilegibles en muchos momentos y no cuentan con ningún tipo de fondo o sombreado que los haga más fáciles de distinguir. No se me ocurre ninguna razón para que el texto sea tan pequeño. Desde luego, no es por falta de espacio en la pantalla. Para los jugadores con problemas de visión, esto es un gran obstáculo, además de algo a pulir. Por si esto fuera poco, el juego está totalmente en inglés, lo que hará que muchos jugadores decidan obviar esta entrega de Star Ocean.

El proceso de subir de nivel también es bastante tedioso. A medida que subes de nivel ganas puntos que puedes utilizar para desbloquear nuevas habilidades activas y pasivas y mejorar las que ya tienes. El problema es que la repetición de combates se puede volver extenuante, uno de los grandes problemas del género.

Afortunadamente, el mundo fuera de la pantalla de menú en Star Ocean: The Divine Force entra muy bien por los ojos. A pesar de la falta de puntos de referencia memorables en el mundo exterior, Aster IV sigue siendo un bonito escenario para pararse y contemplar, especialmente por ese aspecto alienígena tan conseguido que tiene. Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de su personajes, con sus rostros rígidos carentes de expresión y un lenguaje corporal torpe. Es cierto que el juego tiene esa aromaterapia a juego clásico de la época de Xbox 360, pero creo que podrían haberse esmerado un poco más a nivel técnico.

Star Ocean: The Divine Force probablemente gustará a los fans de los J-RPG que sean usuarios de Xbox. Con su interesante reparto protagonista y su bien escrita historia, me resultó fácil meterme en el juego, a pesar del predecible melodrama de los J-RPG. Las mejoras de movilidad y la revisión del combate lo convierten en el juego de Star Ocean más divertido que he jugado hasta ahora. Es una lástima que los torpes modelos de los personajes, el tamaño ridículamente pequeño del texto y la lenta mecánica de subida de nivel sean un obstáculo para algunos. Si no eres un fan de Star Ocean o de los JRPG, Star Ocean: The Divine Force puede que no sea tan fácil de entender. Sin embargo, si estás dispuesto a pasar por alto algunos de sus defectos y quieres un juego de acción y fantasía con un toque de ciencia ficción, merece la pena echarle un vistazo.

Análisis de Star Ocean: The Divine Force

69,99€
7

NOTA FINAL

7.0/10

Pros

  • Atractivo elenco de personajes
  • La función del doble protagonista añade valor de rejugabilidad
  • Las opciones de movilidad D.U.M.A. son muy divertidas
  • Diseño artístico de escenarios preciosista
  • Combate directo y divertido

Cons

  • El modelado de personajes parece de Xbox 360
  • El tamaño de los menús y los subtítulos es ilegible
  • Totalmente en inglés
  • La IA de los compañeros es poco correcta
  • El proceso de subir de nivel a los personajes y las habilidades es lento

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