Comete todo tipo de fechorías en Quest of Infamy

Hubo una época en el pasado donde las aventuras gráficas eran auténticas maravillas y copaban las listas de los mejores juegos del año. Parte de esa culpa es debida a LucasArts y sus aclamadas sagas como Monkey Island o Sam & Max, pero no era la única. Quienes sean amantes de este género seguro que conocen otra desarrolladora llamada Sierra Online, creadora de grandes joyas con un estilo grafico muy particular. Entre sus filas, encontramos titulos como Leisure Suit Larry o Quest for Glory. Pues bien, este ultimo nombre citado es la inspiración que ha tomado el estudio Infamous Quest para crear Quest for Infamy, añadiendo elementos novedosos que iremos desgranando en la siguiente reseña.

Justo lo contrario

Nada de  héroes. En Quest for Infamy encarnaremos a William Roehm, una persona con la capacidad de meterse en problemas constantemente. Después de salir de un lío de faldas, le tocará escarbar los secretos que esconde su nuevo objetivo: el pueblo de Volksville. Allí se curtirá como villano, haciendo mil peripecias y maldades con salirse con sus planes. ¿Y cuáles son estos nuevos planes? Bueno, pues no queda nada claro…

Parte de la gracia del juego es el carácter del propio protagonista. Roehm es un oportunista, y buscará sacar beneficio de cualquier situación. Este hecho hace que no tenga un propósito claro en Quest for Infamy, ni una historia que de verdad interese como para mantenernos enganchados a lo que sucede en pantalla. Si, hay un hilo principal donde nuestro principal objetivo será escapar de Volksville, pero es la excusa para vivir otro tipo de experiencias entre las calles del pueblo.

La Universidad de la calle

Quest for Infamy no esconde su inspiración en ningún momento. Su jugabilidad sigue basándose en la aventura point´n click de toda la vida, con varias formas de afrontar cada situación dependiendo de nuestras habilidades adquiridas. Y eso es uno de los mejores puntos que tiene el juego. Según acabemos el prólogo, podremos “formarnos” como bandido, pícaro o hechicero. Cada una de estas clases tendrá serie de virtudes que modificarán (levemente) la manera de afrontar los problemas que encontremos en nuestra camino.

Mientras que con el pícaro todo será más directo, tanto en planteamiento de las misiones como en los combates, pasa justo lo contrario si escogemos al pícaro, donde el sigilo lo será todo. El hechicero tiene otras tretas, con hechizos para solventar cada situación y magias cuando nos enfrascamos en una contienda. Está genial que haya esta variedad de roles, pero todo este gran entramado jugable se viene abajo cuando cogemos el mando y nos ponemos a jugar.

¿Donde está el ratón?

Para que una aventura gráfica lanzada en PC funcione correctamente en consolas, tiene que haber un rediseño de sus controles. Quest of Infamous lo consigue a medias, y para mí no es suficiente. El manejo del puntero por el escenario se hace algo pesado, y seleccionar cada acción que queremos ejecutar no es fluida. De hecho, no puedes pasar de una acción a otra tan rápido como a uno le gustaría. Y ese factor en un título donde estamos cambiando entre diálogos, interacciones con otros personajes, hechizos y formas de andar (sí, habéis leído bien) le penaliza significativamente.

Tampoco hay un arranque del juego que sea amable con el jugador. Desde un primer momento tendremos libertad absoluta para movernos por el pueblo, y eso consigue agobiar si no tenemos un objetivo claro o no estamos familiarizados con el entorno. Los textos en inglés (y las voces también, con un inglés mal depurado) tampoco consiguen atrapar. Menos aún cuando estamos hablando de un inglés “medieval”. Es decir, con chascarrillos y expresiones de la época.

Quedamos a vuestra merced, princesa

También os digo que son baches iniciales. Una vez superemos esos instantes iniciales, y pillemos el truco a los controles, empezaremos a disfrutar de la alocada propuesta de Quest for Infamous. Valorar las posibilidades para solventar un acertijo es agradable, y al contrario que otras aventuras de este corte, aquí podemos morir. Con lo bueno y con lo malo que ello implica. Hasta los combates, sin ser un alarde de originalidad, consiguen aportar un soplo de aire fresco al entramado del título.

Conclusión de Quest for Infamy

Infamous Quest ha lanzado el port de su juego de PC en nuestras consolas, y de repente una oleada de nostalgia ha agitado nuestros pensamientos. Con una clara referencia a Quest for Glory, esta nueva propuesta es todo un homenaje a los títulos point´n click de la época. Eso sí, con la salvedad de que ahora encarnaremos a un villano en vez de a un héroe.

Quest for Infamy seguro que funciona muy bien en PC, pero los controles adaptados para consolas lastran la experiencia jugable. La tosquedad del pad a la hora de elegir las acciones es palpable, y junto con una historia que te suelta en medio de Volksville para hacer lo que buenamente puedas, el rechazo por parte de los jugadores más impacientes está a la orden del día. Sin duda, es un producto para los veteranos que disfrutaron de los juegos de Sierra Onlie, aunque precisamente, por ser destinado a ese público, deberían haber solucionado su problema con el control. Y ya de paso, del idioma.

Quest for Infamy

9.99€
6

Nota Final

6.0/10

Pros

  • Tres clases muy diferenciadas que escoger
  • Soez, picaresco y con personajes muy particulares
  • Buen homenaje a los títulos de Sierra Online...

Cons

  • ...aunque en consolas pierde la gracia por los controles
  • Pues agobiar y perderte en lso primeros compases de la aventura
  • En inglés... y es un inglés complicadete

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