Los arrepentimientos y cambios de dirección no sólo estarán expuestas en los cuadros de Pentiment, sino también en sus palabras

Aunque no sea una persona muy devota, confieso (nunca mejor dicho) que toda la jerarquía eclesiástica, su manera de pensar basada en la fe y el bagaje histórico que esconden los muros de sus iglesias resulta de lo más interesante. Al menos en lo que respecta a películas y videojuegos. Su manera de contemplar la vida y las problemáticas a las que se enfrentan han dado pie a multitud de obras, a cada cual más interesante. Obsidian se apunta a esta vertiente con una propuesta muy particular con Pentiment, donde las elucubraciones y pensamientos de un artista desencadenarán unos actos que afectarán a todo el pueblo de Tassing. ¿Preparado para saber cual es la gracia de Dios?

Un artista descansa…

El siglo XVI fue muy movidito, al menos para nuestro protagonista, Andreas Maler. Sus trabajos no pasan desapercibidos para el monasterio de Keirsau, donde solicitan sus servicios para hacer unas ilustraciones para un manuscrito. Pero, en mitad de su encargo, un asesinato sacude los cimentos de este lugar sagrado. Un conde yace muerto en la sala capitular, y el monje Piero, amigo de Andreas, ha sido acusado falsamente por el simple hecho de estar en la escena del crimen. Por suerte, nuestra sed de curiosidad y la verborrea que tenemos nos serán muy útiles para esclarecer quién fue el culpable del homicidio… o no.

Pentiment es una aventura conversacional pura y dura, pero disfrazada con un estilo artístico muy peculiar, como si estuviéramos viviendo en los grabados, ilustraciones y xilografías que había en esa época renacentista. Nosotros tendremos total libertad para visitar a los habitantes del pueblo de Tessing y los monjes y hermanas que habitan en el monasterio de Keirsau, en la zona alta del pueblo. Dos zonas muy diferenciadas a nivel social, cultural y económico que estarán enfrentadas por varias rencillas que iremos desgranando a medida que la historia avanza.

Spiritu Sanctus Ora Pronobis

Parte del encanto de Pentiment es debido a la inmersión que nos provoca el juego. Ya no sólo por el aspecto gráfico que vemos de principio a fin de la aventura, muy característico de aquella época. Hay mil y una referencias a la manera de vivir que tenían sus habitantes, pueblos y ciudades de la Europa clásica. Mención especial al grupo eclesiástico del monasterio, todo un esfuerzo por parte el estudio de documentación y maneras de vivir de aquellas personas. Visitaremos el scriptorium, el refectorio, el loquarium, la casa del Abad… En parte, me ha recordado a obras tan importantes como Los Pilares de la Tierra o El Nombre de la Rosa por todo el despliegue de detalles y tradiciones que se recrean de la manera más fidedigna posible.

A levantarse después de los maitines

Aunque hay total calma para explorar las calles de Tessing, habrá que ceñirse a un horario concreto. Tendremos las mañanas y las tardes para preguntar, investigar o realizar acciones (hora prima y hora nona). También podremos sociabilizar y sacar información mientras comemos en la hora del almuerzo y en la vigilia. Y aunque la noche está para dormir, algún escaqueo nocturno podremos realizar para conseguir información que de otra manera estaría vetada.

La gracia de todo esto reside en que habrá que escoger qué actividad realizar y cuales no. Si queremos investigar el cuerpo de la víctima, no tendremos tiempo para hablar con una viuda enfadada con la iglesia por unas prácticas poco éticas. Y si queremos desenterrar un cadáver que contiene información valiosa, lo más seguro es que no nos de tiempo a seguir a un minero a un lugar secreto escondido en el bosque. Todo tiene sus pros y sus contras, su toma de decisiones y esto repercutirá muchísimo en el transcurso que tome nuestra historia.

La palabra de Dios

Para profundizar un poco más en su sistema de diálogos, Andreas Maler contará con varias aptitudes que podremos escoger al comienzo de la aventura (y no tan comienzo, pero hasta ahí puedo hablar…). Aquí no hablamos de atributos típicos como fuerza, velocidad, defensa, etc. Estas son otro tipo de cualidades muy interesantes, como lugar de procedencia, estudios alcanzados u objetivos personales. Rasgos que definirá a nuestro protagonista y las posibles líneas de diálogo que tendrá con el resto de ciudadanos.

Hablando de diálogos, la manera de presentar los textos en Pentiment es brutal. Dependiendo del estrato social y cultural de cada personaje, el tipo de letra será distinto. Pasando por una letra gótica, rimbombante y cargada que utilizan los monjes y monjas del monasterio, hasta la más perfeccionista y limpia de arquitectos. Sin olvidar la manera rústica de los habitantes más humildes. Estos últimos, incluso se equivocarán y el juego corregirá su falta ortográfica a posteriori. Además, me encanta la idea de poder acceder a una especie de pie de página si deseamos conocer algo más acerca de las palabras expuestas en el diálogo o saber de qué otra persona están hablando.

En Pentiment, no te tomes a broma a la Iglesia

Y pese a esta avalancha de detalles, esta inmersión tan lograda y esa historia tan absorbente en busca de la verdad, tengo claro que Pentiment no es para todo el mundo. Los tráilers y videos nos han vendido el juego como una aventura cómica, con escenas graciosas y persecuciones por el claustro. Pero esa no será la tónica habitual. Estamos ante un juego templado, para tomarlo con calma y empaparse muy bien de los diálogos. ¿Hay escenas graciosas y momentos donde se pierde un poco el Norte? Sí, pero en contadas ocasiones. Ojo, también hay espacio para las críticas sociales, en especial a aquellas que atañen a la mujer y la opresión que sufrían fuera y dentro del monasterio.

Quienes busquen algo que pueda recordar a las películas de Monty Python, mejor que miren para otro lado. Pero quienes se aproximen al juego con una actitud más tranquila, quedarán absortos por sus parajes, sus aldeanos (cada uno con sus propias preocupaciones) y la historia que poco a poco se va desarrollando. Puede que el comienzo sea un pelín costoso hasta que nos familiaricemos con el entorno. Eso si, una vez que conozcamos a todas las familias, sus problemas y la manera de gestionar nuestro tiempo, pasarán las horas en Tessing sin que nos demos cuenta.

Conclusión de Pentiment

Obsidian no teme a nada. Son capaces de recrear mundos apocalípticos increíbles, transportarnos a jardines gigantes con todo lujo de detalles y ahora, experimentar cómo era la sociedad del siglo XVI gracias a Pentiment. Estamos ante una aventura conversacional, donde podremos escoger las líneas de diálogo que más se ajusten a las aptitudes de nuestro protagonista. Todo lo que hagamos tendrá su peso en la trama, y habrá que gestionar nuestro tiempo para avanzar en la línea de investigación que nosotros creamos más conveniente.

Y aunque en lo jugable no estamos ante una revelación de mecánicas, su apartado técnico y artístico dicen todo lo contrario. Sus ilustraciones son magníficas, la manera de introducir el ámbito socio-cultural de cada habitante por la tipografía en sus textos en súper original y el comportamiento del grupo eclesiástico del monasterio es soberbio. No es que sea una obra tan graciosa como se puede entrever por los vídeos de presentación. Pero a cambio, nos dará un prisma sobre el comportamiento en esa época tan dura de la sociedad en Europa. Y además, todo ello acompañado con un toque de crítica que siempre viene genial.

Pentiment

19.99€
8

Nota Final

8.0/10

Pros

  • Una inmersión increíble en el siglo XVI
  • Traducido al español, y con ese tipo de letra tan original
  • Las tomas de decisiones afectan a la trama

Cons

  • Aunque tiene destellos, es un juego que no derrocha humor
  • El principio es lento con tanta introducción de personajes
  • A veces es complicado conocer las opciones de investigación disponibles

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