Análisis de Curse of the Sea Rats, ratas, piratas y aventura

Curse of the Sea Rats mezcla a partes iguales varias estilos como son los metroidvania, souls y rpgs con buen criterio pero con ciertas lagunas.

Curse of teh Sea Rats es el último título de Petoons Studio, un pequeño estudio independiente con sede en Barcelona. Llevan ya varios años en el mundo de los videojuegos haciendo buenas creaciones y en la retina tenemos por ejemplo los recientes juegos de Peppa Pig. Ambos titulos, Peppa pig: Un mundo de aventuras y Mi amiga Peppa Pig son obra suya y dejaron muy contentos a la crítica y al público al que iban dirigidos.

Ratas Piratas con mala leche.

Curse of the Sea Rats nos narra la historia de un buque de la Marina Real Inglesa que regresa a Gran Bretaña tras cumplir su servicio en las costas caribeñas. Estamos en 1777 y llevamos las bodegas llenas con decenas de piratas y prisioneros para ser juzgados en las islas británicas. Justo frente a la costa irlandesa sufrimos el ataque de la bruja Flora Burn. Esta crea un hechizo usando un antiguo amuleto que transforma a todos los humanos a bordo en una especia de ratas humanoides y hace que nuestra nave naufrague. No contenta con ello y para prevenir posibles represalias rapta el hijo del almirante, que desde la desesperación ofrece libertad y riquezas a todo aquel que se aventure a rescatar a su hijo.

Cuatro mejor que uno.

Aquí es donde Curse of the Sea Rats nos ubica en la en acción. Podremos elegir entre los 4 personajes disponibles para esta aventura. Cada uno con sus habilidades mágicas y de combate bien diferenciadas del resto. Bussa experto en los puños, Akane amante de la katana, David un colono americano que lucha contra el imperio británico o Buffalo, la cazadora más despiadada.

Mecánicas RPG y Metroidvania con toques Souls.

Curse of the Sea Rats es un juego de scroll lateral, con plataformas por las que saltar y sitios que descubrir mientras pegamos botes con nuestra rata, pero ahí no acaba la cosa. Cuenta con mecánicas muy RPGS. Por ejemplo, cada personaje tiene nivel y va evolucionando a medida que avanza. Contamos con árboles de talentos en cada uno de los personajes. Estos se desbloquean con tokens que conseguiremos matando enemigos y mejorarán los ataques básicos y mágicos potenciando el combate. Esto tokens se pueden “farmear” al más puro estilo souls para llegar al jefe de la zona más fuertes.

Más reminiscencias souls.

Además si morimos perderemos la mitad de estos tokens, y solo podremos recuperarlos si llegamos a la zona donde hemos muerto. Para seguir sumando en este estilo souls, el juego solo graba en determinados puntos, a modo de hogueras, que deberemos desbloquear con tokens y que además sirven como viajes rápidos a través del mapa.

A lo largo del mapa además encontraremos jefes finales o de zona. Tras derrotarlos obtendremos recompensas o poderes nuevos que nos permitirán seguir abriendo zonas del mapa.  Los jefes finales tienen todos diferentes mecánicas que podrán a prueba nuestra habilidad con el personaje. Contamos con curaciones limitadas y tendremos que ser muy cuidadosos de no recibir daño en exceso.

De salto en salto.

Como hemos dicho Curse of the Sea Rats es en esencia un metroidvania, su diseño de niveles es bastante bueno, con múltiples caminos por descubrir, atajos y sendas ocultas. Además, a lo largo del mapa encontraremos un buen puñado de misiones secundarios nada fáciles de completar pero que suponen un buen reto. La variedad y cantidad de enemigos es muy amplia y nunca te aburres de ver nuevos enemigos o jefes. Además las zonas suponen un reto, más allá del combate, que nos obligará a realizar buenos saltos y combinaciones para alcanzar los salientes más inaccesibles.

Buen regalo, mal empaquetado.

Curse of the Sea Rats cuenta con un diseño artístico más que adecuado; en el que destacan los dibujos bien definidos y que cuentan una historia coherente y divertida. La paleta de colores que inundan los escenarios esta muy bien elegida, todo tiene un tono cartoon que le va muy bien, pero que no le resta seriedad. Todo esto podría hacernos pensar que estamos ante un título sobresaliente, pero la verdad es que Curse of the Sea Rats, tiene cosas muy buenas y otras no tanto.

Jugabilidad a medias.

Como hemos dicho a nivel jugabilidad el juego cuenta con muchas mecánicas, no inventa nada, pero las ejecuta bien, mezcla géneros con lo mejor de cada casa… pero, tiene un par de pequeños problemas que se hace mayúsculos en este tipo de títulos. Para empezar el juego tiene continuas pantallas de carga. Estamos todo el rato cargando la siguiente pantalla, si bien es cierto que al jugarlo en Series X estas cargas son de un par de segundos, pero rompen la fluidez y dinámica que debería tener todo metroidvania.

Otro punto flaco es la movilidad y combate. El personaje no se mueve de manera amable, es muy tosco, sobre todo enlazando combinaciones de ataques con otro tipo de movimientos como saltos. Digamos que las acciones no están bien concatenadas y se suceden como cosas individuales sin formar un todo en cuanto a ejecución. Si pegas no puedes saltar a la vez, si saltas sin embargo si puedes pegar, las acciones no se interrumpen si ejecutas otra, tiene que finalizar la anterior. Todo esto unido a continuos “crasheos” que me mandaban al menú de inicio de la consola han sumado para que la experiencia no fuera la esperada.

CONLUSION

Curse of the Sea Rats es un título que tiene muchos claroscuros. No se mueve en sendas intermedias, teniendo partes técnicamente muy buenas que a simple vista parecen de un título de grandísima calidad, y otras partes que no están, para nada,  a la altura. Como hemos dicho el movimiento del personaje rompe mucho la experiencia, las pantallas de carga están excesivamente presentes, los “crasheos” a pesar de reinstalarlo varias veces y demás son puntos demoledores en un juego de este tipo . Es una pena porque Curse of the Sea Rats tenía mimbres para ser un grandísimo juego, pero se queda en el intento.