A Musical Story es algo más que un juego de música, es un estilo de vida que recordaremos en nuestra travesía hasta Pinewood

La música no es sólo un legado cultural inherente del ser humano, sino que es todo un estilo de vida. Si no, que se lo digan al rock picodélico que presenciamos en los años´70 y que creó una corriente donde la innovación instrumental, las drogas y la improvisación iban fuertemente enlazadas. Una vorágime de sensaciones y una forma de entender el mundo que lo vimos reflejado en A Musical Story, la última obra de Digerati y Glee Cheese Studio, que nos invita a realizar un viaje en caravana para revivir los recuerdos de Gabriel, nuestro protagonista.

Un aluvión de sentimientos

Empezamos mal. Nuestro protagonista está en un estado terminal en la camilla de un hospital. Todo parece aciago y sólo nos queda esperar a ver cómo se evoluciona nuestro estado. Lo único que Gabriel puede hacer en ese momento, es una regresión y revivir aquellos viajes que le hicieron sentir felicidad y alegría. Todos esos recuerdos están muy relacionados con la música, ya que es guitarrista de una pequeña banda que tenía un propósito muy claro: llegar al festival de Pinewood e interpretar allí sus canciones. Pero por el camino pasan cosas que serán contadas a golpe de ritmos y acordes.

Siente las ondas y déjate llevar

A Musical Story es un título musical que se sale de la norma. Su esquema jugable es muy sencillo, y solo necesitaremos dos botones para poder jugar. Básicamente, deberemos pulsar Rb, Lb o ambos a la vez cuando el título nos lo indique, intentando imitar la secuencia previamente escuchada. En sí la ejecución es muy sencilla y lo pillaremos a la primera, aunque lo complicado de sus mecánicas reside en saber el momento excato donde pulsar el botón correspondiente.

Breaking through to the other side

Mientras que en otros juegos de la misma índole vemos una pequeña guía que nos dice en qué momento ejecutar la acción, en A Musical Story todo lleva unos derroteros diferentes. La obra de Glee Cheese Studio nos obliga a estar atentos al acompañamiento de fondo, y gracias a sus ritmos, sabremos el momento exacto en el que pulsar el botón asignado. Este factor hace que tengamos que estar completamente concentrados en la melodía. Me atrevería a decir que incluso tendremos que tener ciertas nociones de las composiciones de la época para entender sus acordes, composiciones e incluso (aunque parezca una tontería lo que voy a decir) comprender los silencios.

Revive la esencia de Woodstock sin moverte del sofá

Quienes hayan escuchado a The Doors, Lez Zeppelin, Jimi Hendrix, Deep Purple, etc. sabrán perfectamente el estilo musical que encontraremos en A Musical Story. Tendremos 26 canciones únicas (o más bien fragmentos) creadas por Charles Bardin que difieren mucho entre sí para ofrecer distintos ritmos durante toda la aventura.

Si eres más afín a la música electrónica, entonces no te pierdas la propuesta que nos brinda Klnag 2. Puedes leer nuestra reseña pinchando aquí.

Cada capítulo del juego tendrá varias secuencias musicales que deberemos repetir exactamente igual. Estas secuencias suelen resueltas por distintos instrumentos, cada uno de ellos pertenecientes a un miembro de la banda en la que tocamos. Por poner un ejemplo, la primera secuencia será la percusión de nuestro batería, seguida posteriormente por los teclados de nuestra pianista para acabar con el sólo de guitarra protagonizado por el mismo Gabriel. Todo esto cambia según que capítulo, con más intrumentos dependiendo de cada escena, pero siguiendo el patrón descrito.

Deja que lo acordes vuelen

No voy a negar que la propuesta me ha gustado. Pese a que no son canciones conocidas (y reitero, no llegan a la definición de canciones porque son pequeños fragmentos) son suficientes como para transportarte a aquella época y sentir lo que vivía Gabriel junto con su banda. De hecho, A Musical Story prescinde de diálogos. Sólo nos basta lo que vemos en pantalla y las ondas sonoras para hacernos una idea de lo que le sucede a nuestro protagonista.

Child in time

El estilo artístico también ayuda a sumergirnos de lleno en el ambiente que nos propone el juego. Todo tiene colores vivos, con escenas que aparecen y desaparecen para que sintamos de lleno los ritmos de la música. Pese a que el dibujado es sencillo, me encantan los contrastes escogidos, y de verdad que todo encaja muy bien con el movimiento musical que el estudio quiere trasladar al jugador.

Conclusión de A Musical Story

Los amantes del rock y la vertiente musical que se generó en los años´70 tienen uns excusa muy buena para rememorar esos momentos tan especiales. La obra de Digerati y Glee Cheese Studio sabe muy bien trasladar ese estilo de vida tanto en el terreno visual, como en el ámbito musical. Las composiciones que encontramos son estupendas, y dudo que os aburráis de interpretar las 26 piezas musicales que componen esta travesía de nuestro protagonista por sus recuerdos.

Su sistema jugable, aunque simple, es muy curioso. Saber en qué momento pulsar el botón no es fácil, especialmente en esta corriente musical donde la improvisación o los acordes fuera de tono eran lo habitual. Hay que empaparse bien con los ritmos, saber abstraerse de todo lo demás (recomendadísimo jugar con auriculares) y en definitiva, dejarte llevar por la música hasta que lleguemos a nuestro destino final.

A Musical Story

14.99€
8

Nota Final

8.0/10

Pros

  • Una mnanera diferente de entender los juegos musicales
  • Composiciones variadas y bien compuestas
  • Existe desafío adicional si queremos hacer cada canción perfecta

Cons

  • Me faltan algunas canciones más conocidas
  • Algunos fragmentos musicales tienen silencios muy dificiles de "medir"
  • Jugablemente a veces resulta demasiado básico

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