Todo le viene grande al protagonista de Tinykin. De manera literal.

¿Os acordáis de la película Cariño he encogido a los niños? Dentro de la situación pesadillesca que puede suponer encoger y convertirse en un ser diminuto, hay parte de encanto al ver todo de un tamaño que no es el habitual. Algo parecido le pasa a Milo, el protagonista de Tinykin, la próxima obra que nos brinda SplashTeam y tinyBuild Games. Nosotros hemos podido probar un acceso anticipado con el que hacernos una idea de las genialidades que podremos hacer siendo tan pequeños. ¿Nos acompañas en esta microscópica aventura?

Como si de Cartoon Network se tratara

Si me dicen que Tinykin proviene de una licencia de dibujos animados, me lo creo. Su dibujado y estilo artístico tan colorido se empareja con al personalidad que tiene Milo. Nuestro protagonista aterrizará en la Tierra (o más bien, en una casa de la Tierra), y deberá contruir un cohete para salir de nuevo al espacio exterior. Para ello, tendrá que buscar ciertas piezas que faltan a la nave, que se encuentran esparcidas por todas las habitaciones. Por suerte, no estará sólo en esta aventura, ya que aparte de la ayuda propiciada por insectos y demás seres que habitan en las dependencias del hogar, contaremos con los propios tinykins que dan nombre al juego. Y más vale que nos familiaricemos con ellos si queremos completar la misión con éxito.

Controla una legión de seres diminutos

Estas simpáticas bolitas con ojos serán nuestra “munición” para nuestra pistola. Dependiendo del tipo de tinykin que poseamos, harán una función u otra. En nuestra caso sólo hemos podido conocer a dos especies diferentes, aunque habrá cinco tipos distinto que iremos desbloqueando a lo largo de la aventura. En nuestra caso, los tinykin morados son los encargados de mover objetos, mientras que los rojos eran explosivos. Conseguir el mayor número de estos seres será una de las tareas principales, ya que sin una cantidad mínima necesaria, no podremos avanzanzar en nuestros planes.

Nuestro DJ particular

Nosotros hemos visitado una habitación donde unos escarabajos adoran a su propio dios. Necesitarán nuestra ayuda para que sus plegarias “sean escuchadas”, y para ello tendremos que arreglar el tocadiscos con la canción que ellos quieren que suene (ritos raros de estos bichos, tampoco es muy relevante). Primero tendremos que buscar el CD correspondiente, una tecla que falta al propio tocadicos y un conductor de electricidad para que eso funcione, aunque lo mejor no es acometer estas misiones principales, ni mucho menos.

Que no quede ni una mota de polen

Una de las mejores cosas que tiene Tinykin es su exploración. Escudriñar cada escenario es una pasada, y no nos cansaremos de ver todo “a lo grande”. En este caso, nos podremos meter dentro de un piano, en muebles con mogollón de cintas de VHS y visitar bares y casas fabricadas por las hormigas que conviven en la habitación. Todo está al alcance, y se hace muy ameno ir de un lado para otro desbloqueando caminos alternativos.

Si quieres juegos con esa cámara tan peculiar donde todo gira menos el protagonista, échale un vistazo al análisis de Demon Turf. Juegan en diferentes ligas, pero puede ser una alternativa digna.

Estas rutas secretas nos conducirán a misiones secundarias que podemos completar si queremos, aunque nadie nos obliga. Por desgracia, es pronto para saber la finalidad de todas ellas, ya que esta demo no nos permite ver “más allá”, a excepción de mejorar nuestra burbuja con la que flotar en el aire. Ya digo, vamos a querer verlo todo, visitar cada emplazamiento y escudriñar cada rinción en busca de nuevos objetos.

¿Eres alérgico a los ácaros?

No todo son bandades, por supuesto. Hay cosas que faltan por pulir, y una de ellas es la propia interacción con los objetos del escenario. Cuando uno es diminuto quiere toquetear todo, probar cachivaches que vayamos encontrando y sentir vivos esos objetos con un tamaño enorme. Sin ir más lejos, hay flexos en la habitacón, y pese que hay un botón para enceder y apagar la luz, no funcionan. Las teclas del piano tampoco responden como deberían, etc. Puede que sea un “mal menor”, pero ya puestos a explorar en habitaciones plagadas de utensilios, se hubiese agradecido un poco más de interacción.

Impresiones finales de Tinykin

Sinceramente, me he quedado con ganas de más. Una sóla habitación me sabe a poco, y por desgracia hasta este verano no vamos a poder saborear todo lo que esta propuesta puede ofrecer. Hace cosas muy bien, y resulta ser un juego muy fresco, tranquilo y que nos “pica” a seguir explorando cada estancia. No perdáis de vista a Tinykin, porque puede alegraros vuestras tardes estivales…

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.