Pequeña, pero juguetona. Esa es la mejor descripción para la nueva Xbox Series S.

Tras el anuncio de la semana pasada de Xbox Series S han corrido ríos de tinta. Injustamente comparada con Xbox Series X o Xbox One X, la nueva consola de Microsoft tiene la misión de posicionarse dentro de otro segmento y apuntar a un público diferente del que todo el mundo está pensando. Como suele ser normal, la empresa con sede en Redmond está presentándola dando todo tipo de detalles y proporcionando información adicional para comprender qué hay detrás de la consola más pequeña del mercado.

Prodigios técnicos encerrados dentro de una pequeña carcasa.

Antes de entrar en detalle sobre las características técnicas de Xbox Series S, hablemos primero de las diferencias técnicas en comparación con su hermana mayor: Xbox Series X. Aparte del diseño y el tamaño, la diferencia más notoria es sin duda la GPU. Xbox Series S cuenta exactamente con 4 teraflops de potencia en comparación con los 12,15 teraflops de Xbox Series X. El tamaño de la memoria RAM incorporada también se ha reducido a 10 GB en comparación con los 16 GB de la que será la consola más potente del mercado. Sin embargo, el procesador será idéntico al de Xbox Series X, aunque funcionando a una frecuencia ligeramente inferior. Finalmente, el SSD será idéntico, pero tendrá una capacidad de 512 GB en lugar de 1 TB.

No memoria ram, no party.

La cuestión que probablemente suscitó más polémica fue la que tenía que ver con la memoria RAM. Con 10 GB de RAM, muchos temían que esto limitara las capacidades de la máquina. Aunque estas preocupaciones son legítimas a primera vista, es crucial entender el concepto de Series S. El objetivo aquí es ofrecer una resolución de imagen de 1440p y no los 4K, como es el caso de Xbox One X o Xbox Series X. Es importante saber que para poder mostrar imágenes en 4K se requiere mucha energía, ya sea de la GPU, la CPU o la RAM.

En respuesta a esto, el Director del Programa Xbox, Jason Ronald, dijo lo siguiente: “Hemos hecho muchos estudios comparando juegos que corren a 4K / 60fps y 1440p / 60fps. En realidad, el requisito de ancho de banda es mucho menor a 1440p porque las texturas son mucho menos pesadas a la hora de cargarlas. Y esto también se aplica a la cantidad de memoria RAM que hay que utilizar para hacerlo.”

Los desarrolladores de hoy en día tienen acceso a muchas herramientas que les permiten desarrollar juegos a 4K y luego reducir su resolución a 1440p para poder ejecutarlos en Xbox Series S, sin perder calidad por el camino. Se han utilizado cada vez más nuevas técnicas que ha servido para mostrar resoluciones dinámicas en los juegos durante la generación actual, siendo esto todavía más notorio al final de esta generación. Esto permite implementar los mismos efectos visuales que en 4K, sin afectar a la jugabilidad o a los fotogramas por segundo. Sin embargo, también debemos recordar que aunque Xbox Series S está pensada para correr juegos a 1440p, también será capaz de mostrar un re-escalado a 4K utilizando varias técnicas. Con las nuevas tecnologías disponibles, jugar a un videojuego a 1440p no será tan sumamente diferente a hacerlo a un juego en 4K nativo.

xbox series s

La CPU al rescate de la GPU.

Con Xbox One X, Microsoft dio gran salto adelante en cuanto a la GPU, con un objetivo marcado de llegar a los 4K/60fps. Aunque esto se pudo ver claramente en algunos títulos, la consola contaba con una gran limitación que la lastraba siempre: la CPU. El procesador de 8 núcleos Jaguar de AMD que funcionaba a 2,3 Ghz no permitía que la GPU AMD Scorpio liberara toda su potencia y algunos juegos eran incapaces de alcanzar los ansiados 60 fps. Al cambiar a la misma CPU tanto en Series S como en Series X, Microsoft ha abordado este problema y ahora podrá alimentar a la GPU de la mejor manera posible.

¿Y qué hay de la GPU de Xbox Series S? Con sus 4 teraflops anunciados, tenemos derecho a hacernos muchas preguntas si lo comparamos con la GPU de Xbox One X que proporciona 6 teraflops. El asunto aquí, es que las arquitecturas de las dos consolas son bastante diferentes entre sí. La nueva Xbox funciona con la arquitectura RDNA 2.0 mientras que Xbox One X funciona con la antigua arquitectura de AMD llamada GCN. Microsoft nos explica la diferencia entre ambas arquitecturas: “Con RDNA 2.0, podemos estimar un aumento de energía de alrededor del 25% comparado con GCN, sin ninguna intervención de los desarrolladores. Esto ya es un significativo paso adelante. Además, hemos optimizado otras cosas como el sombreado de tasa variable, y sólo a ese nivel, hemos visto aumentos de rendimiento estimados entre el 10 y el 20%.”

Debido a la diferencia entre las dos arquitecturas, la detallada comparación da como resultado una relativa igualdad de potencia entre la GPU de Series S y la GPU Xbox One X. Pero al tener como objetivo una resolución de 1440p en lugar de 4K, podemos esperar que la GPU de Xbox Series S sea mucho más eficiente que su predecesora. Además, gracias a la arquitectura RDNA 2.0, Xbox Series S soportará novedades técnicas como el cada vez más cacareado ray tracing.

SSD más pequeño: juegos que ocupen menos.

En cuanto al almacenamiento, tampoco se han hecho concesiones en cuanto a la tecnología utilizada. Series S incorporará un disco SSD que ofrecerá el mismo rendimiento que el de Xbox Series X. Esta elección es bastante obvia cuando sabemos que el SSD será realmente el corazón de Xbox Velocity Arquitecture y que se beneficiará de avances como el Sampler Feedback Streaming que permitirá gestionar de forma mucho más eficiente los datos enviados a la GPU.

Sin embargo, el SSD de Xbox Serie S ofrecerá una capacidad de 512GB y no de 1TB como es el caso de Xbox Series X. ¿Es esto realmente un problema? No realmente, cuando sabes que al tener el objetivo de los 1440p, el almacenamiento de texturas 4K no será necesario. Y como ya sabréis, esto suele ocupar mucho espacio en nuestro disco duro. Por lo tanto, el tamaño de los juegos de Series S será alrededor de un 30% más pequeños que los de Series X. En este punto también, la optimización del juego por parte de los desarrolladores será crucial.

Vale, ¿pero cuál de las 2 me compro?

Como habréis observado a lo largo de este artículo, para crear Xbox Series S, Microsoft tuvo que hacer concesiones para ofrecer una máquina de nueva generación a un precio casi imposible. Pero está claro que estas opciones han sido bien pensadas para ofrecer la mejor experiencia posible para los jugadores. Por lo tanto, estamos ante un producto relación calidad/precio excepcional.

Entonces, ¿cuál os recomendamos comprar? Si buscas la mejor experiencia posible en 4K y 60fps, o incluso 120fps, y tu presupuesto te lo permite, Xbox Series X debería ser sin duda la opción elegida. Si, por otro lado, tu televisión no ofrece una resolución 4K, tampoco eres un graphics whore y el presupuesto es el que es, entonces Xbox Series S debería ser la opción elegida. Al final, todo depende de ti, pero no olvides lo más importante: disfrutar de los videojuegos.

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