Uno de los modos de juego que más éxito han tenido este año ha sido el género del mundo abierto. Os contamos las claves de su éxito.
En este pasado E3 hemos podido comprobar que la mayoría de los títulos que se van a lanzar en formato físico (es decir, excluimos a los arcades e indies) tienen un nexo en común que parece que va a ser la tónica habitual en la next-gen : los juegos de mundo abierto. Clásicos de este mercado como Assassin´s Creed, o Batman Arkham Knight se van a tener que ver las caras con nuevas propuestas con mundos kilométricos como The Witcher 3, Destiny o The Crew. Este movimiento no es al azar, todo el mundo sabe que los mundos abiertos son amplias expansiones de terreno donde se pueden realizar muchísimas actividades….¿o no?
Lo primero de todo, y casi lo más importante: ¿Deberíamos catalogar todos estos juegos de mundo abierto como sandbox? Yo diría que no. Un sandbox es un entorno donde podemos interactuar con otros personajes, realizar diferentes tareas y actividades, incluso modificar ese mundo para crear uno a nuestro gusto. El mundo abierto, por otra parte, abarca el mundo sandbox ya que es simplemente la inexistencia de barreras en los niveles que permiten al jugador aventurarse sin llegar a esas zonas limitadas que muchos videojuegos contienen (o contenían). No es más sandbox un título con una ciudad más grande, todo dependerá de cada título y las tareas que se realicen en cuestión. Por ejemplo, en su día pudimos disfrutar de Crackdown, un juego de mundo abierto pero que no se podría considerarse sandbox por sus limitaciones de actividades. Lo mismo, a priori, parece que sucederá con Sunset Overdrive por lo visto en gameplays, que no lo hace peor juego, pero que deberemos distinguirlos propiamente por su propuesta jugable y contenido.
Los juegos next-gen se aferran a esta nueva vertiente de mundos abiertos, que se sostienen a mi parecer por tres pilares fundamentales:
1-Demostración visible de la potencia gráfica de las nuevas consolas. A (casi) todos los jugadores les entra por los ojos un mundo imaginario lleno de vegetación, rebosante de vida y con kilómetros y kilómetros de extensión. En esta nueva generación, hemos comprobado que hay juegos donde su mayor baza es mostrar mapas de extensiones escalofriantes, como puede ser The Crew, donde podremos recorrer prácticamente todo Estados Unidos: una extensión de 10.000 Km a nuestro alcance. Que no nos lleve a engaño, un juego grande y con diversos paisajes no implica un juego lleno de actividades, por lo que deberemos ser cautos y verificar que de verdad se trata de un título que ofrezca opciones interesantes y que encajen con nuestros gustos.
2-Aspectos sociales en los mundos abiertos. Cada vez con más frecuencia, las desarrolladoras buscan mundos abiertos que incluyan un contenido social, ya sea de carácter competitivo o cooperativo. GTA V consiguió dar con la tecla gracias a su online y todas las actualizaciones que, a día de hoy, sigue ofreciendo a sus jugadores, creando una gran comunidad que alargue la vida del juego. Aunque GTA fuese de los primeros títulos en explotar la vertiente social en un mundo abierto, son muchas las compañías que han visto el beneficio que ello conlleva: Assassin´s Creed Unity contará con cooperativo para cuatro personas, FarCry 4 también tendrá cooperativo, The Division será completamente online, Crackdown, Dead Rising 3 etc. Es un esfuerzo e inversión extra, pero que si lo hacen bien puede alargar la ya extensa vida del juego.
3-Lista de actividades a realizar. Ya no queremos un juego donde siempre tengamos que hacer lo mismo. Queremos un juego que nos ponga en la piel de distintas situaciones, que haya misiones completamente nuevas, que nos invite a conocer otras mecánicas jugables que cambien un poco la monotonía del juego. Esta también es una práctica habitual en este next-gen, donde deberemos realizar un sinfín de tareas, como cazar animales en The Witcher 3, resolver los desafíos de Enigma en la serie Batman Arkham, buscar plumas y atalayas en Assassin´s Creed o simplemente ayudar a otros NPC´s o mejorar nuestras estadísticas como en Metal Gear V. Lo que sea, con tal de ofrecer una aventura fresca, original y con diferentes actividades según queramos jugar en un día concreto.
Es importante tener en cuenta este tipo de juegos con tantos elementos incluidos: a casi todo el mundo le gusta la propuesta de mundo abierto y lo que podemos hacer en ellos (Ideas como Project Spark incluso te invitan a que crees tus propias ciudades y aventuras) pero es importante que sepamos también diferenciar entre un mundo abierto bien diseñado o por el contrario, o evitar sandbox carentes de vida y actividades, más en esta actual generación que se nos viene encima donde todo parece que será cortado por esos tres pilares explicados anteriormente. Aun así, siempre quedará hueco para propuestas más clásicas, que pueden incluso ofrecer mayor nivel gráfico o jugable al centrarse exclusivamente a un espacio y tarea concreta. Solo el tiempo y las ventas dirán si el fenómeno de los mundos abiertos son una moda pasajera o nos encontramos ante algo más, una puerta que está a medio abrir y por el que todavía hemos dado los primeros pasos.
