La quinta entrega de la saga de Resident Evil fue el primer juego de la mítica franquicia en llegar a una consola de Microsoft.

Aunque parezca increíble, ya han pasado 12 años desde el lanzamiento de Resident Evil 5. 12 años desde que lo jugué mientras padecía una amigdalitis de caballo (lo que me permitió faltar a clase durante unos cuantos días, jejeje) y me chutaba cantidades ingentes de antibiótico. Recuerdo con cariño comprar revistas especializadas de la época y me emocionaba con cada nueva información sobre este nuevo título, con el regreso de Chris Redfield y con la oportunidad de volver a adentrarme en una nueva entrega de una de mis tres sagas favoritas del mundo de los videojuegos.

Tras el inesperado y brillante Resident Evil 4, que introdujo cambios significativos en la franquicia, los fans estábamos ansiosos por ver hacia dónde iría la saga a continuación y qué otras innovaciones podría añadir, especialmente auspiciada por la séptima generación de consolas que estaba aún en sus primeros años. Quedaba por saber si Resident Evil 5 continuaría con la acción o volvería a sus raíces survival-horror.

Además, esta entrega de Resident Evil supuso la entrada de la franquicia al mundo de las consolas de Microsoft, concretamente en Xbox 360, llegando a muchos más aficionados de lo que lo había hecho anteriormente.

Basándose en una mecánica de juego orientada aún más a la acción, ya establecida por su predecesor, Resident Evil 5 reintrodujo a Chris Redfield como protagonista principal. Chris no aparecía en la serie principal desde el fantástico remake de Resident Evil para la aún más fantástica Nintendo GameCube en 2002. El problema era que aquí el personaje sufrió un cambio de imagen que dejó extrañado a propios y extraños. Olvidémonos del tipo de aspecto frágil con su característico uniforme de S.T.A.R.S. En su lugar, el personaje de Chris se convirtió en un macho musculitos, capaz de destrozar a puñetazos pedrolos más grandes que la cabeza de Mariano Rajoy.

La trama argumental gira en torno a Chris, que ahora es acompañado por una nueva compañera, Sheva, que viaja a África en una misión. Como miembros de la B.S.A.A., los dos forman equipo para investigar la aparición de un nuevo virus en la zona. Este virus, denominado Uroboros, transforma a la población local en infectados sedientos de sangre. Sin apenas ayuda, deben confiar en sus propias habilidades para sobrevivir al infierno que les espera.

Los juegos de Resident Evil nunca han hecho gala de una trama argumental excepcional, pero esta vez se simplificó a la quinta esencia. A pesar de la introducción de múltiples personajes, la mayoría de los cuales eran olvidables (apenas recuerdo a 2), el argumento no estuvo tampoco a la altura de la calidad de los juegos anteriores.

La ambientación de este título jugó además un papel importante a la hora de crear (o más bien romper) una atmósfera de terror. Por ejemplo, Dead Space, que salió a la venta unos meses antes, sí que fue capaz de crear una ambientación que aún pervive. Por desgracia, cuando llegó este título en marzo de 2009 a Xbox 360, Resident Evil 5 no consiguió mantener la gran ambientación de terror de los títulos anteriores. Atrás quedaban los oscuros e intrincados pasillos de la Mansión Spencer, la terroríficamente oscura Raccoon City o incluso el lúgubre pueblo español (¿latino?) de Resident Evil 4.

Situar a los jugadores en un entorno soleado y desértico de África no dio buenos resultados. Por muy inquietantes que parecieran las chozas locales, con cadáveres de animales en descomposición presumiblemente utilizados con fines rituales, el impacto que se le presuponía al entorno era mínimo. Los niveles con paisajes desérticos abiertos, aún menos.

Resident Evil 5 mantuvo además la perspectiva por encima del hombro de la cuarta entrega. Como antes, se podía disparar a los enemigos en las piernas, los brazos, el torso o la cabeza para conseguir diferentes resultados. Y los disparos a la cabeza eran tan gore y sangrientos como siempre, a menudo volándole toda la cabeza del enemigo. Los enemigos también siguieron la pauta de Resident Evil 4, donde en lugar de tener a los míticos zombies, en su lugar teníamos seres humanos normales infectados por un virus y que no poseían casi ningún control sobre sus propias acciones. Suena a algo muy parecido a los zombies, pero estos por supuesto no poseían la misma estética terrorífica y tenían un aspecto bastante soso. Por si fuera poco, el añadido de un compañero que nos acompañaba y ayudaba durante toda la aventura, eliminó casi cualquier tipo de tensión en el combate, una seña de identidad clara de la saga.

Hablando de un compañero, una característica de Resident Evil 5 que sí que resultó mucho mejor de lo previsto fue el modo cooperativo. Por primera vez en la serie (sin tener en cuenta los fantásticos Resident Evil Outbreak) podíamos completar la historia de forma cooperativa, ya sea online o en modo pantalla dividida. Esto afectó a la ya de por sí escasa atmósfera de la que hablábamos antes, pero eliminar hordas de enemigos con un amigo o un desconocido online dio lugar a algunas partidas inolvidables.

Trabajar juntos para acabar con un jefe o interactuar con el entorno de diferentes maneras, creó una experiencia nueva en la saga. Con dos personajes, la gestión de objetos también se convirtió en un problema menor, ya que ambos protagonistas podían intercambiar armas en cualquier momento. También desaparecieron los intrincados puzzles de algunas de las entregas anteriores.

A pesar de todo lo dicho hasta ahora, Resident Evil 5 resultó ser un buen juego. Un buen juego de acción, para ser precisos. Pero no lo suficientemente bueno como juego de survival-horror y mucho menos como un título digno de una saga como Resident Evil, algo que se ha visto refrendado con la vuelta al survival horror de la séptima y octava entrega de la saga.

Puede que este enfoque exagerado no guste a todo el mundo, pero es un título que no te dejará indiferente. Además, cuenta con un modo cooperativo muy bueno y un gran surtido de armas diferentes. Recibió notas sorprendentemente favorables por parte de la crítica cuando se lanzó (nosotros mismos incluidos), y yo mismo lo recuerdo con bastante cariño.

Si quieres experimentarlo por primera vez o volver a darle una nueva pasada a Resident Evil 5, puedes hacerlo comprando la versión para Xbox One, que incluye mejoras para Xbox One X y Xbox Series S/X o, como siempre, a través de la retrocompatibilidad.

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