El final de una trilogía épica de Xbox 360.

Gears of War es una franquicia enormemente popular entre los fans gracias a un trilogía fantástica en Xbox 360 que lo llevó a convertirse en un buque insignia de la consola, similar a lo que hizo Halo en la Xbox original. En un principio, se planteó como una trilogía (de nuevo, como Halo) y contaba la épica historia de Marcus Fenix y su escuadrón en una interminable batalla contra la horda de Locust. Como sabemos, se dio luz verde a otra trilogía después de que los desarrolladores The Coalition tomaran el relevo de Epic Games.

Gears of War 3 supuso el regreso de la serie con fuerza. Se ambienta 18 meses después del segundo juego, que vio la caída de Jacinto, la última ciudad humana. Por desgracia, los Locust sobrevivieron y la guerra continuó. Además, para empeorar las cosas, los Lambent aparecieron para causar más problemas a Marcus y sus amigos. Estos nuevos enemigos eran mutantes infectados por la Imulsión, un organismo fúngico parasitario encontrado en Sera. Los Lambent entraron en guerra con los Locust por el control de la red de túneles subterráneos que discurre bajo la superficie del planeta.

El plantel de personajes era muy sólido en Gears of War 3, con favoritos como Adam Fenix (el padre de Marcus) y la reina Myrrah, que regresan para la parte final de la trilogía. El desarrollo de los personajes es algo que la franquicia siempre ha hecho bien. El juego detallaba una emocionante carrera contrarreloj para detener a los Lambent y los Locust de una vez por todas perfeccionando un arma que los borrara de la faz de Sera para siempre, al tiempo que revelaba más que nunca la historia y el lore del universo Gears.

Gears of War siempre se ha distinguido de otros shooters de su clase por su sistema de coberturas y por el movimiento más lento y pesado del personaje, que cambia la jugabilidad típica de los shooter y hace que la jugabilidad sea un poco más táctica. Podías llevar cuatro armas, dos de ellas primarias (escopetas y ametralladoras, etc.), una secundaria (pistolas) y granadas. A medida que recibías daños, la pantalla se volvía lentamente de color rojo y te acercabas a la muerte o, al menos, quedabas abatido y necesitabas que un compañero te reviviera.

Estas fueron las señas de identidad de la serie, que volvieron a aparecer en Gears of War 3. A diferencia de otras franquicias la jugabilidad aquí se mantuvo muy similar a la del primer juego, con muy pocos cambios. Aunque es bastante extraño, es más bien una prueba de lo ajustada y bien elaborada que estaba la experiencia de Gears desde el primer día.

Por supuesto, Gears of War consiste en luchar con tus compañeros de CGO y trabajar como una unidad. Por primera vez en esta entrega, podías marcar a los enemigos para que tus aliados concentraran sus disparos en uno en concreto, lo que resultó muy útil en los momentos más duros de la batalla. Una novedad bastante celebrada fue que ahora puedes intercambiar armas y munición con tu escuadrón si prefieres lo que ellos llevan. En Gears of War 3 hay un puñado de armas nuevas que puedes utilizar.

También se mejoró el modo multijugador, con una historia cooperativa en línea para cuatro jugadores disponible por primera vez junto con el regreso del modo Horda. Otro añadido interesante fue el modo Bestia, que cambiaba las cosas y te permitía jugar como los Locust y luchar contra la CGO.

Gears of War 3 fue una conclusión épica de una franquicia muy querida, que hizo todo lo posible para evitar un anticlímax, que es una trampa en la que es fácil caer para un final de trilogía. Para hacerle justicia, hay que empezar desde el principio del viaje, pero puedes estar seguro de que algunos de los mejores momentos de la serie se guardan para el acto final.

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