Pequeñas Obras de arte que contienen videojuegos

En estos días de encierro en casa, no es extraño que nos pongamos a repasar nuestras estanterías de juegos, como el bueno de Mariette. Limpiamos nuestras repisas y ojeamos nuestros videojuegos con cariño.

En este paternal proceso, solemos fijarnos en la portada y rememorar esos gloriosos días de vicio, o también aquella cola eterna, un día de Navidad, en la tienda para comprarlo y aún no haberlo jugado. En esta última opción, muy posiblemente, casi nos vimos obligados a comprarlo, pues ya su portada, tan chula, nos incitaba a ello, soñábamos o “jugábamos despiertos” con él en nuestra imaginación.

Portada del videojuego “La colmena” del genial Alfonso Azpiri que en nuestro país fue censurada

Llenar primero el ojo

Antaño, con las carátulas de los videojuegos, ocurría como en la cenas de navidad, donde de niños, ante el dispendio de dicha cena, “llenábamos el ojo antes que la tripa”. Las portadas se diseñaban con alevosía para captar la atención del jugador, aunque luego, el juego jamás se parecía en nada. Tú veías allí un bárbaro poderoso, con un diseño sublime y te imaginabas a tí mismo combatiendo contra hordas de esbirros. Después venía el desencanto, al ver un extraño píxel aporreando a otros píxeles. Y es que, en definitiva, las portadas eran una ventana marketiniana para soñar.

Cuando el magnífico diseño artístico de la portada va de la mano de un juego maravilloso

Se cuenta, por los más viejos del lugar, que hubo juegos malisimos, pero que tenían un diseño artístico tan impactante en su frontal que te hacían soltar tus duros y pesetas como si de un gif de steam se tratase. Aunque también es cierto, que a veces ha ocurrido a la inversa, y una caratula horrible escondía un juego muy majo:

Este es el horrible envoltorio que ocultaba una de las joyas retro de los videojuegos, MegaMan.

La importancia del diseño español

Hace ya demasiadas primaveras, allá por la etapa de los 8 bits, la mano española en el diseño artístico de las cajas de videojuegos, fue muy destacada. Las portadas patrias, que copaban las estanterías de las tiendas, gozaban de un arte conceptual excelente, firmado por nombres tan ilustres como el de Alfonso Azpiri o Luis Royo, capaces de igualar a leyendas como Bob Wakelin, uno de los mejores ilustradores del mundo en la década de los 80.

Alfonso Azpiri diseño la espectacular carátula de Camelot Warriors de Dinamic

En esta etapa de crecimiento del videojuego, las compañías ya sabían de la importancia de la “primera impresión”. Esa primera percepción podía suponer una importante diferencia de ventas, y en aquellos momentos, no se disponía de tantos canales de información como hoy. En consecuencia, Dinamic, una de las grandes empresas de la edad de oro del videojuego español, contrató a Alfonso Azpiri para el diseño de las cajas de sus juegos.

“Abu Simbel,Profanación” fue uno de los primeros bombazos de Dinamic, y a ello contribuyó está espectacular portada cargada de detalles de Azpiri.

Sus portadas contribuyeron al éxito de muchos videojuegos, como al de Abu Simbel, Profanation de Dinamic, allá por 1985. Sus diseños trasmitían muchos detalles y captaban fácilmente la atención del jugador, lo que conjugaba a la mil maneras con el excelente juego que guardaba la caja. Al trabajo de Azpiri, con más de doscientas portadas para diversas compañías, y que tristemente nos dejo en 2017, le siguieron otros grandes artistas españoles, como el mencionado Luis Royo o José María Ponce, el magnífico ilustrador de las portadas de Microhobby.

Ilustrando exitos

Moviendonos por el espacio temporal de los 8 bits o los 16 bits, seguramente, todos, tengamos en nuestra memoria juegos de Nintendo, Máster System, Super Nes o Mega Drive, que además de recordar por sus gráficos, recordamos por su caja. Las carátulas de videojuegos por esta época seguían evolución en diseños sublimes, pero la capacidad de sorpresa era menor.

¿A quien no le apetece echar una partida ante tan exhuberante plantel?

En esta etapa, tan bonita, ya empezaban a “acercarse las sensaciones”. Ya disponíamos de algo más de información, pues las revistas de la época nos hablaban de los juegos top del momento. Pero también, ya era más cercano lo que se plasmaba en el videojuego a lo que se plasmaba en su caja. Ilustradores, como Toshiaki Mori, nos seguían encandilando con sus diseños para Metal Slug o King of Fighter. Stanley Lau, más conocido por Artgerm, hacia lo propio para Square-enix o Capcom o Saejin Ho nos dejaba boquiabiertos con diseños como los del título Starcraft. Yoshitaka Amano, nos regalo portadas con diseños en forma de joyas atemporales, como la precio portada de Final Fantasy VI para Square-soft.

Yoshitaka Amano fue el responsable de numeras ilustraciones para final Fantasy, cómo la portada de su sexta entrega

Sin embargo, conforme avanzan los años y las generaciones de consolas se suceden, el paradigma de la captación de atención cambia. Ya no se busca tanto que juegues al título porque la caratula te llamé la atención, aunque oye, si cuela cuela, las cosas como son.

A un libro siempre se le juzgará por su portada, pero ya disponemos de más información, como la que nos ofrece Internet, y se hace más complejo el sistema. Aún es importante captar tu atención en las carátulas de videojuegos, ya es necesario darte más datos, como el estilo gráfico que te vas a encontrar, los protagonistas que liderarán tu aventura, el género de la misma e incluso hasta rasgos característicos de la desarrolladora o de su región. Difícilmente veremos modelos humanos si después el juego tiene un diseño Cell-Shading o pixel-art.

Actualmente los videojuegos superan a sus portadas y podemos descubrir muchos detalles del mismo con solo observar su portada

Ya en nuestros dias, todavía es posible que nos encontremos con el anuncio de un juego, que lleva por bandera, el diseño de su portada, por algún famoso ilustrador o dibujante. Este fue el caso, por ejemplo, de la portada de la edición steelbock de Gears 5. Esta vino firmada por Alex Ross, uno de los mejores artistas del mundo del cómic, que ha trabajado para Marvel y DC Cómics. Ross, ya había participado en otros juegos, como Wacth Dogs o Assassins Creed 3, pero en este caso, rizó el rizo, con una portada francamente espectacular, que se convertía en un atractivo incentivo dentro de la edición coleccionista del juego.

En definitiva, este elemento tan curioso de nuestro hobby, como son las carátulas de videojuegos, nos ha acompañado desde sus más tiernos amaneceres. La profesión de ilustrador no es nada sencilla, hay que dominar númerosos parámetros, y, quizás, en este campo, no este en su punto más álgido con el avance del mercado digital y con videojuegos que ya no tienen las limitaciones gráficas de antaño. Sin embargo, es innegable que sus obras nos han dejado una profunda huella a muchos de aquellos jugones que ya soñaban solo con sostener una caja.

Menos mal, que tiempo después de “esto” tuvimos la saga de juegos Tony Hawk, con impresiónantes portadas para “flasearnos” la memoria.

Pero y tú querido lector jugón, ¿Cuáles diarias que son tus carátulas de videojuegos preferidas?

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