Gunnar Lightning Bolt 360: protección y rendimiento en cualquier situación

En estos tiempos que vivimos, la exigencia dentro del juego multijugador es feroz. Los usuarios que quieren demostrar su valía a los mandos deben esforzarse al máximo, dedicar muchas horas para conocer los trucos del juego, entrenarse a diario y trabajar con estrategias en equipo para conseguir el mejor rendimiento. Si ya hablamos dentro del terreno “gaming” profesional, ya no os quiero ni contar. Por eso mismo, cualquier ayuda es buena, y en ese sentido las gafas Gunnar Lightning Bolt 360 pueden ser nuestras mejores aliadas dentro y fuera del “campo de batalla”.

Todos hemos visto en algún vídeo o competición al clásico jugador que lleva unas gafas con filtro amarillo. Esa montura con cristales tintados que se ponen delante de los ojos no es para destacar más, sino que tiene sus beneficios en según que juegos. Quienes me conocen saben que mi profesión es ejercer de óptico-optometrista, por eso os puedo contar perfectamente cuáles son las virtudes de este tipo de filtros que cada día se están poniendo más de moda, y mis impresiones sobre la calidad de las gafas GUNNAR que estamos analizando. Todo tiene un por qué, y estoy seguro que a través de esta reseña muchos conoceréis las ventajas y desventajas al llevar estas gafas tan especiales.

Unos cristales para ABSORBER la luz azul

Cristales amarillos. Lo que en principio puede parecer una forma de llamar la atención, se convierte en algo más cuando se investiga sobre el tema. Todos sabemos que los rayos UV (ultravioleta) son malos tanto para nuestra piel como para nuestros ojos, y que conviene protegerlos lo máximo posible. Pues bien, de forma menos dañina (más bien molesta), tenemos el espectro de onda azul, que está muy cerca de los rayos UV antes citados. Esta exposición a la luz azul se hace más latente y continuada en aquellas personas que trabajan con ordenadores, dispositivos móviles, pantallas o incluso en lugares cerrados con el clásico fluorescente. Lógicamente, un jugador que se ponga este tipo de gafas gaming consiguirá ciertos beneficios de confort y contraste que de otra forma sería imposible.

¿Sabéis lo que es el ruido musical? Es cuando se escucha de fondo ese sonido constante, como un soplido continuado que no cesa nunca. O la típica “escarcha” o granulado extraño que había en las películas antiguas si hablamos de ruido cinematográfico. Ese ruido, sin que nosotros nos demos cuenta, también se produce en nuestra retina debido al espectro de onda de luz azul, y gracias a los filtros amarillos se disipa significativamente. Es cierto que todo se ve envuelto con una ligera capa amarillenta, pero el contraste mejora, y en juegos como shooters multijugador se hace especialmente interesante para localizar antes al objetivo.

Unos cristales para REFLEJAR la luz azul

Los cristales amarillos de las gafas Gunnar Lightning Bolt 360 no son la única ventaja que ofrecen. La exposición continuada de luz azul también provoca que nuestra retina “se excite”. Bueno, más bien la exposición de luz azul genera que haya un bloqueo de la melatonina, una hormona que genera el sueño. Puede parecer una ventaja “no dormirse” mientras uno juega, pero hay gente que lo acusa bastante y dan vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño después de una larga sesión de juego, trabajo o estudio. En ese sentido, las gafas Gunnar cumplen con todos los requisitos que se piden a este tipo de ayudas gracias a su antirreflejante con la capacidad de bloquear estas ondas nocivas para nuestros ojos.

He de decir que al principio dudaba de la calidad tanto del filtro como del antirreflejante de estas gafas gaming. Considero que no hay nada mejor que los filtros que se venden en las ópticas especializadas, enfocados para pacientes con problemas visuales y que necesitan cualquier tipo de mejora, por poca que sea. Gunnar ha hecho bien su trabajo, y nada más ponerme sus gafas vi todo mucho más perfilado, con esa mejora en el contraste de la que os hablaba. De hecho, en sus instrucciones no lo ponen, pero juraría que los cristales provocan una ligera magnificación de imagen que se aplica en ciertos casos para ver mejor. He tenido unas cuantas sesiones largas de juego y bueno… aunque sigo siendo igual de malo, sí que he notado confort visual que de otra forma no tenía. Es más, mientras escribo estas líneas estoy con las gafas puestas, y en ningún momento he notado pesadez visual.

Unos cristales para ABSORBER los infrarrojos

Si cerca de la onda de luz azul nos protegemos de la luz UV, cuando sobrepasamos el espectro rojo hay que protegerse de los rayos infrarrojos. Este tipo de onda larga es la que propicia calor, y nuestros ojos lo pueden percibir de mil maneras. Si no tenemos mucha lágrima, al final toda la película que recubre el ojo se evapora dejando nuestro globo ocular desprotegido. Solemos tener bastante reserva lagrimal, pero si las condiciones son adversas (monitores que emiten calor, aires acondicionados, exposiciones muy largas, medicamentos que frenan la segregación de lágrima…) al final acabaremos con el ojo rojo, picores y otros problemas adyacentes. No es que sea la virtud más determinante de estas gafas, pero siempre está bien que se incluya. Todo lo que sea beneficioso para nuestro ojo es bienvenido.

Si te cansas de jugar, prueba con salir a la calle

Para más protección, Gunnar Lightning Bolt 360 viene con otra pareja de cristales de sol con todas las ventajas de las anteriores lentes, pero obviamente, más oscuros. Con algo de presión y maña, las lentes se pueden intercambiar sin ningún problema, aunque si no estáis muy seguros de lo que hacéis, acudid a un experto que os lo cambiará al momento. En este caso, no hay un velo amarillento que cubra nuestro campo de visión, sino que la lente tendrá un tono grisáceo (color estándar de gafa de sol, vaya) pero que no disfraza mucho los colores naturales. En esta segunda pareja de cristales si que tengo alguna pega más, y es que no son polarizados, elemento que hubiera quedado como un guante sobre todo si conducimos. Entrando en materia más personal, tampoco soy muy partidario de los antirreflejantes por la cara externa, creo que queda más elegante y funcional estando por la cara interna de la lente.

Hablemos de la ergonomía de la gafa

Cuando hablamos de un accesorio, ayuda o complemento (llámenlo como deseen) que vamos a tener puesto mucho tiempo, más vale que sea lo más cómodo posible. Gunnar Lightning Bolt 360 intenta ofrecer varias alternativas en su misma gafa para ser una montura confortable y fácil de llevar. Digo “intenta” porque, aunque el empeño por ofrecer una gran variedad de piezas está presente, no siempre consiguen adaptarse del todo bien a la fisionomía de nuestra nariz u orejas.

Para empezar, tenemos tres tipos de varillas: unas de metal, otras de pasta y otras terceras que no son varillas como tal, sino un cordón. Del cordón os podéis olvidar a no ser que queráis hacer algún tipo de deporte “movidito” donde la gafa no se mueva ni un milímetro. De las otras dos alternativas, sin duda me quedo con la varilla de metal. Si hablamos de comodidad, una gafa ligera prima ante una pesada, y materiales más livianos y finos deberían ser la tónica de estas gafas. Las varillas de pasta se antojan algo grandes, y aunque en ambos tipos de sujeción no hay mucha capacidad de amoldar la varilla a la forma de nuestra oreja/cabeza , las de metal al ser más finas las noto menos. Ojo, tomad esto como algo muy personal. Hay gente que prefiere “sentir la gafa” y notar el peso de unas varillas de pasta. Incluso la propia compañía enfoca este tipo de varillas como una solución viable para poder usar los cascos de manera cómoda y sin mucho estorbo de por medio.

Una gafa “Gunnar de pelar”

El frontal de la gafa lo veo mejor diseñado. Es una montura con algo de curvatura, ideal para ver lo que sucede en al periferia sin que el marco de la propia montura limite nuestra visión. Hablando de campo visual en líneas generales, será el suficiente para ver todo lo que sucede en nuestro entorno, así que en ese sentido no hay ningún problema. Incluso como gafa de sol es ideal, ya que el marco cubre perfectamente por la parte superior, impidiendo que los rayos entren y nos deslumbren. Los talones y los materiales de la montura parecen resistentes, aunque el fleje que une la varilla con el frontal no me da mucha seguridad. Cambiar de un tipo de varilla a otro se realiza ejerciendo presión sobre una pieza de plástico, y me da miedo que al final ceda si estamos intercambiando mucho las varillas. Por el resto, no puedo poner ninguna pega.

Otro de los detalles que muchos fabricantes no tienen nada en cuenta y en Gunnar se han preocupado es en el puente de las plaquetas que se apoyan sobre la nariz. En vez de tirar por un tamaño “normalizado”, han optado por diseñar tres tipos distintos de pieza (pequeño, mediano y grande) que otorga tres tamaños distintos de plaqueta. Cuanto más grandes son, más se notan pero a la vez mayor superficie de apoyo recogen. En esto no hay reglas, lo mejor es probar las tres que hay y buscar aquella que encontremos más cómoda. También le voy a sacar algo de punta a este apartado, ya que las plaquetas no se pueden “abrir o cerrar” en función del ancho del puente de la nariz. Parece una tontería, pero si no entramos dentro del “cánon de narices”, podemos encontrar un conflicto. Por supuesto, dentro de la ergonomía de la gafa, eso es un mal menor, pero aquí hemos venido a desmenuzar todo.

Conclusión

He de reconocer que las gafas Gunnar Lightning Bolt 360 me han sorprendido gratamente por la calidad de imagen que poseen sus cristales. El filtro está muy bien elegido (por cierto, en su web hay otros diferentes si queremos hacer distintas combinaciones), y que incluya antirreflejante para la luz azul y la infrarroja es un “plus” muy grande en cuanto a las virtudes de las lentes. Las características que poseen las gafas a la hora de jugar no van a condicionar el ritmo de la partida, ni nos van a hacer mejores jugadores. En cambio, sí que nos van a proporcionar un mayor confort visual, mayor contraste para diferenciar al resto de integrantes de la partida y otras condiciones saludables para el sistema ocular que día tras día iremos observando. Si jugáis poco a la consola, o de manera ocasional, posiblemente no os interese este producto. Pero si en cambio estáis horas sin parar, competís en alguna liga profesional o simplemente echáis 8 horas al día delante del ordenador trabajando, esta ayuda os puede convenir. No os lo dice un redactor sin más, los beneficios por usar antirreflejante de luz azul me lo comentan los clientes que pasan por mi óptica, y el filtro amarillo puede ser también un gran aliado (siempre que en vuestro trabajo la importancia de ver los colores tales y como son no sean determinantes, puesto que todo se ve con un leve velo amarillento). Sé que es difícil, y pese a la gran variedad de opciones de personalización que existen, intentaría probar antes el modelo para ver si se adapta bien a vuestra cabeza, orejas y nariz. Es una gafa que parece resistente, pero algo pesada, y más vale saber de primera mano si la vamos a poder soportar.

Si estáis interesados en las gafas Gunnar Lightning Bolt 360, podéis encontrar el modelo en la página web del fabricante. Pueden ser sin graduación a un precio de 129.99$, o bien graduadas (con un límite de +2.00/-2.00 dioptrías) por un precio de 350$.

Agradecemos a Gunnar la accesibilidad y amabilidad por habernos cedido una de sus gafas para la realización de este análisis

Gunnar Lightning Bolt 360

129.99$
8.5

Nota Final

8.5/10

Pros

  • Calidad del cristal excelente. No hay nada mejor.
  • Varias opciones de personalización
  • Pueden encargarse las lentes graduadas...

Cons

  • ... aunque resulta muy caro
  • Las lentes de sol no son polarizadas, y vendría genial que así lo fueran
  • La ergonomía no está del todo bien conseguida. Probadla antes si podéis.

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