Análisis de Immortals Fenyx Rising: la gran sorpresa de 2020

Ubisoft nos entrega una obra maravillosa, resultando ser el “tapado” del año

2020 ha sido un año extraño para todos, difícil, pero con una recta final de lanzamientos impresionante de parte de Ubisoft, pero con Immortals Fenyx Rising llegó la sorpresa. Sorpresa no solo agradable, sino recibida con los brazos abiertos y le daremos el valor que merecen las nuevas propuestas, que es lo que pedimos muy a menudo.

Ubisoft Quebec es la encargada de presentarnos la aventura de Fenyx, única superviviente de un naufragio y que enseguida es “guiada” para cumplir la profecía y devolver a la normalidad al resto de humanos que han sido petrificados por Tiphon. La historia la narran Prometeo, que robó el fuego y se lo entrego a los hombres y que fue castigado por Zeus encadenándolo en la cima de una montaña para siempre.

Entre ambos dioses, nos irán contando las aventuras en el viaje de Fenyx para salvar al resto de dioses, expulsados del Olimpo por Tiphon, para así le presten su divina ayuda en su empresa. Cabe destacar el guion, las discusiones, puyas y comentarios de los narradores y de cómo evoluciona su relación. He aquí en el transcurso de los acontecimientos donde se encuentra un mensaje potente de superación, respetarse a uno mismo y saber reconocer los errores.

Y así empieza la historia en Immortals Fenyx Rising, una con una joven e inexperta aspirante a heroína ensombrecida por la grandeza de su hermano, héroe de incontables batallas y espejo donde mirarse. La pasión de Fenyx y su espíritu de superación serán claves para intentar rescatar a su hermano y los demás de su descanso pétreo.

¿Qué encontraremos en el juego?

Sé que muchos comparan este juego con Zelda Breath of The Wild, y tal vez sea así, pero no vengo a hablar de esto; es más, diría que Fenyx Rising toma mucho más de títulos como Darksiders 2 con algunos toques del combate de juegos como Dark Souls o Assassin’s Creed Origins. Pero no hay que tomar esto como una mezcla batida a lo loco en una licuadora, sino en pellizcos sutiles de géneros y mecánicas que encajan a la perfección.

Nos encontramos ante un mundo semi-abierto situado en Isla Aurora, en la antigua Grecia, y partiremos en una pequeña porción que servirá de modo tutorial para hacernos con los controles. Antes de nada, explicar el sistema de Resistencia que se ha implementado. Es uno de los motores del juego en cuanto a movilidad, porque nuestro personaje puede escalar como en la saga Assassin’s Creed, pero limitado por bloques de resistencia que deberemos vigilar.

Nadar, correr o realizar dobles saltos también consumirán estos bloques, que si se agotan pueden hacer que nos ahoguemos o caigamos al vacío. Así, el juego invita a explorar, pero con cabeza, o si no, dejarlo para más adelante cuando aumentemos nuestra capacidad de resistir estas actividades.

El sistema de combate es de lo mejor del título, ya que además de unas mecánicas sólidas de ataques fuertes o débiles, le podremos sumar más adelante un arco, las alas de Ícaro, habilidades especiales con todas las armas, arrojar elementos del entorno y multiplicar el daño mediante un medidor de combos. Tenemos los mecanismos típicos ya arraigados en los videojuegos, como esquivar, bloquear y haciendo estas cosas en el momento justo, ganar en daño, ralentizar el tiempo y tomar ventaja sobre los enemigos.

En el mundo vivo que recorremos, hay situados varios útiles en nuestro viaje, como Ambrosias, Cristales, frutos y cofres, los cuales deberemos ir recogiendo para más adelante aumentar nuestra vitalidad y fabricar pociones. Sí, tenemos asignados unos espacios a la cruceta para curarnos comiendo frutos o tomando pociones, alargar o recargar la resistencia y aumentar la defensa o el ataque.

Todo esto es una excusa inteligente para explorar y arriesgarse, para detenerse en los rincones escondidos en la isla que nos pueden dar recompensas. Aquí los únicos coleccionables son los aspectos de las armas y armaduras, porque por lo demás, valdrá para hacer al personaje mucho más fuerte y resistente. Algo a valorar, pues no hay en el camino de las misiones principales un obstáculo por nivel (ausente en el título), sino más bien lugares inaccesibles al principio que son un extra si queremos conocer más historias de la mitología griega y profundizar más en las relaciones de los dioses.

Al rescate de los dioses

Cuando terminamos la primera y pequeña zona costera del naufragio, conocemos a nuestro particular guía en la aventura, y éste nos contará como el Olimpo está vacío y que debemos rescatar a los dioses ausentes. Así comienzan la historia principal, dividida en 4 zonas para cuatro deidades a recuperar y cada una con un aspecto totalmente diferente.

En todas estas zonas se erigen estatuas colosales que representan a los dioses a los que deberemos prestar ayuda, y cada misión comienza con encumbrar estas colosales representaciones de piedra. Desde arriba desbloquearemos todo el mapa y ayudados por nuestra visión de lince, podremos ir desvelando tesoros, elementos de utilidad, y cámaras del Tártaro (hablaremos más adelante).

En todas las zonas de la isla encontraremos cofres, desafíos con el arco, desafíos míticos, carreras olímpicas, y resolución de todo tipo de puzles, uno de los puntos fuertes del juego. También se hallan las cámaras del Tártaro, una especie de cráteres de donde emerge una luz roja intensa y donde podremos colarnos para resolverlos, obtener tesoros y el premio final; rayos de Zeus que luego usaremos para aumentar nuestra resistencia.

En estas cámaras nos encontramos en otra dimensión; un mundo perdido en el espacio tiempo con puzles por resolver y que será una de las mecánicas incluidas para rescatar la esencia de los dioses y devolver a su forma original. Estas cámaras están repartidas por todas las zonas del mapa y se cerrarán totalmente una vez lleguemos a la meta y recojamos todos los tesoros (esta parte es opcional).

Volviendo a las misiones principales del juego, una vez consigamos las esencias de cada dios, nos iremos a la Sala de los Dioses, donde recuperaremos las formas originales de los dioses y éstos nos obsequiarán con sus “bendiciones”, muy útiles en combate.

En esta sala, a la que podremos acudir mediante un viaje rápido, podremos subir el nivel de vida, resistencia, habilidades divinas y de combate, fabricar pociones y mejorar nuestras armas/armaduras. Me ha gustado mucho el sistema de mejora de las armas y armaduras, divididas en espadas (ataque débil pero que recarga resistencia para habilidades divinas), hachas (ataque fuerte que desestabiliza poco a poco a los enemigos), arcos para ataques a distancia, resolución de puzles y desafíos, armaduras, yelmos, y unos apartados especiales de número de flechas (se recargan en unos segundos) y capacidad de pociones.

La diferencia con otros títulos como Origins o Darksiders 2, es que las armas hacen todas el mismo daño, pero con la peculiaridad de que cada una que encontramos tiene habilidades distintas. Unas hacen más daño tras un esquive perfecto, o un parry justo a tiempo, otras recuperan salud, otras desestabilizan más a los enemigos y otras funciones. Puedes equiparte con la que quieras en cada momento (excepto en mitad de los combates), y lo bueno es que no son de usar y tirar, pues cuando se mejoran en la fragua, se hace por grupos de armas. Es decir, si gastamos cristales para mejorar las espadas, se mejoran todas, solo cambia el daño del grupo de armas. Si mejoramos el arco, lo hacen todos ellos, subiendo el daño del grupo de armas.

Una mención especial a los puzles y misiones secundarias

Además del hilo principal, se activarán unas misiones secundarias opcionales que nos encargarán los dioses que rescatemos, y el premio será, además de mejorar a nuestro personaje, una mini aventura que nos contará una simpática historia para conocer mejor a los dioses que veneramos.

Derrotar ciertos enemigos o recoger objetos valiosos serán la pauta de estas secundarias, y además, en cada zona domina un héroe que ha sido envilecido por Tiphon. Éstos aparecerán de vez en cuando por la zona asignada a cada uno, y serán muy duros de roer. Solo podremos evitar que aparezcan en una misión secundaria que tratará de ir a su encuentro en su forma final, mucho más dura y difícil. “¿Quién no querría enfrentarse a Aquiles o Atalanta?”. Recomiendo muchísimo estos encuentros en forma de batalla de mini bosses, pues le dan otro punto al juego y extienden la experiencia jugable.

En cuanto a los puzles del juego, éstos se dividen por todo la Isla, y son de lo más variados e ingeniosos. Incluso algunos tienen una de sus partes mecánicas bloqueadas por un mini puzle rápido que nos hará hacer funcionar el coco. Pero no os preocupéis, pues los acertijos a la par que ingeniosos son muy intuitivos y sobre todo, placenteros de resolver.

Las mecánicas de puzles se basan en activar mecanismos, desbloquearlos mediante una flecha de fuego, que conseguiremos al disparar una atravesando un brasero o antorcha y alcanzando uno de estos elementos que se encuentra apagado. Para esto disponemos de unas flechas “especiales” denominadas flechas de Apolo. Éstas consisten en disparar una flecha que podremos guiar con el stick con el tiempo ralentizado hasta alcanzar el objetivo, que además de usarse en los puzlesm podremos usar en combate.

Otras maneras de resolver puzles es mediante unos pulsadores de resistencia variable, indicados con una pluma o un yunque, para así poner objetos encima más o menos pesados. Esto se consigue con una herramienta que conseguimos siguiendo la historia principal: los brazales de Heracles. Con ellos, además de empujar objetos pesados, nos permitirán usar su poder para levantar objetos con una especia de rayos tractores, siendo esto útil para desplazar rocas, troncos de árbol, piedras redondas (similar a las mecánicas de Darksiders II) y cubos de metal y otros materiales más o menos pesados.

Algunos acertijos requerirán de habilidades divinas, pero no os agobiéis, podéis volver más adelante, como en algunas cuevas que solo puedes acceder cuando obtenemos el pájaro que rescatamos en una de esas misiones (es obligatorio para rescatar a Atenea) y que nos acompañará en la aventura.

Una joya audiovisual que muestra un mundo orgánico

Quizás no encontramos gráficos que tiren más hacia el foto-rrealismo, o al menos un aspecto más parecido al de AC Valhalla o Watch Dogs Legion. Immortals Fenyx Rising se parece más al estilo Pixar en cuanto a los modelados de los personajes y enemigos, pero no es lo importante aquí.

En todo momento, al menos en la versión de Xbox Series X que es con la que he redactado este texto, podemos encontrar un mundo tirando más a lo orgánico, pudiendo ver desde muy lejos que las cosas, animales y enemigos están en movimiento. Lo que alcanzas a ver a lo lejos, está sucediendo, no hay cargas de texturas al acercarnos, no hay popping ni cargas de pantalla entre zonas. Si puedes verlo está ahí, lo que ayuda y mucho a la hora de querer explorar todos los rincones en la isla.

El diseño artístico pese a no destacar en cuanto al modelado de personajes, es muy vistoso, pero sobre todo, lo que más llama la atención son los escenarios, la vegetación, el efecto del viento, las partículas de polvo, hojas y demás que muestran un mundo vivo lleno de color. Tal vez la paleta de colores no sea del gusto de todos por sus tonos acuarela, pero a mí desde luego me han ofrecido un sitio a donde querer volver.

Y como digo muchas veces, el alma de un videojuego es su banda sonora, que en este título cuenta con temas épicos, melodías que ambientan cada situación y mucha personalidad. Los efectos de sonido cumplen a la perfección, con un montón de registros y Ubisoft Quebec ha implementado Dolby Atmos (disponible para algunos altavoces y auriculares especiales si pagamos la licencia) y el sonido 3D espacial (Spatial Sound 3d), una característica de nueva generación.

El juego está totalmente doblado al castellano con buenas interpretaciones en las voces de Zeus y Prometeo, y otras que simplemente cumplen como el/la protagonista (podemos elegir si queremos voz femenina o masculina) u otros personajes. Es de agradecer que Ubisoft siempre apueste por el doblaje en varios idiomas, más cuando se trata de grandes lanzamientos, pero también en otros relativamente modestos.

Diversión para rato

El juego tiene una buena duración, que dependerá en gran medida de si nos gusta ir directos al grano, o queremos obtener todos los poderes, tesoros armaduras y animales de monta. Sí, además de poder correr o planear con la alas (esto consume resistencia), tenemos la opción de dominar a algunos animales que encontraremos en las distintas zonas, como caballos, ciervos, caballos alados e incluso unicornios. Cada uno tiene una capacidad mayor o menor para cabalgar sin cansarse, lo que nos vendrá bien para desplazarnos por el mapa.

Suele ocurrir en los juegos de Ubisoft y otras desarrolladoras, que podemos encontrar un mapa lleno de iconos y misiones, pero en este caso particular tiene mucho más interés, pues lo que consigamos al recoger tesoros nos ayudará a subir de nivel las armas, la ambrosia para subir la vitalidad, los rayos de Zeus para la resistencia y las monedas de Caronte para mejorar las habilidades divinas y de combate.

Los desafíos también son opcionales, como los de las flechas de Apolo o los itinerarios (carreras contrarreloj), pero tienen su recompensa. Otros puntos de interés son las liras pequeñas y grandes que encontramos en la isla; hay una grande en cada zona y varias pequeñas. Cuando encontramos las pequeñas, deberemos memorizar (o mejor apuntar) las melodías, para más adelante volver a la Lira Grande de la zona a la que pertenecen para tocarlas disparan flechas a sus gigantes cuerdas, lo que nos otorgará un suculento premio.

Lo único que puede mostrar menos interés son las apariencias de las armas, el pájaro y las armaduras, que solo cambian el aspecto de las mismas. Pero lo que sí merece la pena es encontrar las diferentes armas que ofrecen habilidades únicas que nos servirán según nuestra personalidad de combate o necesidades.

El juego me ha durado algo más de 30 horas, y eso que me he entretenido a veces más y otras menos por las diferentes zonas del mapa las cuales merecen ser exploradas. Immortals Fenyx Rising invita a explorar por sus ingeniosos rompecabezas, sus historias secundarias y sobre todo, por hacernos más fuertes para ir a rincones opcionales donde los enemigos son muy poderosos, pero que no están en el camino de la historia principal

Conclusión

Immortals Fenyx Rising ha sido una de mis mejores experiencias no solo del año 2020, sino de la generación que se va quedando atrás poco a poco. Sin duda el tapado de Ubisoft que quizás esté opacado por la sombra de Valhalla o Legion, y una vez lo descubres te das cuenta de que merece muchísimo la pena.

La isla Aurea es un sitio al que quieres volver, con sus maravillosas vistas, sus misteriosos rincones, la variedad de climas y situaciones que invitan a explorar y sacarle partido a un sencillo modo foto. Tú decides lo que quieres visitar, tú decides qué misiones completar y conocer más héroes o personajes, pero os aconsejo que no tengáis prisa y descubráis lo que hay escondido en el mundo que han diseñado desde Ubisoft Quebec.

Un sistema de combate muy rico y satisfactorio, unos enemigos formidables y unos rompecabezas muy bien planteados lo hacen un videojuego redondo, tan solo ensombrecido por unas cámaras del Tártaro en ocasiones excesivamente largas. Pero aún así una gozada jugable y una maravilla audiovisual pese a sus gráficos estilo Disney.

Immortals Fenyx Rising ya está disponible en Xbox One, Xbox Series X|S (tiene la funcionalidad Smart Delivery), Playstation 4|5, Nintendo Switch, Google Stadia y PC. Aquí os dejamos el tráiler del título de Ubisoft Quebec.