¿Había ganas de Windjammers 2? No os hacéis a la idea
Desde bien pequeño siempre me han gustado los juegos de recreativas. Gráficamente eran espectaculares, tenían unas mecánicas simples pero efectivas y su nivel de dificultad exigía lo mejor de ti mismo. De todos los títulos que he podido disfrutar, sólo hay unos pocos que tengo encumbrados en mi podio, y uno de ellos es Windjammers. Es por eso que esperaba el trabajo de Dotemu con muchas ganas e ilusión. La compañía sabe tratar las obras clásicas con cuidado y cariño, mejorando sus mecánicas pero sin perder nunca la esencia que los hizo tan buenos. Por suerte, lo han vuelto a hacer con Windjammers 2, donde mejoran algunos aspectos que describiremos en este análisis, pero manteniendo la personalidad propia que hizo tan bueno este juego de frisbee. ¿Preparado para la batalla de discos voladores?

J. Costa, el héroe que todos necesitamos
Para quienes no conozcan la propuesta, Windjammers 2 nos invita a vivir unos emocionantes partidos donde debemos “meter goles” al rival con un frisbee. Dispondremos de varios ataques, poderes especiales y artimañas para engañar al rival y colar el disco en su portería, por lo que habrá que ser astuto y andar muy bien de reflejos. Además, tendremos escenarios con obstáculos y características especiales, aparte de zonas en la portería que sumarán más puntos que otros. Una puesta en escena a priori sencilla, ero que engancha por su accesibilidad.
En esta segunda entrega contaremos con los seis jugadores que vimos en la primera iteración, con dos nuevos miembros incluidos en el roster inicial. Cada uno de estos deportistas tendrá distintas características. Los hay más rápidos pero menos fuertes y viceversa, algunos que tiran de fuerza bruta pero están penalizados en la velocidad. No hay ni mejores ni peores, sino que tendremos que buscar el “deportista” que mejor se adapte a nuestro estilo de juego y cuyo poder especial también nos resulte efectivo.

Rebota, rebota… y en tu culo explota
Los rebotes serán la salsa de Windjammers 2. A través de las paredes, de los efectos que podamos dar al disco, o los “globos” si está muy cerca de la red iremos sumando puntos que nos otorguen la victoria. Para esta ocasión, aparte de los tiros especiales tan característicos, tendremos nuevas habilidades. Para empezar, podremos saltar y desde el aire rematar con el disco. También tendremos como novedad una barra que se irá recargando y que nos ofrecerá un tiro especial (ojo si contraatacamos con otro tiro especial, porque ahí el partido se vuelve loco).
Si nos gusta el juego rápido, incluso podremos devolver el frisbee “al primer toque”, sin necesidad de agarrarlo con las manos. Todo esto, a fin de cuentas, serán pequeños añadidos que no empañan la experiencia de juego original, y suma variantes que lo hacen mucho más rico en mecánicas. Precisamente, yo estaba tan acostumbrado a la entrega original que tenía miedo de que hubieran “toqueteado” demasiado su esquema de controles por lo visto en los tráilers, pero podemos respirar tranquilos en ese aspecto.

Like the old times
De hecho, en algunos aspectos Dotemu ha sido bastante consevadora. Demasiado, diría yo. El modo arcade será un mero tutorial de 5 partidos y poco más, sin ningún aliciente salvo repetirlo con otro personaje o dificultad. Al contrario que vimos en Streets of Rage 4, pasarte esta vertiente single-player no desbloquea nada de nada, y deja una sensación agridulce. A ver, que el juego es lo que es y tampoco se puede pedir mucho más. Pero no hubiese estado de más un modo adicional que se saliese un poco de las bases ya conocidas, nuevos protagonistas, etc. Quién sabe si en un futuro…

Piques a través de la red
Lo que tampoco queda claro es cómo se va a desenvolver su modo online, principal fuente de atención especialmente para los usuarios de Xbox, ya que Windjammers 2 sale en Game Pass, con todo lo que ello conlleva. Las partidas competitivas, al igual que hemos visto en la primera entrega lanzada en Switch o PS4, tienen un sistema de progresión que nos sumará o quitará puntuación según vayamos ganando o perdiendo partidos.
Iremos avanzando a través de varias ligas, y como viene siendo lógico, cuanta mayor sea nuestra puntuación, encontraremos jugadores más difíciles que nos hagan sudar de lo lindo. Las pocas partidas que he podido jugar antes del estreno oficial del título han ido bien, sin problemas de conexión ni lag ni nada por el estilo, aunque es pronto para opinar al respecto. Veremos con el tiempo si el juego necesita algún arreglo o si tarda poco en encontrar partida.

Qué gusto da empotrar al rival en su portería
Visualmente resulta un poco raro a primera vista. Dejamos los sprites para enfrentarnos a un dibujado que ya viene siendo muy característico de DotEmu. Puede que guste más, o puede que guste menos, pero no impide que disfrutemos de los partidos. Las caras de cada jugador es lo único que me choca un poco. Tienen un aire menos serio que en la primera parte, pero eso sólo lo veremos en momentos muy concretos de la partida. Luego en “cada batalla” el juego se transforma, y ese nuevo aspecto visual ayuda a contemplar todo un espectáculo de efectos, luces y partículas que resulta muy llamativo.

Conclusión de Windjammers 2
DotEmu sigue sabiendo “homenajear” a sagas clásicas y lo vemos muy bien representado en el juego que estamos analizando. Las partidas de frisbee que disputaremos en esta continuación son conservadoras en comparación con la primera parte, pero eso no quiere decir que sean malas. Volveremos a emocionarnos, a saltar sobre el sofá y a maldecir a los rivales que nos ganan en cada partido.
Windjammers 2 tiene novedades, aunque siempre respetando el trabajo original que funcionó tan bien en su día. Habrá nuevos ataques, nuevos jugadores e incluso los partidos durarán más. El único temor que existe, (y del cual no podremos valorar nada hasta bien pasadas unas semanas) es el funcionamiento de su vertiente online. Veremos cómo responde la comunidad ante sus partidas igualadas. Por suerte, que salga en Xbox Game Pass ayudará a que mucha gente se anime a probarlo y degustar la esencia que desprenden los discos voladores. Yo os espero allí, por supuesto.