Análisis de Wasteland 3 para Xbox One X

Esta semana traigo un análisis de un género diferente. Wasteland 3, de inXile, es un fantástico exponente del rpg táctico, donde además se unen la narrativa y la ambientación con la profundidad jugable. En este texto recogeré mis impresiones a los mandos, pero hay que tener en cuenta que no soy, ni por asomo, asiduo a este género. Lo cual nos lleva a un paradigma interesante, puesto que el análisis permitirá a otros no asiduos tener una idea de como es enfrentarse a un juego de este calado con las manos desnudas.

Wasteland 3 retoma los hechos sucedidos en su anterior entrega y continua con la búsqueda de la supervivencia entre las nuevas facciones que pueblan un mundo post apocalíptico. Nosotros, los ranger, debemos llegar hasta Colorado para cumplir con nuestra parte en un pacto de ayuda a cambio de suministros para nuestro pueblo. Por desgracia, el problema es mayor de lo que cabría esperar y un grupo de la facción opuesta nos ataca de camino. El resultado es el peor escenario posible, muchos muertos, el escuadrón diezmado y una retirada forzada entre tiroteos. La introducción nos hace de ligero tutorial para ver que nos depara el gameplay a nivel batalla.

Si ya conocéis el género, aunque sea de oídas, estamos ante un título de rol táctico donde posicionar a nuestros personajes en una cuadrícula. Es más complejo que eso, hay que movilizar a las tropas por el escenario mientras buscamos como parapetarnos y, a su vez, disponer de ángulos y distancia óptima para atacar a los enemigos. El tutorial nos propone batallas bastante guiadas donde nos dicen más o menos donde deberíamos posicionarnos y como usar las habilidades disponibles en cada turno. Asimismo, nos da retazos de las diferencias entre clases y la construcción de cada personaje, así como la importancia de montar un grupo equilibrado que combine sus habilidades dentro y fuera de combate.

Si nos centramos en el apartado del combate, tenemos un juego muy sólido dentro de su género, además de exigente. Si bien es cierto que podemos elegir el nivel de dificultad, e incluso cambiarlo si no nos convence más adelante, no es un juego apto para no iniciados. No solo debemos posicionarnos y usar habilidades, además debemos construir los personajes, y aquí llegan las decisiones que pesan más que la propia narrativa. De entrada deberemos escoger quienes somos y nuestros orígenes. Desde mercenarios hasta punks reinsertados hasta un padre y una hija que superan el día a día. Cada dúo presenta unas características y rasgos concretos. Esto nos lleva a disponer de formas de jugar diferentes, dado que disponer de un personaje con buena labia puede evitar enfrentamientos mientras que otro que disponga de habilidad con explosivos puede volver una trampa contra el rival.

Tras pasar por Wasteland 3, dudo que haya dos partidas iguales. Un equipo puede estar formado por expertos en armas automáticas, mientras otros dominen el cuerpo a cuerpo. Las combinaciones de armas son muy amplias y cada una ofrece un gameplay diferente. Así como mejorar las capacidades de los personajes en las maestrías escogidas afectan a su manejo con estas. Como inciso, el mítico momento de XCOM en el que disparas a bocajarro a alguien y fallas el tiro con un 95% de acierto… suceden, y bastante. El humor siempre es importante.

Por lo demás, las reglas de la lucha son las de siempre: indicadores de salud, puntos para realizar acciones y daño directo y en el tiempo. Cada turno, podremos realizar acciones en cada personaje consumiendo sus puntos. Por lo que si nos desplazamos muchos cuadros, dispondremos de pocos puntos para otros temas. Usar objetos, atacar, moverse serían los más comunes. Sin embargo, también podemos usar habilidades especiales, aprendidas préviamente, para crear situaciones diferentes, así como dejar al personaje en espera. Esta espera ofrece ponerse a la defensiva a cambio de los puntos que nos quedan, o ponernos en observación para disparar a los enemigos que se muevan o incluso acumular los puntos de movimientos restantes para el siguiente turno.

Todo este sistema viene sustentado por una serie de árboles(no son árboles al uso, es algo más de casillas) de habilidades donde escoger que queremos. El sistema puede recordar un poco a los perks de Fallout (y la estética también), pues tenemos descripciones muy cómicas como experto en tostadoras o lameculos. Cada cosa ofrece nuevas opciones en combate y fuera además de acceso y control de nuevas armas y formas de luchar. Literalmente, para usar armas automáticas debemos disponer de dicho perk. Pero la cosa no acaba aquí, también hay ventajas que mejoran la salud o efectos derivados de las habilidades adquiridas.

Podría pasarme la tarde hablando de toda la personalización y opciones pero mejor pasamos a otro tema. Como comentaba, escoger un dúo u otro al empezar nos ofrece una forma diferente de aproximarnos al juego. Esto aplica también a la propia historia, pues ya tenemos un trasfondo personal más allá de nuestra facción. Aunque, esto no genera protagonistas únicos. A fin de cuentas, cada nuevo héroe o heroína que entra en el grupo es jugable dentro y fuera de los combates. Es más, muchos de ellos tienen su peso narrativo individual en las campañas que enfrentamos, y en algunos objetivos secundarios.

Nuestras andanzas por Colorado nos lleva a disponer de una base de operaciones. Esta es mejorable y debemos ir complementándola con los diferentes servicios que necesitamos. Véase mecánicos, armeros, médico, seguridad y miembros que podamos intercalar en nuestros grupos de combate. Este crecimiento vegetativo se consigue superando la campaña principal, completando misiones secundarias, e incluso hablando con gente del pueblo. Cabe decir, que las decisiones son el día a día, nuestras elecciones pueden llevarnos al diálogo donde añadimos a un miembro o incluso a matarlo. El peso de la moralidad hace acto de presencia una vez más, incluso tenemos una barra de fama que nos representa allá donde vamos.

No es oro todo lo que reluce. El juego rinde de forma bastante óptima y tiene un apartado visual correcto. No obstante, el mapa funciona por secciones y los tiempos de carga entre pantallas se me han hecho eternos. En alguna misión me han dado ganas de irme a dar un paseo por la cantidad de intercambio entre escenarios que he tenido que hacer, con sus respectivos tiempos de carga. Por otra parte, la localización a veces resulta incoherente. Interactuar con cualquier objeto aparece con el texto “hablar”, lo cual resulta extraño cuando se trata de un cadáver, un ordenador o cualquier otro objeto inanimado.

En definitiva, Wasteland 3 es de los mejores juegos de rol táctico de esta generación. No solo eso, además ofrece una historia con muchos flecos, una profundidad jugable envidiable y muchas horas delante de la pantalla. Aunque no es una experiencia asequible para los no iniciados (yo incluido) y puede resultar lento, tedioso e incluso frustrante ante la cantidad de variable que ofrece cada situación. Como reza el dicho: nunca llueve a gusto de todos.

Wasteland 3

59.99
8

Nota

8.0/10

Pros

  • Gran profundidad jugable
  • Personalización profunda
  • Narrativa con recovecos y elecciones

Cons

  • Es tan extenso en opciones que marea un poco
  • No apto para no iniciados en el género
  • Tiempos de carga demasiado largos

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