Vuelve la serpiente multicolor en una nueva entrega de Tour de France, con interesantísimas novedades.
Hace ya 11 años desde que los franceses Cyanide decidieron emprender la tarea de adaptar su exitoso simulador de ciclismo al mundo de las consolas. Para ello tomaron la base de Pro Cycling Manager y apostaron por una experiencia simplificada, más centrada en el manejo del ciclista y con la licencia oficial de La Grande Boucle: nacía la saga Tour de France.
Una bici con dos manillares
Cyanide tenía desde el principio una idea muy clara de todo lo que sobraba en Pro Cycling Manager (PCM) para poder dar el salto a las consolas. De esta forma elimina toda la parte de manager y finanzas y se centra en las carreras, poniendo al jugador directamente sobre la bici. Esta idea se ha ido matizando con los años y por ello novedades que se incluyeron en una de las dos franquicias han ido llegando a la otra, y viceversa.
Tour de France 2020 nos pone sobre el sillín de una bicicleta, manejando a un sólo ciclista en largas etapas de diferentes carreras. Pero al mismo tiempo nos permite dar ordenes de equipo a nuestros compañeros, gestionar su resistencia y cambiar de corredor siempre que lo deseemos. Esto, que en principio parece un acierto, personalmente me deja a medias casi siempre. No puedo dedicarme solamente a dar órdenes y gestionar energías (como en Pro Cycling Manager), pero tampoco puedo ponerme en la piel de un sólo ciclista y olvidarme de todo lo demás sin que la etapa sea un desastre para mi equipo. Creo que introducir un modo director que se juegue de forma similar a PCM o un modo individual (en el que la IA de nuestro equipo trabaje por su cuenta) beneficiarían bastante al juego.
Porque es un juego que, si te gusta el ciclismo, es tremendamente satisfactorio de jugar. Su manejo es sencillo y se basa en gestionar energías, ahorrar esfuerzos y escoger los momentos adecuados. He vivido momentos épicos, escapadas largas bien gestionadas, estrategias de equipo del tipo “mando a un peón por delante para que luego ayude al líder cuando ataque”… También he sufrido manejando a Bernal en plena pájara a un par de kilómetros de la cima y viendo cómo se me escapaba el Tour. En definitiva, el juego transmite realmente bien lo que es una carrera ciclista y nos coloca en situaciones que todos hemos visto mil veces en televisión.
Y que no se asusten los que no estén dispuestos a pasar 5 horas jugando una etapa: el juego está realizado “a escala”. Esto quiere decir que lo que visualmente nos parece unos cientos de metros, en el juego igual es un kilómetro. Esto influye también en las diferencias, dandose situaciones extrañas en las que pensamos que apenas hemos perdido un par de segundos y en la tabla de tiempos nos dan una diferencia de 20 segundos, por ejemplo. Es algo que lleva sucediendo desde el primer Pro Cycling Manager y que con los años han ido depurando (creedme que los primeros años era dantesco), pero es algo necesario.
También pensando en la complicación que tiene representar en un videojuego un deporte en el que cada etapa dura entre 4 y 6 horas, Cyanide incluye la posibilidad de acelerar el tiempo hasta momentos concretos de la etapa. Esta “simulación” se detendrá automáticamente llegado ese punto o en cuanto se produzca un ataque de algún hombre importante del pelotón. Además si una etapa no queremos jugarla simplemente podemos simularla… ¡Se acabaron las tediosas etapas llanas!
Modos de juego
Tour de France 2020 nos ofrece cuatro modos de juego, quedando en espera (igual que en ediciones pasadas) su modo multijugador online, que debería llegar en los próximos meses.
- CARRERA: podemos escoger carreras por etapas (entre ellas el TOUR) o clásicas. Al correr y ganar premios obtenemos puntos para desbloquear nuevas carreras. Podemos jugar cualquier carrera en modo cooperativo a pantalla dividida.
- DESAFÍO: pruebas cortas de descenso o llegadas en las que sacar medallas, competir en marcadores online o directamente contra un amigo en pantalla dividida.
- EQUIPO PRO: con un presupuesto limitado debemos escoger corredores e ir progresando en el pelotón internacional. A medida que ganamos prestigio y dinero podremos correr pruebas nuevas y fichar mejores ciclistas.
- LÍDER PRO: aquí creamos a un corredor y debemos mejorarlo poco a poco hasta llegar a ser un peso pesado del pelotón.
La longevidad del título está garantizada para los fanáticos del pedal, aunque alguno de estos modos presente varias carencias. La primera de ellas tiene que ver con las carreras a participar, que no son pocas pero en las que se echa en falta poder correr alguna de las otras grandes vueltas. Cabe destacar que el juego presenta las 21 etapas reales del próximo Tour de Francia (aplazado a Agosto y Septiembre a causa de la pandemia) y que podemos crear nuestra propia carrera escogiendo etapas de pruebas diferentes e incluso etapas míticas de la ronda francesa. Potenciar el EQUIPO PRO con algo de gestión o apostar por la individualidad en el modo LÍDER PRO (incluso en este modo podemos cambiar de jugador y necesitamos gestionar la resistencia de nuestros compañeros) son pequeños detalles que le vendrían muy bien al juego.
Llegó el cometa de los Andes
La novedad más destacada de esta edición es la inclusión de una cámara en primera persona para vivir en nuestra piel la experiencia de rodar en el pelotón. Y lo cierto es que ha resultado ser un añadido espectacular. No solamente mejora la inmersión gracias a la propia posición de la cámara, también cambia el enfoque del sonido y la jugabilidad. El sonido se vuelve más envolvente, con el ruido de los cambios y las cadenas, la respiración de nuestro ciclista, el público… Además nuestro ángulo de visión cuando miramos a los lados es limitado, por lo que debemos estar más atentos que nunca ante ataques o cambios de ritmo de nuestros rivales. La sensación de velocidad aumenta exponencialmente y los descensos se convierten en los momentos más esperados de cada etapa. No es perfecto, por supuesto, y en posteriores entregas espero que el sonido esté más trabajado y podamos gracias a él intuir los ataques aunque no los estemos viendo, por ejemplo.
Si esta cámara en primera persona me parece un acierto, también he de decir que en el tema cámaras Cyanide se sigue mereciendo un pequeño palo. Es algo que enlaza con lo que contaba al principio del análisis: la diferenciación intencionadamente marcada entre las ediciones de PC y consolas del simulador de ciclismo del estudio francés. Querer centrar la acción en nuestro corredor impide que podamos tener una visión global de la carrera, ataques, posiciones de otros favoritos, etc… Algo que cualquier fan del ciclismo va a echar en falta. Esto sí se incluye en Pro Cycling Manager, donde podemos saltar rápidamente entre corredores o grupos. Otra vez creo que esta división juega en contra de Tour de France 2020, sobre todo teniendo en cuenta lo comentado: el juego “nos obliga” a estar pendiente de nuestros compañeros.
La otra gran novedad del título es el renovado sistema de etapas contra-reloj, en las que debemos controlar la resistencia buscando los momentos adecuados para usar la “postura CRI”. Cuando estamos en esta postura aprovechamos mejor la aerodinámica y nos cansamos menos, pero también reducimos nuestro ángulo de giro. Lo cierto es que este tipo de etapas han quedado realmente bien y transmiten a la perfección las dificultades que los ciclistas enfrentan en la competición real.
Palos en las ruedas
Hay varios aspectos, sin embargo, que lastran la experiencia de jugador en esta nueva entrega. Ya he comentado cómo la falta de definición entre el juego individual y el control de equipo afectan a nuestra forma de jugar. Algo que podría arreglarse trabajando la IA de nuestro propio equipo, pero es que la IA rival (supuestamente mejorada para la ocasión) también presenta problemas. Es cierto que es más agresiva que otros años, pero en ocasiones su forma de “hacer la goma” resulta grotesca. Se ve claramente la simpleza de la IA cuando vemos a un ciclista desfondado. Cuando esto pasa lo ideal es bajar el ritmo hasta un punto en que nuestro ciclista empiece a recuperar energía y así poder aumentar ligeramente la marcha. La IA no lo ve así y simplemente en cuanto vuelve a tener energía vuelve a acelerar, para desfondarse otra vez unos pocos metros más adelante. Es sólo un ejemplo, pero creo que bastante claro, de cómo la IA no reacciona de forma lógica a las situaciones de carrera. Y eso, en un juego para “motivados” como es este, es una desgracia.
También han mejorado la información en pantalla, mostrándonos las pendientes de una escalada, las curvas de un descenso, los puntos en juego en el siguiente sprint… Pese a ello también cojea en este sentido, diría que en la interfaz en general a la hora de tener controlada una carrera. No poder consultar la general en cualquier momento, tener casi que adivinar qué ciclista es ese que nos está atacando, controlar la parte trasera del grupo por si estamos haciendo daño con nuestro ritmo infernal… Son cositas que un aficionado al ciclismo necesita tener bajo control ya no cuando juega a un juego como este, sino simplemente cuando mira una retransmisión en la televisión.
Apartado técnico
En cuanto al acabado visual salta a la vista que no estamos ante un título puntero. Su motor empieza a pedir a gritos una renovación y, aunque el juego se muestra nítido y con algunos momentos hermosos, el acabado general es mediocre. El modelado de nuestros ciclistas deja bastante que desear, aún teniendo en cuenta las dificultades a la hora de mostrar en pantalla a un pelotón de casi 200 unidades.
El sonido tampoco alcanza cotas notables, aunque sí tiene detalles interesantes. Ya comenté antes que me parece un acierto el sonido en la vista en primera persona, aunque tiene margen de mejora. Además de eso contamos con la voz de nuestro director de equipo (en ingés o francés) que nos dará consejos sobre la carrera o información sobre nuestros rivales. La música se compone de una sola melodía, la oficial de las retransmisiones del Tour de Francia.
Conclusiones
Lo mejor que podemos decir de Tour de France 2020 es que es la mejor entrega de la saga. Aunque resulte continuísta en lo técnico y en lo jugable, sus pequeñas mejoras suponen un avance notable. La cámara en primera persona cambia completamente la experiencia, las nuevas contra-reloj están bien resueltas, los equipos oficiales (aunque no todos los nombres de los corredores) y las mejoras en la información en pantalla son buenos detalles que cada uno tendrá que valorar si valen o no la pena a la hora de hacerse con esta entrega anual. Como fan del ciclismo lo he disfrutado mucho, me he levantado del sofá cuando veía que mi rival no podía seguirme, he sufrido pájaras en los peores momentos y he establecido estrategias de equipo satisfactorias.
Por contra, la saga Tour de France sigue necesitando una renovación gráfica y una auténtica mejora en la inteligencia artificial, así como permitir definir al jugador si quiere centrarse en la carrera individual o en la dirección del equipo.
Si a ti el coronavirus también te ha chafado el calendario de siestas de Julio con el aplazamiento del Tour, quizás te interese emular las grandes gestas del ciclismo en este Tour de France 2020.
*Este juego ha sido analizado tras jugarlo en una Xbox One X gracias al código proporcionado por Nacon Games España