Un nuevo juego de carácter independiente que basa su apuesta en una emotiva historia y unos originales puzzles basados en el tiempo

Xbox One sigue recibiendo sin cesar pequeños juegos independientes que en su mayoría provienen del PC y que completan el catálogo de nuestra consola con unos títulos que refrescan nuestras experiencias de tanto shooter, tanto sandbox y tanto triple A.

Ser un juego pequeño, indi o como queráis llamarlo no es un valor “per sé”; puede ser bueno o puede ser malo. Y aunque no se les puede exigir el nivel técnico y gráfico de un gran estudio con sus millonarios presupuestos, sí podemos y debemos exigir mimo y cariño en el producto. Y ante todo, que nos divierta.

El pequeño estudio WildKid Games en buena medida ha conseguido todo eso con el juego que hemos analizado estos días, The Clocker. Un título curioso, bonito y con una jugabilidad sencilla pero que esconde más “miga” de la que pueda parecer a priori.

The Clocker ya pasó por PC y móviles hace bastantes meses pero no ha sido hasta finales de año que nos llegó a nuestras Xbox One, en concreto el 27 de diciembre, distribuído por E-Home Entertainment. Además lo tenéis tan sólo a 12,99 euros, ofertas a parte.

Una de las grandes bazas de The Clocker es su historia y su narrativa es decir, la forma en cómo se nos cuenta esta. No es que hayan inventado la rueda; es a todos los efectos una especie de aventura gráfica, con desarrollo lateral donde nuestro personaje va interactuando con elementos y npc´s. Y luego la mecánica principal es unos puzzles en los cuales podemos jugar con el tiempo. Parece algo ya visto pero vamos a desarrollarlo que ya veréis hay más de lo que parece.

De entrada tenemos una narrativa muy interesante que sin mandarnos una avalancha de interminables textos consigue ir contruyendo una historia muy emotiva. Somos un padre con una hija a su cargo y llega hasta nuestras manos un extraño reloj. Tras una serie de vicisitudes descubriremos que el tiempo sufre una ruptura y parece ser que podemos movernos por ella y alterarlo.

No os vamos a desvelar mucho más porque la verdad es que la historia está muy bien hilada y ya digo, con la información y los textos (en español, menos mal) imprescindibles. La base del juego, aunque tenga su parte de “aventura gráfica”, son los puzzles, no hincharnos a leer.

En estos reside casi todo el “meollo” del asunto y en verdad el equipo de WildKid Games ha conseguido algo curioso y es que aunque la mecánica es siempre la misma, el desafío se mantiene al cambiar las situaciones y no saber bien las consecuencias (en un plano mucho más modesto, algo parecido a lo que ocurría en el primer Life is strange). Para empezar porque una vez avancemos un poco en el juego pasaremos a controlar a la hija, y podremos volver sobre los pasos de nuestro padre y ver las consecuencias que han tenido sus acciones. Tiene momentos muy curiosos y una dificultad bien ajustada (los puzzles se irán complicando gradualmente conforme avancemos).

Es decir; podemos alterar el tiempo y hacerlo avanzar o retroceder, pero debemos saber hacerlo en cada momento y saber si darle a avanazar o hacia atrás. Y no es tan sencillo. La mecánica en sí se domina fácil; saber cómo aplicarla… no tanto.

Así, mientras jugamos con el tiempo y nos servimos de él para resolver el misterio del extraño reloj y lo que ha hecho en el tejido espacio-temporal , el juego discurre casi sin darnos cuenta.

El apartado gráfico, dentro de su modestia, la verdad es que es muy bonito y agradable de ver. The clocker se nos presenta como un lienzo de dibujos aparentemente infantiles pero con ciertos tonos (y momentos) más sombríos, con los que sabe jugar muy bien para tocarnos “la fibra”, alternando, a veces a la vez, estampas muy coloridas con otras grises o directamente en blanco y negro. Con muy pocos medios han construído algo que sabe “tocarte” y llevarte por donde el juego quiere en cada momento; algo que no es nada fácil.

Técnicamente el juego no requiere de un gran esfuerzo y se somete todo a su jugabilidad, sin alardes en efectos ni vídeos que pretendan deslumbrar ni complicados menús, elementos todos ellos que podrían quedar muy bonitos pero nos sacarían de la inmersión.

Aunque para inmersión la música, una auténtica preciosidad de banda sonora que acompaña cada momento perfectamente y que se os va a quedar en la cabeza mucho tiempo. Apenas hay voces (no están dobladas pero es que son casi nada; los textos sí están traducidos, insisto) y los efectos de sonido también son de buena calidad.

No tiene ningún modo cooperativo, ni local ni online. Quizá no era buena idea en una primera entrega pero se nos ocurre que podría haberle venido bien (no podemos baremarlo como “defecto” pues no lo es, pero mal no le vendría), pero lo cierto es que el juego es un poco corto. Apenas que no os atasquéis en los puzzles en dos o tres horitas puede estar finiquitado.

Sale además a un buen precio, 12.99 euros, como dije antes.

Conclusiones:

The clocker es un buen juego de puzzles de un pequeño estudio que con pocos medios y con unas mecánicas que tampoco inventa la rueda, han conseguido un buen producto, fresco, entretenido, bonito de ver y agradable de jugar. Es un poco corto y no da para mucho más de un par de tardes, pero si os cae entre las manos por lo que sea, al menos probadlo.

The Clocker

12,99 €
6.8

Gráficos

6.0/10

Jugabilidad

6.5/10

Duración

6.5/10

Sonido

7.5/10

Historia

7.5/10

Pros

  • Una historia emotiva y bien contada
  • Gráficamente original y bonito
  • Buenos puzzles
  • Con unas pocas mecánicas consigue enganchar

Cons

  • Algo corto
  • Le falta un punto de osadía o atrevimiento

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