Las calles se llenan de furia… por cuarta vez

Hay algunos géneros dentro del gran abanico que ofrece el mundo de los videojuegos que ya están bastante trillados. Ya sea porque sus mecánicas no han sabido evolucionar, porque su sistema jugable no da más de sí o porque son concebidos como propuestas fáciles de manejar para que todos los usuarios se encuentren cómodos con sus controles. Sea lo que sea, lo cierto es que su rama evolutiva paró hace un tiempo. Es lo que parece suceder con los beat’em up, los típicos “yo contra el barrio” de scroll horizontal, los cuales parecen haber mejorado más en su apartado visual que en las propias mecánicas “per se”. Streets of Rage 4 no se libra de esa traba; pero eso si, todo lo que hace, lo pule a la perfección como explicaremos en el siguiente análisis.

Dotemu y Lizardcube son dos compañías que no desarrollan videojuegos. Ellos directamente hacen magia. Tienen precedentes muy buenos como Pang!, Wonder Boy: The Dragon’s Trap o Windjammers. Ya no sólo es el lavado de cara que otorgan a estas propuestas clásicas que siguen funcionando a día de hoy, sino que mantienen un respeto por la versión original que pocas veces podemos ver. Streets of Rage 4 no es un remake de ningún juego antiguo, pero pese al nuevo hándicap que tienen por delante al empezar un proyecto desde cero, han sido capaces de rendirle un sentido homenaje a la gran saga concebida por Noriyoshi Ohba en 1991.

Te aplaudo esa cara de yonki que tienes

Nuestra aventura conducirá a nuestro elenco de héroes a salvar de nuevo Wood Oak City. En esta ocasión, los villanos de turno serán los gemelos Y descendientes de Mr. X, el anterior malote de entregas pasadas (si, no se han currado mucho los nombres). Estos hermanos tienen la macabra y algo estúpida idea de hipnotizar a todos los habitantes de la ciudad con música, y por supuesto, ahí estaremos nosotros para pararles los pies. Evidentemente, esta trama es una mera excusa para aporrear, golpear y combatir durante doce fases a todo aquel que pretenda hacernos frente. Doce fases muy bien cuidadas, cada una con sus peligros, ambientación y propio estilo que evita la monotonía que algunos juegos del mismo palo provocan.

No os asustéis si el “roster” inicial os parece escueto. Aunque empecemos con cuatro personajes seleccionables, pronto se unirán al plantel caras conocidas e iremos desbloqueando al resto de componentes. Empezaremos Streets of Rage 4 con Axel Stone, Blaze Fielding, Cherry Hunter (hija de Adam Hunter) y Floyd Iraia, cada uno de ellos con su estilo de combate único que hará que afrontemos el juego de una manera diferente según a quien escojamos. Pero no se queda la cosa ahí, ya que al poco de avanzar en la aventura podremos desbloquear al mismo Adam Hunter, y a medida que vayamos engrosando nuestra puntuación, obtendremos acceso a otros héroes con ganas de repartir estopa.

Un manotazo que nos puede costar la vida si nos descuidamos

Como he dicho previamente, Streets of Rage 4 sigue un clásico patrón jugable típico de los beat’em up. Eliminar a todos los “masillas” que salen a molestar para luego encarar al jefe final de turno. Nada nuevo bajo el sol en ese aspecto, aunque por supuesto eso no quiere decir que sea negativo… o que no pueda innovar a su manera. Me ha gustado mucho la accesibilidad de todos y cada uno de los personajes.

En anteriores entregas de la franquicia era complicado realizar combos, o incluso “nos salían” sin querer. Aquí todo es más accesible, y de hecho el juego exigirá que realices el mejor ataque posible ya no solo pata hacer más “pupita” al rival, sino para conseguir la mejor puntuación. Para ello habrá una serie de combinaciones con el botón de ataque convencional (ya sea mientras corremos, presionando el botón unos segundos, etc.) y tendremos la posibilidad de utilizar el ataque especial, que conlleva un riesgo/recompensa muy bien medido. Al igual que sucede en la segunda y tercera iteración de la saga, el ataque especial es muy poderoso, pero a cambio sacrificaremos una porción de vida. Para esta cuarta entrega, pasará lo mismo si realizamos el devastador golpe, pero con la gran novedad de que si no somos golpeados a continuación (y si nosotros encajamos unos cuantos derechazos), podemos restablecer nuestra salud. Lo dicho, una acción riesgo/recompensa muy bien medida y que supone todo un cúmulo de tensiones en según qué situación nos encontremos.

Más que palizas… manteos por los aires

Esta no es la única novedad de peso. Aparte de lo comentado, habrá una manera muy efectiva y espectacular de realizar los combos, de una forma nunca antes vista en Streets of Rage. Podremos realizar nuestro ataque al adversario, y antes de que toque el suelo, que nuestro compañero de fatigas le siga “dando lo suyo”. Podemos también utilizar las paredes para que nuestro enemigo rebote y continuar con la ración completa de tortas, e incluso tirar un arma al rival y antes de que caiga al suelo volver a cogerla para seguir fustigándolo a placer. Estos son solo pequeños ejemplos de lo que un servidor a conseguido hacer en la primera vuelta del juego. Ahora imaginad si formais un equipo bien complementado y actuáis de manera cooperativa. Todo un espectáculo para los sentidos.

Tened una cosa clara. Si empezáis Street of Rage 4, vais a jugarlo hasta acabar con los hermanos Y (o con vuestros pulgares). Pero no os lo pasaréis una vez, sino unas cuantas. Cada personaje es un mundo nuevo de posibilidades, y no es lo mismo controlar la fuerza bruta de Floyd, quien agarra a los enemigos de dos en dos, que la agilidad y soltura que tendrá Cherry y sus combos infinitos. Además de varios niveles de dificultad, habrá una barra de puntuación que irá engrosándose según vayamos completando fases, y cuando alcancemos ciertos objetivos, desbloquearemos otros luchadores (muchos de ellos serán la versión pixelada de anteriores entregas, respetando los golpes e incluso la simpleza de sus movimientos) hasta alcanzar una bonita cifra de 17 personas con ganas de devolver la paz a la ciudad.

Pues va a ser verdad que la música hipnotiza

Es cierto que el estudio ha cambiado radicalmente el estilo artístico que presentaban las anteriores entregas, pasando del clásico pixel-art a una especie de dibujo hecho a cómic muy colorista que le sienta de maravilla. No solo llama la atención por su variedad cromática, sino por el buen gusto por los detalles que esta gente tiene. Los decorados, la iluminación de las luces de neón, los reflejos en el suelo, el movimiento del agua cuando la tocamos… Todo está genialmente dispuesto por y para el jugador, easter eggs incluidos.

Donde si que hay un respeto profundo ya que es marca de la casa es en su apartado sonoro. Hay de todo, y todo suena de maravilla. Tenemos temas musicales y efectos de sonido extraídos de anteriores entregas que resuenan de nuevo en nuestra cabeza con más fuerza que nunca. Ojo, puede que los puristas exijan algo más, pero para nada tenemos una mala banda sonora. Hasta los temas nuevos son muy dignos y te meten de lleno en la acción que persigue el juego. Está todo muy cuidado, aderezando la novedad en las composiciones de las que presume Dotemu y Lizardcube con esas perlitas de nostalgia que le sientan estupendamente bien. Y es que el elenco de compositores, encabezando la lista con el mismísimo Yuzo Koshiro, nos da una idea muy clara sobre donde van los tiros.

Cuatro hacen más daño que dos, matemática pura

Para terminar el análisis, tengo que apuntillar un par de aspectos que no me han acabado de convencer (no todo iba a ser perfecto, está claro). La primera es no poder jugar cuatro personas en cooperativo online cuando en otras plataformas eso sí es posible (se puede de manera local, al menos). El segundo aspecto que no me convence del todo es su Modo Batalla, donde nos batiremos en duelo contra otra persona en ocho escenarios diferentes… y poco más. Es una lástima que no se haya profundizado algo más en esta vertiente con algún tipo de tabla clasificatoria, combates de 2 vs.2  u otra ocurrencia que le diera más “vidilla”, por lo que este modo queda relegado a una buena forma de saber quién friega los platos en casa con un combate encarnizado a muerte.

Conclusión

Ya seas amante de la saga en particular o sientas predilección por los “yo contra el barrio” de una más forma generalizada, sin duda Streets of Rage 4 lo vas a disfrutar mucho. La estética del juego, junto con el gran elenco de personajes, (cada uno de ellos con su estilo de combate único) hace que el título sea muy rejugable (mas aún si queremos desbloquear todo el contenido, que no es poco). Si a esto le añadimos la posibilidad de jugar con un amigo de manera online o hasta cuatro jugadores de manera local, nuestras ganas de golpear a los rivales con la mano abierta se magnifican. Todo eso, como no, aderezado con una estupenda banda sonora y una batería de detalles que rinden homenaje a tan exitosa franquicia. ¿Que haces aun leyendo el análisis? ¡Corre a descargar el juego!

Streets of Rage 4

24.99€
8.9

Gráficos

9.0/10

Sonido

9.0/10

Jugabilidad

9.0/10

Duración/Diversión

8.5/10

Pros

  • Beat´em up clásico pero muy bien actualizado
  • Gran homenaje a la saga
  • Está disponible desde ya en Game Pass

Cons

  • El modo batalla sobra, queda muy vacío
  • Sólo hay cooperativo a 4 en local
  • Puestos a pedir...sobra algún personaje "pixelado" y falta algún que otro héroe de antaño

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