Un RPG de corte clásico que llega desde el PC con todo el contenido y muy bien adaptado a la Xbox One. Horas y horas de aventuras y mazmorras

Así sin hacer ruido y nutriéndose de juegos que son lanzados originalmente para PC, Xbox One se está haciendo con un catálogo de RPG´s de corte clásico de lo más apañado. En pocos años nos han llegado títulos tan jugosos para los amantes del género como Path of Exile, Pillars of Eternity, la recopilación y puesta al día de Neverwinter Nights o Baldur´s Gate I y II… Y es que estos juegos pese a mantener sus mecánicas de toda la vida, sus cámaras alejadas medio cenitales y sus complejos y a veces densos menús, siguen teniendo muchísimos fans. Prueba de ello es que este juego, obra del estudio Owlcats Games, apoyados por Deep Silver y ahora en consolas distribuídos por Koch Media, empezó su andadura allá por 2018 tras un kickstarter que fue todo un éxito.

Lo que nos llega en este Pathfinder: Kingmaker Definive Edition es el juego que salió para PC con algunas nuevas funciones que fueron incorporando tras su lanzamiento y todo el contenido descargable incluído. Esto hace que si os van este tipo de juegos tengáis aventuras para un “porronazo” de horas.

Es un título muy cuidado. Puede que empezara como un kickstarter pero que nadie se equivoque; tras incorporarse al proyecto Deep Silver y Koch Media, esto ya es un juego hecho y derecho. Pesa más de 30GB y en su equipo encontramos nombres como el diseñador y guionista Chris Avellone o el compositor de los Fallouts de Bethesda, Inon Zur. Poca broma.

La historia del juego nos sitúa en un mundo llamado las Tierras Robadas, una tierra en permanente conflicto con luchas de poder entre diversos barones y casas nobles por hacerse con el control y enfrentarse a la amenaza de gran ejército de bandidos que sitian y saquean estas tierras también para hacerse con el poder. La historia cuenta con un lore muy rico. Los diálogos son listas interminables de nombres y territorios, acompañados de numerosas ventanas informativas y lo cierto es que si no domináis el idioma os costará “empaparos” de toda la información que al principio puede ser apabullante. Y es que, por desgracia, el juego está localizado a varios idiomas pero el español no está entre ellos.

En este punto crearemos nuestro personaje, que puede ser uno prefijado (de varias clases y razas) o podemos optar por crear uno desde cero a nuestro gusto. Tras una breve intro en el palacio del barón, empezaremos nuestra aventura.

Todo es absolutamente configurable en el juego; las opciones en el menú del mismo son numerosísimas. Dificultad, estilo narrativo, estilo de combate (real con pausa o por turnos), la frecuencia con la que el juego se guardará automáticamente e incluso permite desactivar la muerte de nuestro personaje principal. Partes más técnicas del juego, como subir de nivel a los personajes, pueden automatizarse por completo.

Las batallas ocurren en tiempo real, pero en cualquier momento se puede pausar el juego para dar órdenes al grupo. Las peleas iniciales no son difíciles, pero a medida que el grupo crece (se van incorporando nuevos compañeros a medida que avanzamos en la historia) estas se vuelven más intensas. A veces cuesta entender si la pelea va mal porque la estrategia es incorrecta o a causa de las tiradas desafortunadas. Las “tiradas de dados virtuales” o sea, la suerte, gobiernan cada acción, y los resultados se registran rápidamente en el registro de combate.

Las acciones como desbloquear puertas, desarmar trampas o despejar el camino serán realizadas por el personaje del grupo que tenga la habilidad más elevada para realizarla de forma automática (salvo que de nuevo, cambiemos esto en las Opciones, aunque no es aconsejable salvo que seas un megaexperto en rol que quiere decidir cada paso de todo el grupo; que poder, se puede).

Por supuesto, tendremos un montón de habilidades que mejorar con la experiencia, tanto para nuestro personaje como para nuestros compañeros (que podemos asignarles manualmente o dejar que el juego, de forma automática, los mejore). Y como no podía ser menos, iremos recogiendo equipo a diestro y siniestro: armas, armaduras, pociones, oro… de todo. Nada de lo que debe faltar en un RPG, falta.

El diseño de niveles alterna algunas zonas muy bien diseñadas con otras un poco más “sosas” o planas. Pero en general cumplen su cometido. También a veces la curva de dificultad en los combates parece estar algo desajustada, con unos enemigos durísimos en un nivel y otros que matamos de un soplido en el siguiente. Aunque esto puede deberse a la “aletoriedad” que hemos mencionado antes.

Pero no todo será combatir. En Pathfinder: Kingmaker además podremos gestionar los territorios que vayamos conquistando, construír asentamientos, fortificarlos…

Como veis estamos hablando de un juego largo y profundo, que no es amable con los jugadores novatos o poco habituados a este tipo de RPG, pero que a sus fans les puede proporcionar decenas de horas de aventura. Más de 100 fácilmente.

Además como mencionamos de pasada al principio, incluye contenido extra, dos expansiones. Una se llama Varnhold’s Lot, otra campaña donde conoceremos nuevas tierras y nuevos enemigos y que, agárrense, sus consecuencias se verán reflejadas si seguimos jugando después la campaña principal. La otra es Debajo de Stolen Lands, donde con un nuevo personaje o llevando el nuestro de la campaña normal, descenderemos a las profundidades para explorar una inmensa mazmorra subterránea. Más horazas de juego.

Grafica y técnicamente el juego tiene sus luces y sus sombras. El apartado artístico es soberbio, más en las zonas abiertas que en las mazmorras (a veces un poco genéricas) y la verdad es que los gráficos cumplen de sobra sin ser deslumbrantes. En cuanto a la parte técnica no hemos notado fallos o bugs de importancia, lo que es meritorio siendo un juego tan enorme. Si acaso algunas rascadas en la tasa de frames, que se notan aunque no sean demasiado molestas. También la cámara a veces juega malas pasadas, sobre todo en interiores con muchas paredes, puertas y habitaciones, pero te acabas acostumbrando. Por cierto no hemos mencionado que la cámara es graduable; puedes acercarla más a tu personaje, por si no os gusta una vista tan alejada (aunque es la más recomedable para controlar mejor a los enemigos y al entorno).

En cuanto a la adaptación de los controles al mando de Xbox, ninguna queja. es verdad que se le nota por todas partes que es un juego “de” y “para” PC, pero se ha hecho un buen trabajo adaptándolo al control de Xbox One. Algunas cosas nos parecerán un poco “raras” al principio, como un gatillo para el menú o la X para la pausa, pero te acostumbras rápido.

Ya hemos mencionado la música, cómo no excelente siendo del gran Inon Zur. Y también el nivel de las voces es muy bueno. Destacar otra vez que no está doblado ni traducido, un hándicap si no domináis el inglés, el francés, el alemán… (hay unos cuantos pero español, no).

Conclusiones:

Pathfinder: Kingmaker Definive Edition tiene todo lo que tiene que tener un buen RPG de corte clásico. Y es que tiene de todo: historias grandes y pequeñas, combates por turnos (o no, ya tú decides), gestión, loteo, compañeros, batallas, mazmorras, monstruos… Tiene tanto y en tal cantidad que puede abrumar a los poco habituados. No es un juego grandioso en casi ningún apartado, no destaca por encima de otros del mismo corte en casi nada. Pero por cantidad y horas de juego no va a ser. Si os engancha (y el idioma no es problema) tenéis juego para meses.

Pathfinder: Kingmaker Definitive Edition

49,99 €
7.1

Gráficos

7.0/10

Jugabilidad

6.5/10

Opciones/Duración

8.0/10

Sonido/Música

7.0/10

Pros

  • Largo y profundo como los clásicos del RPG
  • Aunque sea "heredado" del PC, está bien adaptado al control de XBO
  • Contenidos extras de categoría, dos mega-expansiones
  • Historia y diálogos muy bien trabajados

Cons

  • Algunos problemillas de rendimiento (framerate irregular a veces)
  • No es un juego "amable" con los novatos
  • Nada en español, ni menús ni textos...

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