Zaku es imparable, y no hay sprite maligno que se le resista

¿Qué pasa si juntamos en un mismo juego las mecánicas del primer Ninja Gaiden con la esencia del clasico Strider? Pues que como resultado obtenemos Oniken, la primera obra de JoyMasher que vuelve a apelar a la nostalgia de 8 bits… con todo lo bueno y malo que eso conlleva. Ya pudimos analizar en esta web Odallus y Blazing Chrome, y ahora toca viajar a un futuro distópico donde la humanidad está amenazada por una organización malvada que da nombre al mismo juego. Un viaje que por fin los usuarios de Xbox One pueden vivir en sus propias carnes pese a que el juego se lanzó en el año 2012, ¿Estáis preparados para afrontar el reto?

Afila tu espada, la fortaleza Oniken te espera

Como sucedía con buena parte de los juegos de los años ’90, la historia sirve solo como pretexto para enfrentarnos a desafíos constantes. En esta ocasión tocará encarnar a Zaku, un aguerrido mercenario que luchará en el bando rebelde para derrotar a los malos de turno. Por supuesto, a Zaku no se lo pondrán fácil, y deberemos poner en juego nuestros reflejos y las técnicas aprendidas durante todos estos años de entrenamiento para poder llevar a buen puerto nuestra misión. Porque otra cosa no, pero esta obra de JoyMasher nos hará sudar un buen rato debido a la dificultad que posee.

Oniken se compondrá de seis misiones principales, cada una de ellas dividida en tres actos que estarán bien diferenciados entre sí. Lo normal serán las fases a pie donde deberemos enfrentarnos a los secuaces que vendrán con ganas de partirnos la cara, con el correspondiente jefe final de turno. Eso no quita que tengamos momentos distintos a bordo de una moto acuática donde las mecánicas jugables cambian en pos de ofrecer un producto más variado. Sea la situación que sea, deberemos estar siempre muy atentos a todo lo que amenaza nuestra integridad física, ya que nuestras vidas serán joyas muy valiosas que no deberemos perder en vano: tres intentos fallidos y volveremos al principio de la misión.

Un mercenario rebelde con una espada rebelde

Oniken, como buen juego de la era de 8 bits, es injusto. Pero hay que separar la parte injusta “per se” y la parte injusta que se podría haber mejorado. Hay que dar por hecho de que en algún momento de la aventura un enemigo nos tocará y caeremos a un foso irremediablemente, o que nos comeremos trampas que reducirán nuestra vida de manera significativa, o que para derrotar a algún jefe final, primero habrá que morir alguna vez hasta que desgranemos su patrón de ataque. Aprender el escenario será primordial, y en según que pantallas más nos vale conocer por dónde nos va a atacar el enemigo para llegar con la máxima salud posible al final de la fase. 

Estas injusticias, como he dicho, pertenecen a la propia naturaleza del juego y hay que saber sobreponerlas. Pero por desgracia, hay otras que podrían haberse pulido algo más. Hay veces que Zaku no ejecuta el espadazo pertinente. Cuando saltamos y justo estamos a punto de alcanzar el suelo, en ocasiones no podremos atacar porque el título no consigue ejecutar la orden. Es como si la animación en ese momento preciso estuviera bloqueada, haciendo que estemos vendidos frente al enemigo. Y no sólo saltando…habrá que vigilar el “timing” de nuestros ataques en tierra firme, ya que aporrear el botón como locos no significa propiciar más mandobles. El único power-up de nuestra espada tampoco ayuda mucho. Se trata de un potenciador que aumenta el rango de ataque de nuestra arma (muy del estilo de Strider), pero un impacto del enemigo bastará para perderlo. Poco lo usaremos, ya os lo adelanto. De hecho, usaremos con más soltura las granadas que iremos encontrando en los maletines que están esparcidos por cada pantalla.

Una edición imparable

Gráficamente el título mantiene un estilo artístico basados en la generación de los 8 bits,  y claramente nos puede recordar a cualquier juego que pudimos probar en nuestra flamante NES. Aunque en las partes jugables no hay una espectacularidad que termine de asombrar (hay otros juegos que comparten estilo pixelado que están más logrados) no podemos decir lo mismo de sus secuencias entre las misiones. Pese a que la historia es la que es, mola ver las conversaciones y las escenas de acción contadas con ilustraciones hechas “a la antigua usanza”. Además que algunas de ellas son muy explícitas y chocan con el tono más comedido que tenían los juegos de la época. Lástima que la traducción sea algo regulera, con frases sin mucho sentido y errores gramaticales. Da la sensación de que han traducido Oniken con Google Traductor para abaratar costes. Donde no hay ningún tipo de objeción es en su apartado sonoro, también muy en consonancia con el estilo retro del juego, y con temas verdaderamente pegadizos y que nunca acaban por cansar.

La versión que hemos analizado de Oniken es la llamada Unostappable Edition, la cual introduce una serie de pequeñas mejoras gráficas y técnicas respecto a su versión de lanzamiento original allá por el 2012. Aparte de estas pequeñas mejoras, seguiremos contando con una misión extra cuando acabemos el juego, un modo dificultad hardcore (que es una auténtica pesadilla) así como un variante donde nos enfrentaremos a todos los jefes finales del tirón.

Conclusión

Se nota que el estudio brasileño JoyMasher se mueve como pez en el agua con creaciones “retro”, y prueba palpable de ello es su primer trabajo, Oniken, al cual ya hemos podido hincarle el diente pese a que salió el pasado mes de diciembre en Xbox One. Su mezcla entre Ninja Gaiden, Castlevania y un poquitín de Strider es llamativa, y pese a que funciona de manera notable, le faltan aspectos para que fuese un producto más redondo. Fallos técnicos cuando atacas, problemas con la cámara en los desplazamientos verticales y en general, una aventura muy clásica que no termina de destacar en ninguna de sus vertientes… pero que a los amantes de los juegos de la vieja escuela seguro que les agrada. Y recordad, no es difícil, es cuestión de buscar los patrones.

Oniken Unstoppable Edition

9.99€
7.1

Gráficos

6.5/10

Sonido

8.5/10

Jugabilidad

6.5/10

Duración/Diversión

7.0/10

Pros

  • Buena variedad de escenarios y situaciones
  • Difícil, pero no imposible
  • La música es muy buena

Cons

  • A veces nuestras acciones no se ejecutan debidamente
  • No innova en nada
  • La traducción no interfiere en la diversión, pero está poco cuidada

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