Análisis de Everreach: Project Eden para Xbox One

Una aventura espacial modesta y sin embargo ambiciosa, que lucha constantemente por suplir sus carencias técnicas con amor por la aventura y buen gusto, ¿lo consigue?

Everreach: Project Eden es un videojuego modesto, de un pequeño estudio. Vale, ya lo hemos dicho porque es necesario señalarlo y hacer ciertas distinciones entre los indis, los juegos “medios” y los de gran presupuesto o AAA. Porque no se puede exigir lo mismo a unos que a otros, estamos de acuerdo. Pero también a los “pequeños” hay que exigirles unos mínimos.

Headup son los editores y Elder Games, el estudio desarrollador, es un pequeño estudio que sin embargo cuenta entre sus filas , o al menos ha contado para este proyecto, con gente que ha trabajado en el departamento artístico de películas como Warcraft o Star Trek: Más allá. Y la historia es obra de una de las supervisoras de guiones en la trilogía de Mass Effect, Michelle Clough.

Y esto se nota; mucho me temo que voy a tener que mencionar a la gran space-opera de Bioware más de una vez ya que Everreach no esconde, ni lo pretende tampoco, su influencia y herencia de los juegos del comandante Shepard.

Claro, cuando miras, cuando intentas homenajear y conseguir una aventura parecida a unos juegos tan increíbles como Mass Effect, sin contar con sus medios… pues pasa lo que pasa.

Vaya por delante: ¿es Everreach: Project Eden mal juego? No, para nada; de hecho tiene muchas virtudes y nos lo hemos pasado muy bien con él. Pero también tiene ciertas e importantes carencias. Vamos al lío.

Nada más empeza, tras un interesante prólogo en forma de vídeo, nos ponen en situación. Estamos en un futuro donde el hombre ha conquistado el espacio, fundado colonias y demás. Encarnamos a una agente de seguridad que acaba de ser destinada a una de dichas colonias. Nuestro personaje (fijo, no es editable ni modificable en ningún parámetro), Nora Harwood, aterriza abruptamente en el planeta Eden, que debía ser un destino apacible hasta lo paradisíaco… pero nada más llegar las naves que forman el equipo de agentes especiales de seguridad del que forma parte es violentamente derribado. Nora vagará por los diferentes asentamientos tratando de averiguar qué ocurre en este bello pero amenazador planeta.

Rápidamente todo nos empezará a resultar familiar: tercera persona, escenarios explorables aunque no muy grandes, diálogos con opciones de respuestas más “amables” o “cortantes”, mejoras de habilidades, recogida de créditos y materiales para mejorar el equipo… Pues eso, un RPG espacial en tercera persona.

Tenemos una historia principal que no está mal; es interesante dentro de sus clichés aunque hay que decir que un poco corta. Si no nos desviamos a explorar o cumplir objetivos secundarios (no se le pueden llamar misiones, pues suelen ser de recolección o eliminación de enemigos… con suerte ir a recuperar un objeto; “encargos” más bien) el juego se puede terminar bastante fácil en siete u ocho horas (y haciendo lo secundario, 12 o 15 si sois súper tranquilos; no más). Esto no nos parece un defecto en sí; bastante saturados de juegos “eternos” estamos ya y aquí lo que prima es la historia. Pero ésta podía haber dado un poquito más de sí, también os digo.

Cuando no estemos combatiendo (ahora iremos a eso) descubriremos diferentes personajes en estaciones, laboratorios o colonias donde diversos personajes nos ayudarán a avanzar en la trama o nos harán encargos secundarios. Los diálogos son interesantes, siempre con varias posibles respuestas, “a lo Bioware”, aunque no hay personajes de gran carisma a excepción de la propia Nora.

Aquí nos encontramos ya uno de los primeros “peros” puramente técnicos: en sitios estrechos Nora se mueve torpemente, nos quedamos “atascados” con cualquier barandilla o unos escalones (no saltamos; fallo) y en definitiva, las animaciones y el control son un poco toscos, nada fluídos. En campo abierto se nota menos, claro.

Para explorar iremos normalmente a pie aunque también en algunas fases montaremos una especie de moto aérea o moto-jet muy chula y divertida de manejar, que tiene sus propias armas. Es bastante intenso sobre todo cuando nos bombardean drones enemigos y hay que ir esquivando.

Por todo el planeta iremos encontrando cajones con créditos o elementos de mejora. El tema de las mejoras no es nada complejo. Nora tiene unos Atributos que mejoramos con puntos cada vez que subimos de nivel: Salud, Inteligencia y Agilidad. Y un árbol de Habilidades que mejoramos con los materiales que encontramos. No es nada en lo que vayamos a entretenernos mucho tiempo; simplemente acumulamos y gastamos. Luego desde la cruceta usamos esas diferentes habilidades, como una barrera que desplejamos ante nosotros, por ejemplo.

El combate en sí es un poco tosco. No hay un sistema de coberturas como tal, aunque sí podemos agacharnos por ejemplo y colocarnos detrás de algo para recibir menos disparos. El problema es el que comentaba antes: Nora no es un derroche de suavidad en movimiento y agachados es aún peor. Por fortuna los enemigos no son muy listos, apenas se mueven o nos rodean así que si conseguimos una colocación buena, acabaremos con todos sin problemas. La munición se encuentra por todas partes, nunca nos faltará. Y podemos llevar un arma larga y una pistola.

Y así, explorando los bellos parajes de Eden, hablando con los npcs, mejorando a Nora y luchando, completaremos la aventura que no está nada mal, como ya dije antes. Quizá demasiado corta. Un completo Códice nos irá desgranando más sobre el interesante universo del juego.

Gráfica y técnicamente el juego es un constante “quiero y no puedo”. Artísticamente nos ha gustado mucho. Eden tiene diferentes zonas a cual más bella e imaginativa; cualquiera de ellas, a nivel puramente artístico, bien podrían aparecer en cualquier Mass Effect, o en un Halo o donde queráis. También los ambientes humanos están muy bien recreados: edificaciones, vehículos, el traje-armadura de Nora, los enemigos…

El problema es lo técnico, como ya hemos apuntado: framerate inestable, pequeños bugs, atascados muchas veces, tiempos de carga bastante largos… gráficamente no está nada mal, los modelados son correctos y lo artístico ya lo hemos destacado. La iluminación es irregular; hay veces en campo abierto que hay unos efectos muy logrados y luego otras que todo es bastante plano. Pero en general, gráficamente cumple, dado su presupuesto (y precio). Es lo técnico, cómo se mueve, lo peor.

En cuanto al sonido; los efectos cumplen sin más. Pero la música es muy bonita, uno de los aspectos que más nos ha gustado. Con aire electrónico y futurista, no sólo acompaña muy bien cada fase según su intensidad, es que tiene varias melodías muy pegadizas. Las voces también están muy bien pero ojo; todo el juego está en inglés, voces y textos. Bastante fastidioso si no domináis dicho idioma porque hay muchos, muchísimos diálogos.

Conclusiones:

Everreach: Project Eden es una muy bonita y entretenida aventura espacial “a lo Mass Effect”. Es un juego modesto y no tiene pocos fallos y carencias técnicas. Se agradece su ambición, el querer aspirar a algo muy grande con pocos medios… pero pese a sus muchas virtudes (buena historia, gran apartado artístico, exploración divertida…) es un juego que va bien en lo llano… pero “se nos ahoga en las cuestas”

Hemos jugado a este juego para su análisis en una Xbox One S gracias a un código de descarga digital facilitado por Headup, a los que damos las gracias