Desarrollado por una sola persona, Elden: Path of the Forgotten está basado en las pesadillas de su creador.

Elden: Path of the Forgotten es un RPG de “la vieja escuela” desarrollado por Onerat Games (un estudio de un solo componente) y publicado por Another Indie. El título nos llevará a seguir las aventuras de Elden, un joven que busca encontrar a su desaparecida madre en un mundo oscuro, cruel y plagado de monstruos sacados de nuestras peores pesadillas.

Como hemos dicho, este título está desarrollado por Dylan J. Walker, un joven australiano que es el único componente detrás de Elden: Path of the Forgotten. Walker ha estado trabajando en este título indie desde el año 2015, lo cual es algo digno de admirar. Basado en el pixel-art, este juego rinde homenaje a los clásicos de 8 y 16 bits de la vieja escuela, tanto en el apartado gráfico como en mecánica de juego.

Lo primero que llamará la atención de Elden: Path of the Forgotten es lo tenebroso y oscuro que es el mundo en el que se ubica el juego. Tomando el papel de Elden, nos despertaremos en nuestra cama en los primeros compases del juego, pero lo que no sabemos es que rápidamente nos veremos dentro de un mundo lleno de criaturas y monstruos a cada cual más espeluznante (muchos basados en las criaturas del imaginario de Lovecraft). Al principio, para poder combatir a estos enemigos, contaremos con una simple espada, pero según avancemos en la historia podremos hacernos con nuevas armas y desbloquear algunas habilidades mágicas como conjuros. Todos estos elementos serán necesarios, ya que nos daremos de bruces constantemente con oleadas de enemigos contra los que luchar a lo largo del juego. Por si fuera poco, la dificultad del título también nos pondrá las cosas difíciles en más de una ocasión.

Pese a ser un RPG, durante la aventura no encontraremos otros NPCs humanos en el juego, excepto con un puñado de personajes que ya están muertos o a puntito de morir. No está claro quién o qué los mató y, pese a que iremos aprendiendo más sobre el entorno del mundo a medida que avancemos en el juego, no conseguiremos entender qué es lo que sucede a nuestro alrededor a través de conversaciones, como en un RPG. Estas conversaciones, los nombres de los lugares, los libros y las notas están escritos en un lenguaje incomprensible que, ni Elden ni nosotros como jugador, podremos entender. En lugar de desarrollarse a través de textos e interminables conversaciones como un RPG clásico, la historia se desarrolla a través del entorno, mostrándonos antiguos edificios, monstruos, etc. Esto, junto con la tétrica banda sonora y el gran apartado artístico del título, hace que la experiencia de juego sea muy extraña, pero no querremos despegarnos del mando para saber qué demonios está ocurriendo aquí. 

Descripciones con esas extrañas letras aparecerán en nuestra pantalla, como si de conversaciones se trataran

A pesar de no ser capaz de entender todos los componentes del mundo en el que nos encontremos, la propia curiosidad del jugador será la clave para entender porqué estamos en este oscuro lugar. Esto se explica gracias a las palabras de su desarrollador Dylan Walker, que ha comentado que muchas de sus pesadillas de la infancia ayudaron a dar forma a la historia y al entorno del juego. En particular, habla de sueños en los que estaba rodeado de hordas de monstruos y no podía escapar. Esta sensación de estar atrapado y amenazado se plasma muy bien en el juego; los monstruos del juego son diferentes entre sí y muy extraños, algo que aporta un toque de inquietud al jugador muy interesante. Mientras que algunos monstruos pueden morir simplemente atacándoles con la espada, otros pueden enviar ondas de choque a través del suelo para desestabilizarnos o nublarnos la visión durante un período de tiempo.

La mecánica del título es muy básica: utilizaremos a Elden para explorar y participar en miles de batallas contra los enemigos. Al igual que veíamos en las mecánicas de combate de los juegos de la era de los 16 bits, el combate aquí también requiere de un enfoque bastante estratégico. Deberemos observar detenidamente los diferentes tipos de monstruos del juego para aprender sus patrones de ataque y atacar en el momento adecuado para vencerlos. A medida que el juego avanza, el número de enemigos que nos atacan simultáneamente aumenta, lo que hace que las cosas se pongan especialmente “duras”. 

Para los más jóvenes, que no vivieron esa época, la mecánica de juego también recuerda mucho al sistema Dark Souls: cuando nos alcemos victoriosos en una batalla en la que hemos muerto 10 veces, nos sentiremos increíblemente satisfechos y motivados para seguir adelante. Aunque este tipo de juego puede resultar gratificante, también puede ser frustrante cuando se necesitan numerosos intentos para superar a un enemigo poderoso o a un jefe de nivel. Como tal, Elden: Path of the Forgotten puede ser un experiencia desafiante y divertida para algunos, mientras que para otros puede resultar tedioso y frustrante.

Dicho esto, Walker ha creado un mundo tan espeluznante como cautivador, en un juego que va mucho más allá de su sistema de combate. Con su fascinante mundo, el gran uso de la narración no verbal y una banda sonora inmersiva, Elden: Path of the Forgotten es una pequeña joya indie recomendada para todo el que quiera en meterse de lleno en una oscura pesadilla. 

Elden: Path of the Forgotten

8.3

GRÁFICOS

8.5/10

SONIDO

9.0/10

JUGABILIDAD

7.5/10

DURACIÓN/DIVERSIÓN

8.0/10

Pros

  • Precioso apartado artístico
  • Original manera de llevar la narración de un juego
  • El diseño de los enemigos es muy variado
  • La banda sonora casa muy bien con la estética del mundo

Cons

  • El combate a la larga es algo repetitivo
  • Es posible que no entres de lleno en él por su "original" narrativa
  • Momentos de frustración debido a la elevada dificultad en ocasiones

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