Los ciudadanos nos necesitan para llegar a su destino en Bus Simulator 21
Que hay simuladores para todo es algo que ya se sabe. Pero que haya simuladores tan completos como el que tenemos hoy delante no suele ser habitual. astragon Entertainment junto con stillalive studios y la distribución en nuestro territorio de Meridiem Games son los encargados de traernos Bus Simulator 21. Toda una experiencia sobre cuatro ruedas (o más, dependiendo del autobús) que os invitamos a descubrir en el siguiente análisis. Si te gustan los juegos tranquilos, y eres respetuoso con las señales de tráfico, ponte tu camisa, corbata y uniforme que comenzamos a trabajar para nuestra compañía de transportes.
¿Tienes carnet de conducir? Tranquilo, no hace falta
Bus Simulator 21 no pretende engañar a nadie. En este juego conduciremos autobuses y gestionaremos la economía de nuestra empresa, así como las rutas que realizarán los vehículos que tenemos en nuestro poder. A través de dos grandes ciudades, tendremos que expandir nuestro imperio y ser el principal medio de transporte urbano de los habitantes de Angel Shores y Seaside Valley.
El mayor reclamo del juego sin duda alguna es la posibilidad de conducir un autobús (vaya, qué sorpresa). Recogeremos a los ciudadanos y los depositaremos en las correspondientes paradas que componen nuestra ruta. Pero ojo, esto no es un Crazy Taxi con autobuses, y tendremos que ser respetuosos con la ciudad y con sus habitantes. Según lo bien o mal que lo hagamos, obtendremos beneficios o penalizaciones, así que más nos vale ponernos las pilas.
Abuelo, póngase la mascarilla
Aunque empezaremos con un autobús, pronto podremos engrosar nuestra flota de vehículos. Habrá 30 tipos de autobuses, de varios tipos y de marcas diferentes (Volvo, Alexander Dennis, Scania, IVECO, etc.). Los habrá de formato “estándar”, eléctricos e incluso de dos plantas al más puro estilo londinense. Su conducción en cualquier caso será muy parecida, y la elección que hagamos dependerá del tipo de recorrido que queremos que haga. No es lo mismo una travesía por el centro de la ciudad que una ruta larga que recoja distritos más alejados.
Lidiando con cada ciudadano
Es increíble el nivel de detalle a la hora de manejar un vehículo de esta envergadura. La conducción requiere paciencia, cautela en los giros y atención a los semáforos y otros vehículos que circulan por la carretera. Tendremos que realizar las paradas solicitadas que los viajeros nos demanden, abrir las puertas de nuestro autobús e incluso inclinarlo lateralmente para que la entrada y salida sean más cómodas. ¿Qué hay una persona en silla de ruedas? No pasa nada, activamos la rampa para minusválidos y problema resuelto. ¿Qué hay un borracho que se queda sopa en el asiento? Pues al final del camino lo despertamos para que se baje. Así de fácil.
¿Aquí no hay piloto automático?
Se ha pensado en el más mínimo detalle. Cada autobús tienen su propio control de mandos, y si estamos en primera persona podemos tocar manualmente cualquier botón. Desde los intermitentes, hasta los parabrisas, las luces del autobús o el parasol si la luz nos incide de frente. Todo esto también se puede realizar a través de atajos si jugamos en tercera persona. A través de una ruleta (parecida a la vista en Fishing North Atlantic) tendremos todas las acciones disponibles sin tener que estar buscando el botón adecuado.
Por supuesto, habrá que cobrar a los usuarios que no dispongan de abono. Para ello, tendremos nuestro dispensador de billetes listos para ser vendidos, con el cambio de dinero correspondiente. Y una vez realizada nuestra ruta y con nuestra jornada laboral completa, tendremos que llevar nuestro autobús a la cochera correspondiente. En resumen, vamos a sentirnos todo un conductor en Bus Simulator 21.
Licencia para frenar
Al contrario que otros simuladores, he de decir que me he sentido muy a gusto con el juego desde el primer momento. Los atajos, la conducción y todo lo descrito no es duro de entender ni supone un esfuerzo a la hora de jugar. De hecho, lo veo hasta relajante. Tener cuidado con los pasos de cebra, respetar la velocidad, parar si hay una señal de ceda el paso…. Todo se hace ameno y pausado. Además, los escenarios tienen localizaciones muy dispares, y lo mismo estamos en la zona costera como visitando la Chinatown de turno.
Conviértete en un hombre de negocios
Si nos cansamos de la conducción (o si queremos alternar de modo de juego) podemos dedicarnos a las finanzas de nuestra empresa. Todo de manera sencilla y sin complicarnos con “chorrocientos” menús y desplegables. Tendremos la opción de confeccionar las rutas que queramos (siempre que tengamos autobuses para hacerlo) y de esa manera hacer la red de transportes de nuestros sueños. Como ya he dicho, todo de manera sencilla. Una vez montado nuestro imperio, podremos ver las estadísticas y evolución de la empresa.
Conduce acompañado de buenos amigos
Existe un modo multijugador cooperativo que bueno… puede ser curioso si alguien comparte nuestra afición por los autobuses. Con un amigo podemos ser partícipes conjuntos de varias rutas en una misma ciudad. A ver, cooperación como tal no hay (a no ser que avisemos del trafico de la zona, o si llueve o hace sol por cierto barrio), pero no sienta del todo mal compartir el mismo hobby con alguien y hablar mientras jugáis a lo mismo.
Conclusión de Bus Simulator 21
Ha sido la primera vez que toco un simulador de autobuses, y la verdad es que el resultado ha sido mas satisfactorio del que pensaba en una primera instancia. Pese a la tranquilidad de la propuesta, es agradable realizar las funciones que hace un conductor de estos vehículos de transporte. Abrir puertas, vender billetes, activar la rampa para minusválidos, encender la radio, mirar el navegador… todo entretiene bastante y crea un remanso de paz muy grande cuando ya controlamos el juego.
No es perfecto, y a la vista está su apartado visual, que chirría especialmente con el diseño de las personas. Las físicas en los accidentes tampoco son muy reales, ni contra los ciudadanos ni contra otros coches. Pocas veces podremos escaparnos del camino preestablecido y de esa manera “liarla parda”. Aunque es cierto que aquí hemos venido a ser respetuosos, a desempeñar bien nuestro trabajo. Si aceptamos las reglas del juego, seguro que disfrutaremos de esta peculiar propuesta.