No le dejes la llave de tu coche a estos conejitos

No sé ni por donde empezar con este análisis. La propuesta que tengo entre manos en principio hay que tratarla como un juego independiente, pero después de pasar con Bunny Parking un par de horas ya no sé si catalogarlo como una experiencia social, un proyecto en fase beta o directamente un juego roto. Qué narices, vamos a decantarnos por esto último. La obra de DillyFrame puede ser la locura con los colegas o tu peor pesadilla, y ya no solo por la cara de los conejos sacados de cualquier pesadilla de Tim Burton, sino por unos objetivos que son de todo menos divertidos.

El conejo aparca-coches que entra en bucle

Bunny Parking es un juego donde se tocan varios palos, pero el principal residen en completar una serie de puzles basados en mover coches como si fueran piezas de un rompecabezas. Nuestra misión parece sencilla en una primera instancia, ya que únicamente tendremos que llevar nuestro conejo-coche en línea recta desde el inicio del parking hasta el final del mismo. Pero claro, no todo va a ser un camino de rosas, y en los pocos metros que hay de recorrido habrá otros vehículos que deberemos retirar de manera escalonada para dejar que el nuestro pase. Que si empujo uno, que si muevo el otro… quienes sean afines a este tipo de desafíos sabrán su funcionamiento perfectamente, y la dificultad que entraña cuando la pantalla se empieza a llenar de más y más piezas que desplazar.

Las tres primeras fases bien, no lo vamos a negar. Cuando llevas diez y te das cuenta de que el escenario sigue siendo el mismo, y que únicamente cambian el número de coches en cada puzle, pues ya uno empieza a arquear la ceja. Eso si, cuando ves que son la nada desdeñable cifra de 300 puzles basados en el mismo planteamiento, pues ya empieza a quemar. Y no tendría que ser así si al menos tuviésemos un control fluido e intuitivo. En su lugar, tenemos unos conejos que intentan arreglar todo a patadas sin ningún éxito. Se hace desquiciante querer que nuestro conejo empuje el coche en la dirección que queremos. Si no estamos perfectamente colocados delante (o detrás) del vehículo a mover, el coche no avanzará. No pasa nada en los puzles más sencillos donde con cuatro movimientos hallamos la solución, pero cuando el rompecabezas se complica, todo se vuelve demasiado engorroso como para disfrutar de esta experiencia.

Lo que ocurre dentro de Muralla Zanahoria no tiene nombre

Este es el modo principal y la única vertiente que contiene un desafío concreto, aunque podremos hacer varias actividades más. Desde jugar al fútbol, invocar a otros conejos, saltar en camas elásticas, dar un paseo en barca, hasta bailar al son de un conejo chamán que encuentra en el centro de esta particular región. No vale para nada, pero entre puzle y puzle nos puede apetecer “desconectar” haciendo el ganso. Eso si, donde mas “chicha” se le puede sacar a esta serie de mini-juegos es con otros usuarios gracias al modo multijugador online hasta cuatro jugadores que Bunny Parking posee. Quedar para echar un “partidillo” absurdo de dos contra dos no es el mejor plan del mundo, eso hay que admitirlo, pero puede otorgar momentos graciosos. Por cierto, los niveles normales con los puzles en el parking también se puede disfrutar (o sufrir) en compañía.

Pesadillas con orejas grandes

Bunny Parking podría haber sido mucho mas si el apartado técnico y gráfico hubiese estado a la altura. El estudio DillyFrame ha querido apostar por un 3D con multitud de tareas por realizar, pero quien mucho abarca, poco aprieta. Al final ni queda un juego 3D potable, ni queda un juego minimalista que aspectos visuales que llamen la atención. Bueno, si. Llama la atención por lo feos que son los conejos, y sus animaciones tan toscas a la hora de saltar y dar patadas. Hasta los bailes que se marcan son malos. Ya ni hablo del mundo que les rodea… esperpéntica sería la palabra que definiría su apartado gráfico. Si la cara es el reflejo del alma, los animales que pululan en Bunny Parking son el reflejo del resultado final del juego.

No he mencionado su apartado sonoro, pero tampoco hay mucho mas que añadir, sinceramente. La banda sonora no tiene sentido, e igual te meten una pista tranquila llena de graves como de repente una fanfarria que parece una canción sacada de los Cantajuegos. Sin sentido ninguno vaya… aunque su sonido obviamente no es el mayor de sus problemas, está claro.

Conclusión

Puede que la idea que tenía DillyFrame sobre Bunny Parking encajara muy bien en su cabeza. Un juego colaborativo donde aparte de completar puzles, podíamos disfrutar de mini-juegos y hacer el cabra (o más bien, el conejo) con otros tres amigos por la urbe que teníamos a nuestra disposición. La realidad es muy distinta, y os aseguramos que 300 fases de rompecabezas basándose en lo mismo acaba aburriendo, al igual que aburren sus mini-juegos. Este juego necesita cocerse a fuego lento, medio, rápido, salpimentarlo bien y añadirle un sofrito que le de algo mas de alegría.

Bunny Parking

5.99€
2.3

Gráficos

2.0/10

Sonido

3.0/10

Jugabilidad

2.0/10

Duración/Diversión

2.0/10

Pros

  • Multijugador hasta cuatro personas
  • Puede ser una opción agradable para los más peques de la casa

Cons

  • Los puzles llegan a aburrir
  • Falta profundidad en cualquiera de los mini-juegos que hay
  • A día de hoy no pueden salir juegos así en consolas

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