Ascendance se apoya en un genero al que le asesta más de una patada por el camino
Me apetecía jugar a Ascendance porque me llamaba la atención su estética minimalista que me recordaba un poco a lo visto, salvando muchísimo las diferencias, al excelente Super Hot, un juego en primera persona el cuál cada nivel es un puzzle pensado al más mínimo detalle para ser espectacular en todos los aspectos. Pero no es el caso de Ascendance, juego desarrollado por OneVision Games, que no pasa el corte ni por interés ni por finura en cuanto a mecánicas jugables y es una lástima.

Ascendance es un juego en primera persona de plataformas 3D en un entorno muy minimalista que pretende ser en esencia una experiencia relajante y reconfortante pero que rompe esas palabras en mil polígonos y los une para llegar a crear un caos absoluto carente de luz y con varias taras que lo convierten en más bien una experiencia bastante peor de la que nos esperábamos.

La idea en la que trabaja Ascendance es interesante a pesar de sus fallos ya que, a medida que nos vamos moviendo por el entorno y “tocando” diferentes orbes van apareciendo más partes del nivel algo que sin duda te motiva a continuar explorando pese a su tosco control y su apartado técnico poco cuidado. Pero aquí no somos tanto de fijarnos en los gráficos sino más bien de valorar la experiencia de juego en general y al final resulta que ,teniendo una idea tan interesante en sus manos, Ascendance consigue no desarrollarla como es debido convirtiéndose en un quiero y no puedo bastante absurdo.

Ascendance contiene 3 niveles los cuales desbloquearemos al completar el anterior. En cada nivel tendrémos que ir pasando por esos puntos para generar más partes del mapa pero no solo se queda ahí ya que existen unos cubos que podremos recoger en cada nivel para completarlo al 100% y otros puntos de interés a los que tendremos que acercarnos para poder leer una cita. El diseño de los niveles no está mal ni mucho menos pero este se ve lastrado por un cúmulo de fallos que estropean la experiencia completamente porque, si en Ascendance el control debería de ser más fino que la polvora y no lo es, al menos tienes que hacer que los niveles no se “vuelvan locos” de vez en cuando.

El control tosco de Ascendance hace que llegar hasta el siguiente punto pueda ser un acto muy tedioso e irritante y más cuando resbalas en el borde o cuando llegas a esa plataforma que se desplaza lateralmente pero que te expulsa hacia los lados porque su superficie parezca estar embadurnada de aceite. Tampoco puedes salir del juego en mitad de un nivel así como así porque tiene trampa y es que, al menos a mi, al volver a entrar para seguir con el nivel todos los cubos que había recogido estaban otra vez en el mismo sitio, como si nada hubiese pasado y algunas partes del mapa habían desaparecido a medias, dejando un buen puñado de fallos que no se podían remediar de ninguna manera.
Conclusion
Ascendance pretende ser un juego de plataformas 3D “relajante” que quiere ayudarte a distraerte mediante unos niveles de aspecto minimalista pero no lo consigue para nada haciendo uso de un control demasiado tosco para lo exigente que es la propia experiencia con nuestra precisión. La duración del juego no supera las dos horas y no estaría mal de ser una experiencia pulida y bien conseguida pero, debido a los grandes fallos que sufre en la versión para Xbox One, se convierte en una opción nada interesante. Si te gustan los juegos de plataformas y puzzles tienes muchas más opciones donde elegir y es una lastima porque Ascendance no está entre ellas.