¡Larga vida al príncipe Alex Kidd! Miracle World DX trae diversión y una estética bastante llamativa.
Ver por primera vez Alex Kidd in Miracle World DX es amor a primera vista, la gente de Merge Games y Jankenteam han tomado la propiedad intelectual de SEGA para darle un lavado de cara y traer este clásico a nuestros sistemas de juego contemporáneos. El equipo de desarrollo detrás de la obra tiene bastante talento en lo que respecta a crear un estilo visual que emociona a cada paso, salto y puñetazo que damos con nuestro carismático protagonista, el príncipe Alex.
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¡Vaya, que lindo se ve todo! Has muerto…
Estamos ante una remasterización / remake, que resulta difícil de encasillar entre una de las dos categorías y es que el salto visual respecto a lo visto allá por el año 1986 es bastante palpable, pero se mantiene la jugabilidad clásica. Esto supone entonces que quienes jugaron en su momento al título podrán disfrutar de los gráficos de su infancia mientras que nuevos jugadores podrán acercarse a las mecánicas de juego de hace más de tres décadas atrás, pero con un empaque mucho más bonito.

El arma de doble filo es que estamos ante un juego que en su fecha de fabricación tiene marcado a fuego que viene de tiempos ya un tanto lejanos pero que con su precioso apartado gráfico no tiene nada que envidiar a competidores más contemporáneos. Quien llegue a este Alex Kidd in Miracle World DX debe tener presente que es una propuesta dedicada a jugadores más experimentados que guarden nostalgia por este clásico. Y respecto a jugadores más casuales o no tan experimentados la respuesta es un tanto ambigua pero inicialmente diría que no hay que huir a la primera muerte pero sí que puede ser algo diferente a lo que se acostumbra hoy en día.
El videojuego es consciente de la diversidad de públicos que podrían verse atraídos por su propuesta, de allí que desde las opciones sea muy fácil activar un modo de vidas infinitas; aunque por supuesto la dinámica de vidas limitadas para toda la partida es la que está por defecto. Con lo precioso que es este Alex Kidd y el buen rollo que da sentarse a jugar, lo de avanzar a un ritmo tan lento en el que perder todas las vidas implica iniciar desde el principio no es lo mío y a los pocos minutos de juego active la opción de vidas infinitas. Esta ayuda simplemente hace que sea mucho más agradable avanzar, pero de allí en adelante la dificultad es la misma, los bloques con saltos que a veces nos harán pegar más de un grito o los pájaros que se atraviesen en nuestro paso seguirán estando allí.

¡Jan Ken Pon!
Es sorpresivo que a la fecha un simple lavado de cara (y de seguro también algún que otro retoque menor en la jugabilidad) haya bastado para que este clásico se mantenga de tan buena forma en los tiempos que corren. El plataformeo es a veces un poco complicado o puede resultar confuso saber cómo derrotar a uno de los jefes de cada zona, pero son detalles menores que no entorpecen el ritmo de juego que se crea. Debo también destacar lo variado que puede resultar afrontar cada escenario, desde herramientas que nos harán las cosas más fáciles (directamente pasarse mitad de una fase volando por encima de los enemigos) o el hecho de que cada nivel proponga retos distintos mantienen la variedad de principio a fin.
No haré demasiado énfasis en el apartado audiovisual (aparte de mencionarlo en todas partes del texto) porque no hay mucho por decir, Alex Kidd in Miracle World DX es sencillamente precioso, no hay escenario que desentone con el resto y solo podría decir se siente como si el detalle cada vez fuera a más. El amor del equipo de desarrollo detrás de este videojuego es palpable en cada píxel. Sumado a esto, su banda sonora cargada de temas alegres hará difícil pararse del sofá e ir a otra cosa cada vez que se juega.

Completar el videojuego por primera vez, que un experto puede hacerlo en menos de una hora o un jugador más casual en unas tres o cuatro (yo incluido en este último grupo) es tan solo el comienzo de la aventura. Jugar una partida completa con los gráficos antiguos, animarse a completar todos los logros, probar el modo clásico que trata de recrear con todo detalle la versión de SEGA Master System o una vuelta por el modo de enfrentamiento contra jefes son los caminos a seguir una vez que se termina la primera vuelta. Y por supuesto, vaya que se debe dar una mención especial a las batallas de Jan Ken Pon, el piedra papel o tijeras de toda la vida, y es que cada una de las apariciones de ese minijuego solo pueden causar una sonrisa.
Un malo muy malo.
Para quien necesite un resumen del argumento que motiva a nuestro héroe a dar puñetazos a cuantos enemigos se le atraviesan, lo que cuesta hacer tanto por lo precioso de sus diseños como también porque unos son bastante difíciles de alcanzar, la excusa aquí es que hay un malo muy malo que pone en peligro al reino. Pocas excusas se necesitan para sumergirse en Alex Kidd in Miracle World DX, sencillamente vale la pena jugarlo y cada minuto que te la pases en su colorido mundo es toda una gozada. ¡Deja lo que estés haciendo y ven a comerte bolas de arroz al planeta Aries!
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