Si te despiertas con amnesia total en un paraje desértico preocúpate, pero si además te habla con lagarto con gafas de sol, solo puede ser posible en Abo Khashem, la última propuesta de Moving Dimensions.

A veces la línea entre la parodia o la mala realización de un juego se entremezclan, y esa sensación extraña es lo que me pasa con Abo Khashem, un título de corte RPG desarrollado por Moving Dimensions que toca diferentes palos dentro del género, algunas veces de manera bien ejecutadas, pero otras con resultados bastante nefastos. En manos del jugador está valorar las pretensiones del estudio, aunque bajo estas líneas plasmaré las sensaciones que me ha dado el título en cuestión.

Érase una nariz pegado a un turbante

Abo Khashem nos pone en la piel de un personaje con una nariz superlativa que despierta en Torrid, una ciudad árabe sin recordar nada de lo sucedido. De forma incongruente y sin mucho sentido, iremos realizando misiones que los diferentes NPC´s que encontraremos por el camino nos van asignando. En nuestra bizarra odisea, iremos conociendo amigos tales como el lagarto Shukman, que nos echará un cable a la hora de resolver todo el misterio que gira alrededor de un monolito, causante de todas las rarezas que nos encontramos y que tiene a una mafia felina bajo sus órdenes. Esta premisa o conjunto de ideas de Abo Khashem no suena nada mal, y aunque es cierto que algunos diálogos son graciosos (o la apariencia de algunos enemigos, como gatos y perros con cajas de cartón en la cabeza), en líneas generales echamos en falta algo más de narrativa, o un hilo conductor mejor estructurado que nos “pique” a seguir conociendo el secreto que aguarda tras el monolito.

Torrid con gráficos de hace 15 años

Por desgracia, el principal problema no viene con el guión o estructura narrativa del juego. Hay elementos que echan por la borda toda la protesta, como son el apartado gráfico y técnico. Las imágenes hablan por sí solas: el apartado visual de Abo Khashem es muy bajo. Demasiado bajo hasta para ser un indie. Me recuerda a esos primeros juegos de conducción 3D de hace 15 o 20 años donde las físicas importaban poco, y si te salías del circuito, podías recorrer largas y largas explanadas de terreno vacío y exento de vida. Junto con eso, se junta una elaboración de personajes algo vacía, escenarios insulsos y enemigos que, aunque son variados, están atiborrados de dientes de sierra y clipping. Como veis, Abo Khashem no entra por los ojos.

En lo técnico encontramos problemas que hubiesen tenido fácil solución si el estudio se hubiese implicado un poco más en el proyecto. Hay fallos que saltan a la vista desde el primer momento y necesitan urgentemente una revisión, como por ejemplo el tema de los diálogos. No hay que irse muy lejos, ya que en la primera conversación encontramos el error. Para que un NPC nos encomiende una misión, deberemos contestar adecuadamente a las preguntas que nos haga, ya que responder con otra frase nos lleva al fin de la charla y a la no activación de la misión. Tendremos que reiniciar el diálogo las veces que hagan falta hasta conseguir que la misión inicie… todo un rollo y frustración, ya que no podremos nunca contestar lo que verdaderamente queramos.

¡A tunear los ataques se ha dicho!

Los combates también son otro drama. Es cierto que Abo Khashem tiene ideas muy chulas en este aspecto, como la posibilidad de poder combinar los golpes como queramos para crear un combo a nuestro gusto personal, y es algo que el resto de estudios deberían incluir en juegos de rol venideros. Pero toda se va un poco al traste debido a la mala “hit-box” que tiene el título, con unos combates demasiado superficiales y sin ningún tipo de gracia que nos mueva a seguir combatiendo contra los enemigos.

Travesía por el desierto lleno de locuras

Por suerte no todo son combates, sino que habrá multitud de actividades secundarias que otorgan novedad y un soplo de aire fresco a sus mecánicas. Gracias a la participación del lagarto Shukman, viviremos una especie de pasatiempo entre túneles que nos puede recordar en parte al conocido Pac-Man, así como otras tareas de parte del protagonista como carreras en vehículos, o la posibilidad de visitar un mundo gatuno paralelo, comprar propiedades, gestionar personal, decorar nuestras casas y, en definitiva, ganar influencia y respeto en toda la provincia de Al-Riyadh. Creo que ni hace falta comentar el control de los vehículos, os podéis hacer una idea de los fallos en su control, así como problemas con sus físicas y la posibilidad de conducir por las paredes de los edificios.

No me he olvidado de la parte más “rolera” de Abo Khashem, y es que como en cualquier otro juego del género que se precie, podremos subir el nivel de nuestro protagonista para ir mejorando sus estadísticas y desbloqueando habilidades. Con cada aumento de nivel podremos asignar puntos extra a los típicos factores de salud, agilidad, resistencia, fuerza, suerte y voluntad. Lo más interesante es la otra rama de habilidades especiales, más escueta pero llena de elementos que pueden cambiar nuestra manera de jugar, como la posibilidad de realizar doble salto, mejorar nuestro sprint, etc.

Demos la bienvenida a la música autóctona 

En la parte sonora, estaremos acompañados en todo momento de melodías árabes que entonan muy bien con el carácter del juego, siendo bajo mi punto de vista uno de los aspectos mejor cuidados de Abo Khashem. Por desgracia, tanto voces como texto se encuentran en un perfecto inglés (o en árabe), lastrando la experiencia final ya que existen muchas líneas de diálogo que ayudarían a entender la historia si llegasen traducidas.

 

Conclusión

Pese a que Moving Dimensions quería otorgar a Abo Khashem ciertos tintes cómicos y paródicos dentro del género de rol, lo cierto es que hay otros problemas que absorben los puntos fuertes del juego…y que ya no hacen tanta gracia.  Fallos en el apartado gráfico, técnico y jugable pueden ser motivos más que suficientes para pensarse dos veces si merece la pena adquirir el juego. Si somos capaces de asumir esos problemas, entonces encontraremos un título de rol diverso, con variedad de situaciones y actividades que realizar.

Abo Khashem

4.3

Gráficos

3.0/10

Sonido

6.0/10

Jugabilidad

4.0/10

Duración/Diversión

4.0/10

Pros

  • La música pega con el contexto del juego
  • Hay varias actividades que realizar

Cons

  • Gráficamente y técnicamente fatal
  • Sin textos en español.

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