“…Mi vida, mi historia ha estado marcada por el dolor, un dolor que en un principio era venganza. Después se torno en saber, pero después de todos estos años, sigo sin comprender del todo esta estúpida lucha. Deseo respuestas y solo otro legendario maestro será capaz de dármelas. Así pues, debo partir una vez más, rodeado de ese dolor que ya me es tan conocido y descubrir de una vez por todas cual es el final que me aguarda.…”

‘Assassin’s Creed: Revelations’ llega para dar carpetazo a la saga iniciada por Altair y Ezio, intentando además madurar el personaje de Desmond ofreciendo algunos detalles sobre su pasado y revelando algunas de las claves de su futuro. Era un juego muy esperado por los fans de la saga, pero tras cuatro entregas da la impresión de que historia y mecánicas ya han ofrecido todo lo que Ubisoft podía dar de sí.
Sin embargo la compañía francesa continuará con la que podría considerarse su franquicia estrella de los últimos años, optando por la nada recomendable vía de lanzar una nueva entrega cada 12 meses. No soy el único que pensaba que esa estrategia acabaría pasándole factura, pero lo que no podía imaginar es que ‘Assassin’s Creed: Revelations’ ya denotaría ese agotamiento.

La segunda entrega supo corregir los errores del inicio de la saga y con la tercera pudimos comprobar cómo la exploración de una única ciudad, sumada a algunas mecánicas nuevas y la inclusión de un modo multijugador, podía aguantar el tipo. Eso no sirvió de excusa para que muchos vieran en ‘Assassin’s Creed: La Hermandad’ una mera expansión del juego, acuñando lo que hoy ha acabado denominándose como “DLC de 60 euros“.
La intención con ‘Assassin’s Creed: Revelations’ parecía ser distinta, o al menos eso se veía con los primeros vídeos e informaciones publicadas. Sin embargo debo admitir que pese a que disfruté enormemente el anterior título, aquí sí que he tenido esa sensación de estar jugando a un pack de mapas y campaña procedente de un DLC.
Y es una pena porque el cierre debía ser a lo grande, un mérito que de todas formas no pierde centrándose en las bases que le otorgaron ese calificativo a ‘Assassin’s Creed II’, pero sin embargo sorprende cayendo en los errores que sirvieron a los críticos para lapidar los inicios de la franquicia. Por un lado está la repetición, que se palpa cada vez que debemos hacer una misión y la pereza llega a nosotros deseando que acabe cuanto antes esa parte de la aventura. Por el otro esta esa constante sensación de tener algo entre manos que podría haber dado muchísimo más de sí.

Sigo pensando que lo de incluir un modo multijugador en un juego que no lo necesita para subsistir es un grave error. Si bien hay otros títulos que ven en el modo campaña una mero tutorial de cara a la experiencia online, aquí la fórmula ni puede ni debe aplicarse, por lo que todo el tiempo empleado en ese tipo de modos acaba siendo inútil si la campaña principal no deja el buen sabor de boca que debería.
Antes de entrar en materia es imprescindible que sepáis algo, me lo he pasado en grande con ‘Assassin’s Creed: Revelations’, soy un gran fan de la saga y sus posibilidades, y retomar la historia de Ezio siempre es de agradecer. Eso no quita que haya pasado por varias etapas en las que deseaba que el juego llegase a su fin, evitando alargar una agonía que ni siquiera el tramo final consigue salvar.
Disfrutarás la experiencia si ya hiciste lo propio con los anteriores, pero de ahí a decir que por esa misma razón el juego te va a gustar hay una fina y peligrosa línea que tú deberás decidir si vale la pena cruzar.

Lo que hace pesado y un poco repetitivo del juego es el contar con una única ciudad, y que no tenga el encanto ni diversidad que merece el hecho de estar tan limitado. Escurrieronel bulto con ‘La Hermandad’ porque Roma y sus monumentos tienen un encanto especial, pero no es algo que podamos trasladar a Estambul. Ni siquiera la basílica de Santa Sofía salva a la ciudad de la quema.
Es más difícil que nunca orientarte, principalmente porque todo el mapeado parece una continua maraña de edificios colocados con más premura que gusto estético, pero para cuando lo consigas es posible que descubras que el siguiente punto en tu aventura está en la otra punta de la ciudad, cortada en dos por el mar de Mármara, obligándote a perder un tiempo precioso para buscar una alcantarilla o barco que te permita llegar al otro extremo.
Enamorarte del juego es prácticamente imposible, principalmente cuando te percatas que, una misión tras otra, lo que te depara la aventura es buscar, perseguir y matar, sin más. Parece como si Ezio estuviese lo suficientemente viejo para andarse con tonterías, pidiendo a gritos una renovación e instándote continuamente a que acabes lo antes posible: “eh, chico, que te descubran, que así vienen todos de golpe, machacas un rato el botón de atacar y nivel superado“. Eso no quita, sin embargo, que el trabajo realizado por Ubisoft en las animaciones de los combates vuelva a ser de diez.

Hemos llegado a un punto en el que ni hay acción ni hay sigilo, sólo un cóctel de ambas mecánicas realizado con prisas, por lo que ni los ingredientes están bien mezclados ni el conjunto se ha enfriado lo suficiente como para que el destinatario desee probar uno más.
Que el juego pueda ser superado con la armadura inicial y las hojas de asesino no ayuda tampoco a su planteamiento. ¿Qué tal obligarnos a invertir tiempo en adquirir propiedades y entrenar asesinos para conseguir el dinero que nos permita obtener ese arma que nos permitirá avanzar en la siguiente misión? De una forma bien simple estás añadiendo horas al juego, y así evitas alargar la historia con tediosos paseos de una punta a otra de la ciudad.
Por otro lado si decidís incluir bombas, conseguid que la integración con las mecánicas sean lo suficientemente divertidas, que debas usarlas en misiones en las que prime la estrategia, por ejemplo, y evitando que acaben consideradas como un detalle insustancial.

No suspende la llegada del gancho, una nueva hoja que te permite alcanzar agarres más altos y/o alejados, además de servirte como medio de transporte siempre que tengas una tirolina a mano, pero es inevitable volver a sentir la sensación de que se está desaprovechando sobremanera una idea brillante.
Una vez asumido lo que te deparan las próximas horas en las que ‘Assassin’s Creed: Revelations’ esté girando en tu consola, lo único que tirará de ti hasta la meta será la historia, pero más por curiosidad que por la fuerza que desprende. De hecho acaba aburriendo, y la trama va retorciéndose hasta el punto de darte la impresión de que ni los guionistas saben cómo cerrar todos los hilos abiertos, sirviendo únicamente como nexo entre misión y misión, y aportando algo de valor dramático a las nuevas situaciones.

Si visteis el famoso vídeo de los barcos en llamas presentado hace unos meses, en el que Ezio esquivaba fuego y explosiones con secuencias de factura cinematográfica, no esperéis, ni para bien ni para mal, vivir demasiado ese tipo de situaciones. He contado tres, y llegado este punto de la generación ni sorprenden ni aportan nada. Sí, algunos momentos tienen su gracia, pero si lo que querían era introducir algo de variedad creo que lo tenían más fácil no cayendo en los mencionados errores de repetición de mecánicas.

Lo mejor
– Mantiene la fórmula conocida y añade con acierto matices.
– Como siempre, el preciosismo visual que se intenta ofrecer en la franquicia.
– La historia, que por fin empieza a desvelar misterios y a vincular a los personajes.
– Su modo 3D.

Lo peor
– Sigue siendo continuista y a grandes rasgos innova menos que otras entregas.
– Técnicamente sigue heredando errores de los anteriores, como el popping y los problemas puntuales de framerate.
– No es excesivamente difícil y la experiencia de anteriores se nota mucho ante la curva de dificultad tan suave.

Gráficos…..8.5
Jugabilidad…..9     
Sonido…..9     
Diversión…..8

Conclusion
Assassin’s Creed: Revelations no logra mejorar el resultado de Brotherhood. Es la primera vez en la saga en que un juego no es mejor que su predecesor. Mientras que la segunda entrega fue una revolución total, y Brotherhood fue una construcción sobre las bases de dicho juego, Revelations termina siendo un juego que por más que se mantiene bueno en cuanto a su jugabilidad, sufre por una historia genérica, falta de cambios,problemas que antes eran ignorados y ahora saltan a relucir, y vejez.De todas maneras, el resultado final sigue siendo genial, incluso con éstos problemas. Si eres un fanático de la saga, no puedes perderte la culminación de la historia de Ezio y Altair.

Nota  8.5