El creador de Bioshock, Ken Levine, asegura que una vez termine Infinite tiene otras ideas en mente, incluyendo la posibilidad de hacer un juego para móviles.

“¿Quién sabe lo que el futuro aguarda? Algunas mañanas me despierto y digo: voy a hacer un juego para iPhone en 3 meses”, comenta Levine. “Un buen amigo mío está haciendo una cosa bastante chula sobre la que no puedo hablar ahora, y al mirarla pienso: puede que me gustaría hacer algo como eso”.

Aunque de momento sólo hay una cosa en la que esté completamente concentrado: Bioshock Infinite. “Me encanta lo que estoy haciendo. Me encantan los chicos con los que trabajo. Tengo algunas personas haciendo unos juguetes jodidamente buenos para nosotros. Hay un gigantesco Songbird (el enemigo principal de Bioshock Infinite, semejante a un Big Daddy volador) fuera de la sala de esta entrevista, y al ver esas cosas cobrar vida es cuando te das cuenta que no estás en un proyecto pequeño, aunque un proyecto más pequeño tiene sus ventajas también”.

Aprovechó también la ocasión para hablar sobre lo que considera más importante en su próxima obra: “Hay dos cosas realmente importantes para mí. Una es que la amistad no sea sólo entre Booker y Elizabeth, si no entre el jugador y Elizabeth, a través de Booker. Y esa amistad sea de tal forma que no se sienta forzada o artificial, lo cual es un desafío enorme”.

Para conseguir esto, pondrá a ambos personajes en todo tipo de situaciones traumáticas que aceleren ese sentimiento de amistad y compañerismo, al depender ambos el uno del otro, a lo cual añade que también es posible que no todo acabe bien.