La franquicia Brothers in Arms era una saga bélica famosa por el toque dramático que le daba a sus campañas principales más que por su acción o sus despliegues tecnológicos. Casi podría decirse que la producción de Ubisoft resultaba exageradamente emotiva. Siempre apelando a la lágrimilla fácil, narrándonos batallas célebres históricas desde un prisma más intimista, personal que el resto de FPS del género.

Pero eso amigos es cosa del pasado, pues Gearbox Software acaba de pulverizar la reputación de tan solemne franquicia presentando Brothers in Arms: Furious 4. Una suerte de proyecto suicida que uno no sabe muy bien como tomarse. Y es que la expresión de incredulidad de muchos aficionados y miembros de la prensa cuando vieron el primer trailer del juego durante el E3 2011, era una verdadera estampa. ¿Están de coña o es un videojuego real?

 

 

Furious 4 es más que un guiño a la película Malditos Bastardos de Quentin Tarantino, es un plagio delirante y con unas dosis grotescas de acción y violencia desmedida. Si bien su premisa, ambientación y desarrollo es exactamente el mismo.

La historia también nos sitúa en el ocaso de la Segunda Guerra Mundial, centrando su atención en un escuadrón formado por cuarto aguerridos soldados pertenecientes al bando aliado; cuyo objetivo no es otro que sembrar el terror entre las filas nazis y recorrer Alemania en busca de la cabeza de Hitler. No obstante, al contrario que los hombres de Aldo Raine, estos “Cuatro Furiosos” son unos tipos bizarros que parecen salidos de las páginas de algún cómic underground americano.

Conozcamos mejor a este hilarante cuarteto, no en vano son las rutilantes estrellas de BIA: Furious 4 y la mecánica del juego se ha estructurado alrededor de sus figuras, amén de su talento innato a la hora de decapitar, triturar, quemar y machacar integrantes del Tercer Reich de mil y una formas distintas.

Cabe decir que la creatividad de Gearbox Software exhibida en dicho apartado –el de las carnicerías, se entiende- no tiene nada que envidiarle a la sádica imaginación de los diseñadores de Mortal Kombat o a la absurda apología de la violencia de la que presumen los chicos de People Can Fly. A fin de cuentas hay quien ha definido –con gran acierto- Brothers in Arms: Furious 4 como un Bulletstorm en la Segunda Guerra Mundial.

 

 

¿Sabremos de que pasta están hechos estos Furiosos? , se adentrarán en el negro corazón de la Alemania del Eje, dejando tras de sí un rastro de caos y destrucción sin precedentes.

Primero daremos la bienvenida a un gigante llamado Montana, que blande una ametralladora giratoria y tiene por costumbre atrapar a sus víctimas usando trampas para osos. Luego le sigue el apache Chok, que tomahawk en mano planea amasar una importante colección de cabelleras arias. Estamos ante el más pequeño y ágil integrante de los Furiosos, si bien está por ver si los programadores tendrán en cuenta los atributos físicos de cada personaje jugable cuando conciban el sistema de control definitivo, actualmente en fase beta.

Después hallaremos al vaquero tejano Crockett, cuyo amor por los viejos revólveres solo puede igualarse por su manía de “marcar” a sus enemigos con un hierro ardiente cual ganado. Y finalmente nos toparemos con el que en mi opinión es el personaje más sublime: un médico psicópata irlandés que nunca se separa de su amado tazer y castiga con furia a los nazis electrocutándoles las partes nobles.

 

 

Como muchos de vosotros supondréis, BIA: Furious 4 es un shooter cooperativo multijugador concebido desde un principio para ser jugado al estilo de Left 4 Dead; invitándonos a que lo disfrutemos en compañía de tres amigos nuestros o bien cediéndole tal honor a los bots. Es más, sus diseñadores afirman que tienen la intención de añadirle un modo de pantalla partida en la versión final, aunque no sabemos si se dividirá en dos o en cuatro zonas.

Asimismo, Gearbox ha integrado un sistema de progresión similar a los RPGs basados en puntos de XP que obtendremos eliminando a los enemigos de formas rocambolescas, por ejemplo acumulando head-shots o pillando “por sorpresa” a los soldados mientras estaban saboreando una refrescante cerveza. De hecho, yo apostaría que habrá algún tipo de recompensa o bonus por aniquilar enemigos que estén haciendo sus necesidades en los lavabos. Pero eso el tiempo lo dirá.

 

En cuanto a los XP, deberemos invertirlos sabiamente mejorando nuestro armamento, el cual nos ofrecerá diversas opciones a elegir según el Furioso que encarnemos. En la demo expuesta en el E3 protagonizada por Montana, el gigante podía cambiar sus trampas para osos normales por unas que incorporaban una granada. Ni que decir que la efectividad de estas nuevas trampas era devastadora a la par de divertida.

 

Por lo demás BIA: Furious 4 se desmarca radicalmente de las pautas marcadas por sus antecesores, subiéndose al carro de los arcades en primera persona descerebrados. Poderosos enemigos finales dotados de eternas barras de energía, una insultante variedad de armas blancas esperando ser utilizadas de las peores formas posibles, un desarrollo bastante lineal, explosiones constantes y gestionadas por un motor de física que se burla de la gravedad, cuerpos que vuelan en pedazos como si fueran peluches…definitivamente no encaja demasiado con las nostálgicas y lacrimógenas crónicas del Sargento Matt Baker de la División Aerotransportada 101.

 

Conclusiones

¿Un Borderlands con los personajes cambiados? Puede ser. Si el funcionamiento es el mismo en estaremos ante un juego divertido, con muchas horas de juego y en una ambientación trillada a la que le vendría muy bien este nuevo punto de vista. Suponemos que ésa será la base, pero seguramente el componente rolero se verá restringido y se potenciará la acción directa. Queda por saber si mantendrá el desarrollo tan abierto o si el sistema de misiones será tan flexible como cabría esperar, pero todavía queda mucho tiempo hasta que salga a la venta. Hasta su apartado gráfico podría mejorar, y eso que de su motor gráfico cada vez esperamos menos al estar tan extendido entre las desarrolladoras. Le seguiremos la pista de cerca.

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