Matanzas pixeladas mezcladas con melodías electrónicas….¿Qué puede ir mal en Party Hard? Descubre lo que puede ofrecerte el juego en nuestro análisis.

La sección de juegos independientes que están llegando este año a nuestra Xbox One no tiene desperdicio. En esta ocasión, nos toca alabar Party Hard, la última obra del estudio Pinokl Games, con el respaldo de tinyBuild Games, compañía que ya desarrolló obras tan alocadas como No Time to Explain. Nunca antes asesinar en una fiesta había sido tan divertido.

Si bien es verdad que la propuesta puede resultar algo macabra, lo cierto es que en Party Hard todo se cubre con un velo de humor negro que lo hace muy ameno. Bajo nuestro control tendremos a  un anónimo psicópata con el único objetivo en la vida de meterse en diversas fiestas para asesinar a todos los asistentes.  Una tarea que requiere paciencia y premeditación, ya que tendremos que estar atentos de que nadie alerte a la policía de nuestros asesinatos u otras fuerzas de la ley. No hay más trama, y tampoco lo necesita. Sólo con esa baza consigue engancharnos y que queramos ser los reyes de la fiesta, aunque entre fase y fase contaremos con breves secuencias donde se nos narra la historia del asesino en serie y el inspector que anda tras su pista.

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Fiesta en la granja del Tío Sam. Cuidado que habrá matanza, y no precisamente de cerdos..

Para llevar a cabo esta matanza, básicamente usaremos un cuchillo con el que asestaremos la puñalada mortal a nuestras víctimas, aunque en cada fase contaremos con varias trampas esparcidas por el mapeado, y a cada cual más bizarra. Estas trampas, estarán colocadas de manera aleatoria, punto a favor ya que permite que disfrutemos del mismo nivel muchas veces sin necesidad de seguir el mismo patrón de asesinatos. Aprender a usarlas será primordial debido a que cuando las activamos nadie sospechará de nosotros, además de que algunas reducirán el número de invitados de forma drástica cuando se tratan de explosiones sin alertar a la policía. Por citar algunos ejemplos básicos del juego, tendremos la posibilidad de verter veneno en la ponchera, provocar un incendio que arrase con la habitación, incitar a un caballo a que propine una coz, o incluso talar un árbol para que caigan sobre una pareja de enamorados. También tendremos la posibilidad de realizar llamadas de teléfono para pedir una ayudita extra de parte de unos fumigadores con malas ideas, unos matones a lo “Angeles del Infierno” o, por qué no, una oleada de zombies que se coman algo más que los sándwiches de la fiesta. Si esto os sabe a poco, tendremos ayudas más convencionales repartidas por cada escenario como granadas de humo,  bombas caseras, ropa para cambiar de atuendo si nos descubren, o unas zapatillas especiales para andar más deprisa. Formas de matar, como podéis observar, no faltarán, y esta obsesión por buscar posibles trampas nos mantendrá escudriñando cada rincón en todo momento.

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Tirar los cuerpos al mar para que se los coman los tiburones será una excelente idea en la fase del yate.

A medida que vayamos jugando a Party Hard, también iremos desbloqueando nuevos personajes, que, pese a tener un mismo objetivo de “aniquilación guatequera”, tendrán nuevas habilidades a las que podremos sacar partido. El primero que yo desbloqueé fue la réplica pixelada de Jason, portando una sierra eléctrica con la que descuartizar a los enemigos. Obviamente, esta manera de asesinar llama mucho la atención, lo que supone un verdadero reto. También tuve el placer de jugar con un policía trastornado, con la particularidad de poder encubrirse y no llamar mucho la atención. Todos estos personajes, las fases procedurales, junto con la inclusión de nuevas fiestas cuando te pasas el modo historia, hacen que el título sea bastante rejugable. En total, contaremos con 12 fases principales, y después otros 7 niveles “after-hour” que nos pueden llevar fácilmente entre 6 y 8 horas completarlas.

Aunque, honestamente, hay un factor que supera a cualquier otro elemento que exista en Party Hard, y es el factor “pique”. No serán pocas las veces que cometamos un error y que la policía nos arreste, o que cojamos a una persona dormida para llevarla a una trampa, que se despierte, y nos tumbe de un puñetazo, o que el gorila de la fiesta nos prohíba el paso usando su fuerza. Cada vez que tengamos que reiniciar una fase por algunas de estas imprudencias, lo cogeremos con más ganas, y con el pensamiento interno de hacerlo perfecto la próxima vez. No es un juego fácil, y a medida que vamos avanzando, tendremos más dificultades para asesinar a los invitados, como más personas en las fiestas, lo que implicará mucha más paciencia. Incluso cuando nos persiga un agente de la ley y cojamos un atajo (ya sean escaleras,  pasadizos secretos  o túneles) una especie de fontanero a lo Super Mario saldrá de las alcantarillas para bloquear ese camino y que volvamos a escapar por el mismo sitio la próxima vez.  Todo un reto, aunque es cierto que si morimos o nos detienen un determinado número de veces seguidas, nos pondrán más ayudas en la siguiente partida.

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Si quieres huir de la policía, lo mejor será deslizarse por el tobogán y parar directos a la piscina.

Puede que el apartado más flojo de Party Hard sean sus gráficos. Aunque su estética pixel-art esté bien llevada, con muchos elementos en pantalla y con la particularidad antes citada de que los objetos van cambiando de sitio de manera aleatoria en cada partida,  este estilo artístico empieza a cansar. A veces nos pasará que, al ver tantos objetos no seamos capaces de localizar las trampas,  o que asestemos el golpe final a una persona y que haya una testigo que no hayamos visto antes detrás de un elemento decorativo. Por suerte, con el botón LB se pueden resaltar los objetos importantes, pudiendo tener todo controlado en cualquier momento. Las diferentes fiestas, aunque no están mal diseñadas, en algunas ocasiones pecan de repetitivas y se echa en falta algo más de variedad, como puede ser la fase del autobús o la del yate, que aportan un aire fresco al título.

Y llegamos al que, probablemente, sea otro de los mejores apartados del juego de Pinokl Games. La música, gran protagonista de la aventura, sonará en todo momento con melodías midis machaconas pero muy pegadizas, y como se puede esperar de unas fiestas de estas dimensiones, ambientadas en estilos Dance, Techno y demás variantes electrónicas. No nos cansaremos de ellas aunque estemos una hora estancados en la misma fase. Los textos, al igual que la voces, están en inglés, aunque como digo, la narrativa, escenas cinemáticas o el tutorial son irrelevantes, y podremos disfrutar Party Hard perfectamente sin necesidad de manejar la lengua anglosajona.

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Puntuación
Gráficos
75 %
Sonido
85 %
Jugabilidad
90 %
Duración/Diversión
90 %
analisis-party-hardAunque Party Hard comparte una estética pixelada que puede empezar a dar signos de agotamiento debido a toda la oleada de juegos con esa corte que están apareciendo, el trabajo de Pinokl Games y tinyBuild Games roza un nivel altísimo. Su jugabilidad directa, sin más pretensión que la de ser un asesino en serie en varias fiestas, con este control sencillo pero efectivo, el humor negro que hay tras cada muerte, escenarios procedurales, y cómo no, la gran banda sonora de la que hace gala, hace que el título nos haya sorprendido y que nos siga manteniendo enganchados al mando pese a haber acabado el modo historia.

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