Las propuestas “Seek and Find” siguen estando presentes gracias a obras como Enigmatis: The Ghosts of Maple Creek. ¡A dejarnos los ojos buscando objetos!
Artifex Mundi vuelve a la carga con un estilo de juego en el que se encuentra como pez en el agua, un género que ha revitalizado en consolas de sobremesa y con el que quiere seguir apostando. En esta ocasión tenemos el placer de analizar Enigmatis: The Ghosts of Maple Creek, un port del juego aparecido en PC en el año 2011 y que vuelve a brindarnos esa premisa de explorar todos los rinconces de cada escenario en busca de pistas como ya lo hicimos con Clockwork Tales: Of Ink and Glass o From the Deep: The Cursed Heart.
El estilo de juego sigue siendo muy sencillo, trasladando una fórmula que funciona tan bien en móviles a nuestra consola de sobremesa. Para quien no sepa las mecánicas de este tipo de aventuras,cabe decir que nos encontramos ante un juego de puzles, donde tendremos que encontrar esparcidos en el escenario ciertos objetos que nos serán fundamentales para resolver los acertijos. Todo puede recordar bastante al estilo de juego que vimos en el clásico Myst (salvando las distancias, obviamente), donde no veremos a nuestro protagonistas, y donde cada escenario será estático, pasando de una habitación a otra apuntando nuestro cursor hacia la puerta o camino de turno. Aparte de la temática de puzles, en estos juegos “Seek and Find” también tendremos pequeños desafíos en forma de búsqueda de objetos en una localización concreta, sin mayor complejidad que dar con dichos enseres armandonos con vista de águila y paciencia, mucha paciencia. Como he mencionado, mecánicas jugables que le sientan muy bien a dispositivos móviles, pero que tampoco funcionan nada mal si queremos algo diferente en Xbox One.
Como pasaba en anteriores trabajos de Artifex Mundi, en Enigmatis: The Ghost of Maple Creek tendremos una aventura principal y una especie de prólogo que se desbloqueará una vez terminemos la campaña. En esta ocasión dejamos la ambientación “steam-punk” y una trama cargada de aventuras de Clockwork Tales por algo más oscuro, detectivesco y con un toque de suspense. La trama de Enigmatis girará en torno a una anónima detective que llega a la localidad de Maple Creek para resolver el asesinato de Kate Burrows. No todo sale como uno quiere, ya que un tornado arrasa con el pueblo, dejando a nuestra protagonista “amnésica perdida”, y con todas nuestras notas de la investigación esparcidas por las calles del misterioso pueblo. Pero, junto a esa desafortunada tormenta que la deja sin memoria, hay algo más oscuro y malvado que asola a los aldeanos de este entorno rural.
Sin llegar a innovar dentro del género, en Enigmatis: The Ghosts of Maple Creek encontramos un nuevo concepto jugable de pistas y deducciones que no habíamos visto en anteriores entregas. Como buena investigadora que se precie, en la habitación del hotel donde nos hospedamos tendremos una pared donde podremos ir juntando las notas, apuntes e información relevante del caso. Sin llegar a ser algo complejo, ni fundamental para el devenir de la aventura, sí que ayuda a meternos un poco más de lleno en la historia que se nos cuenta. Aun con esas, echamos en falta algún elemento jugable que sorprenda, ya que pese a estas ínfimas novedades todo se resume en explorar el escenario en busca de objetos para poder proseguir con la aventura.
Lo mismo pasa con el apartado gráfico. Tenemos buenos escenarios y bien dibujados, cargados de detalles y elementos que explorar. Siguen siendo estáticos, y si algo se mueve, o bien es algún objeto que se desplaza de forma artificial y poco natural por el mapa con las mínimas animaciones posibles, o bien es un personaje recreado en un 3D que “canta” por su baja resolución y poca credibilidad. Dejando esto a un lado, no nos podemos quejar de un apartado visual donde lo verdaderamente importante es que haya variedad de fases, localizaciones y que no llegue a cansarnos el hecho de explorar nuevas zonas.
Por otro lado, el apartado sonoro de Enigmatis tiene los mismos valores de producción que lo visto en anteriores títulos de Artifex Mundi. Melodías que nos acompañarán en los momentos más relevantes, y para el resto de la aventura un silencio que únicamente lo romperán los efectos de sonido que pueden producir el crepitar de la madera del hotel, el canto de las aves, o el mismo viento estremecedor. Existen diálogos, traducidos al español y que están bien localizados, aspecto importante cuando tienes que buscar objetos “atípicos” como puede ser una pantufla, una espátula o una hachuela. (Imaginad buscar eso si viniese mal traducido).
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