Puede que la creación del mundo y su materia se nos quede un poco grande…pero con Doodle God veremos que no es tan difícil como lo pintan.

Es innegable la avalancha de ports para móviles que estamos sufriendo en nuestra Xbox One desde hace un tiempo atrás hasta el día de hoy. Por desgracia, la acumulación de juegos para esta clase de dispositivos no hace mas que estropear la imagen y reconocimiento de otros títulos que podrían jugar en la misma liga. Porque, aunque puedan tratarse de juegos con bajo presupuesto y realizados por estudios pequeños, existen obviedades que los hacen poco aptos para consolas de sobremesa y distan mucho si lo comparamos con otro titulo de carácter independiente pensado exclusivamente para ser jugados delante de un televisor o monitor. Es el caso de Doodle God, el juego que analizamos a continuación, el cual tiene una propuesta atractiva a simple vista pero que no encaja muy bien si queremos disfrutarlo con el pad tradicional.

Aunque mucha gente desconocerá el titulo, seguro que mas de una vez hemos disfrutado de alguna propuesta similar. En Doodle God, nos tocará asumir el papel de Dios, creador del mundo y todos los elementos que conocemos. Tarea nada fácil aunque a simple vista pueda parecerlo: empezaremos nuestras creaciones con los cuatro elementos básicos que conocemos almacenados en cuatro grupos distintos (fuego, aire, tierra y agua). Juntando dos de estos elementos, empezaremos a crear otros diferentes, los cuales pueden ser usados para uniones posteriores. Hasta aquí todo bonito y placentero, porque es un gustazo pensar las combinaciones posibles que están a nuestro alcance e ir cumpliendo los objetivos marcados; e igual de placentero es ver como la tierra se va llenando de vida según vamos avanzando en nuestra creación.

Según avancemos en la aventura irán apareciendo nuevos grupos con más elementos disponibles.

Pero, de pasar de los buenos momentos brindados por los instantes iniciales, pronto nos daremos cuenta de que algo empieza a fallar, y esto es debido a varios motivos. El primero, la sobresaturación de grupos y elementos. No os podéis hacer una idea del agobio que supone buscar una combinación adecuada cuando tienes disponibles 12 grupos distintos, y que cada grupo engloba, como mínimo, a cinco elementos diferentes. Y segundo, la lógica. Al principio las combinaciones siguen un esquema conocidos por todos, pero llegará un punto de la partida donde no sabremos cómo alcanzar el objetivo marcado. Esto es debido a que habrá ciertas uniones de elementos atípicas, muy extravagantes y que acertaremos por pura suerte al empezar a combinar a lo loco.

Eso sí, no todo es machacar botones a lo loco esperando una creación novedosa y satisfactoria. Por suerte, contaremos con varios tipos de pistas que nos pondrán las cosas más sencillas si nos quedamos atascados. La primera de las pistas, la más “light”, nos dirá qué nuevo objeto podemos crear si juntamos dos elementos disponibles en nuestro gran listado. La segunda pista será más evidente, acotando la búsqueda de estos elementos a los grupos concretos. La tercera pista directamente te dará la nueva creación, nada de pensar. Todo tiene truco en Doodle God, y aunque tendremos una buena cantidad de pistas “light” para gastar, el resto de pistas son muy limitadas, y sólo volveremos a tenerlas cuando transcurre cierto espacio de tiempo. ¿Os suena? Sí, es el típico movimiento tan manido y usado en el mundo de los videojuegos para móviles.

No nos podemos quejar de la cantidad de contenido que ofrece Doodle God

Aunque manejemos a un dios, Doodle God peca de varias cosas, aunque se pueden resumir en una: la mala conversión para consolas de sobremesa. Primero, aunque cada hoja con todos los elementos se maneja cada una con un stick y un gatillo diferente, no llega a ser tan intuitivo como uno desearía. El juego está concebido para ser táctil, y para probar combinaciones a toda pastilla simplemente con tocar la pantalla. Y el tema del bloqueo de las pistas por limitación temporal tampoco ayuda a seguir jugando.

Aparte del modo principal, que engloba varias misiones centradas en épocas históricas, existen otra serie de misiones secundarias que alargan considerablemente la vida del juego. Estas nuevas misiones serán bastante originales, centrándose en el mismo concepto, pero cambiando temáticas por disparates como regalos de Papa Noel, la lucha del bien contra el mal, ser un superviviente en una isla, etc. Aparte de su innovación respecto al modo original, también aportará algo de desafío extra, ya que hay combinaciones muy difíciles según la temática escogida (por ejemplo, en el tema de la lucha del bien contra el mal, tendremos que crear elementos como la virtud, la castidad o generosidad). Y si eso no fuera suficiente, podremos optar por el modo puzle, que como su nombre indica, serán acertijos basados en la búsqueda de cierto elemento usando los que tenemos a nuestro alcance. Por duración es cierto que no nos podemos quejar.

Según avancemos en la historia, el mundo se irá poblando con nuestras creaciones.

Como es lógico, en Doodle God no esperéis un apartado gráfico excepcional, aunque resulta bastante colorido y afable, sin llegar a tener nunca sensación de pesadez por repetición de imágenes. Lo mismo podríamos decir del apartado musical, prácticamente nulo, y simplemente acompañando como hilo de fondo al jugador para no desconcentrar en ningún momento. Por suerte, los textos de todo el juego se encuentran traducidos al español, que nos vendrá de perlas si topamos con algún objeto inusual o cuando tenemos que leer las citas que aparecen cuando creamos un elemento nuevo.

Puntuación
Gráficos
50 %
Sonido
60 %
Jugabilidad
30 %
Duración/Diversión
40 %
analisis-doodle-godDoodle God es claramente un juego de móviles adaptado a nuestra Xbox One. Esto no sería malo si la jugabilidad o concepto jugable fueran aptos para jugar con el mando sentados frente al televisor. Lo malo es que el título pide a gritos ser devuelto a la memoria del móvil, donde el control táctil facilita las cosas, (básicamente porque podemos aporrear como locos la pantalla) y donde el sistema de pistas basado en esperar un tiempo concreto funciona mucho mejor. Puede que Doodle God sea bastante duradero por sus modos principales y extras, pero el problema es que no termina de cuajar en una consola de sobremesa.

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